ANNABETH CHASE
Nos encontrábamos en el bus del campamento y era un milagro que ese cacharro funcionara todavía.
Era lunes. El primer día de escuela.
Quirón nos estaba llevando a Goode. Y no es por ser mala, pero sinceramente, creo que hasta una persona en bicicleta iría más rápido que nosotros.
Según él, así era más seguro. Pero yo creía que lo hacía porque hace mucho tiempo que él no manejaba. Ni siquiera sabía como lo hacía. Literalmente se metió al asiento de conductor con la silla de ruedas.
En fin, confiaba en él.
Yo estaba con Percy en los asientos de la última fila. Hubo un punto del trayecto en el que se cansó de estar sentado y se estiró sobre todo el asiento, así que ahora descansaba su cabeza en mi regazo.
Tenía la cara somnolienta y el cabello revuelto, pero lo último ya era costumbre. Percy no estaba acostumbrado a levantarse temprano.
—No te vayas a quedar dormido —advertí.
—Mmm... —murmuró con los ojos cerrados. Una sonrisa apareció en su rostro.
—Percy, es en serio —pasé una mano por sus párpados—. Ya vamos a llegar.
—Bien, chicos —dijo Quirón—. Prepárense para bajar, estamos a punto de llegar. Recuerden tratar de parecer los adolescentes más normales posibles.
Todos nosotros asentimos.
—Cuando entremos, los acompañaré a la oficina del director —prosiguió—. Allí haremos lo que tenemos que hacer.
—"Lo que tenemos que hacer" —sonrió Jason—. Una forma sutil de decirlo.
Pasaron unos cuantos minutos hasta que llegamos a Goode. Todos iniciaron su descenso del viejo bus. Quise levantarme pero la cabeza de Percy no colaboraba.
No lo van a creer. Sí, se quedó dormido.
—¡Percy Jackson! —le grité al oído, luego sonreí—. Te dije que no te quedaras dormido.
—Eh... ¿qué pasó? —preguntó Percy confundido.
Puse los ojos en blanco.
—Llegamos, sesos de algas. Levántate.
—Podrías haber dicho eso en lugar de romperme los oídos —murmuró mientras se incorporaba. Besó mi cabeza—. Vamos.
Tomó mi mano y alcanzamos a los demás que ya habían avanzado hasta la puerta principal.
Entramos juntos y Quirón nos dirigió a la oficina del director. El instituto era enorme y cientos de adolescentes paseaban por ahí. Algunos se nos quedaban mirando, pero seguro era porque éramos ocho jóvenes desconocidos siguiendo a un señor en silla de ruedas.
Nos adentramos en una habitación que parecía una oficina. Ahí estaba la joven mujer que no atendió a Percy y a mí la última vez que estuvimos aquí.
Nos saludó y le devolvimos el saludo con un gesto. Quirón dio un par de golpes a la puerta que se encontraba al final de la habitación.
—Pase —dijo una voz masculina desde el otro lado de la puerta.
Quirón nos miró fijamente.
—Recuerden, actúen normal. Deben mentalizarse. Ya están inscritos y todo está bien. No pasará nada raro.
Asentimos, y entramos.
La oficina del director no tenía nada fuera de lo común. Eso sí, estaba pulcramente ordenada. Era alguien organizado o tenía una muy buena secretaria.
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Los Siete Grandes Semidioses
FanficLos semidioses de La Gran Profecía han sido aceptados en Goode, la preparatoria a la que asistía Percy Jackson antes de perder la memoria. Es su último año, así que esperan poder pasarlo como adolescentes normales. De preferencia, sin problemas divi...