Somos familia || InoAoi

4.- Solo fue un accidente

Como resultado de la pelea anterior ambos tenían 4 puntos en la mano, lo que dificultaba mucho las tareas diarias de Aoi. Por lo que se dedicó a preparar las rutinas de entrenamiento y las labores menores. No volvió a visitar la habitación de Inosuke desde entonces ni tampoco le llevaba la comida.

Varias veces se habían encontrado en la finca y ella simplemente lo ignoraba. Al principio él se sintió aliviado de que la mandona de coletas no lo molestara más, pero luego de unos días una sensación pesada le apretaba el pecho y sin darse cuanta comenzó a molestarla para llamar su atención, pero Aoi hacia como si no existiera, no le habla ni lo miraba, ni siquiera si hacia cosas malas a propósito para que lo regañara.

Luego de solo una semana Tanjirou ya empezaba su entrenamiento de recuperación e Inosuke volvía al trabajo.

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Poco después Inosuke tuvo una misión junto a Zenitsu y cuando terminaron el trabajo su gorrión les dijo que debían volver a la Finca Mariposa para descansar.

- Yo no quiero ir – se cruzó de de brazos, parándose en seco.

- ¡Pero si vamos a descansar solamente! no nos harán nada – lo tomo del brazo para jalarlo y que siguiera caminando - Además, Tanjirou y Nezuko-chan están allá – la idea de ver a sus secuaces favoritos siempre lo tentaba así que dio un largo suspiro y se puso en marcha.

Llevaban un rato caminando en silencio, pero a ratos se le escapaban murmullos y gruñidos. No paraba de pensar en lo frustrante que era que la niña mariposa de ojos azules no lo tomara en cuenta, le molestaba y lo hacía enojar, pero también lo hacía sentir triste.

La última vez que la vio, hace solo unos días, seguía con la mano herida y pudo ver como hacia muecas de dolor al hacer sus tareas diarias. Él no tenía motivos para herirla, menos aun si ella era quien lo cuidaba y quien hacia la mejor comida de la finca.

- Tsk... esa tonta – susurró muy bajo, pero no escapó del oído de Zenitsu que se estaba aguantando las ganas de preguntarle por qué llevaba todo el camino quejándose en silencio.

- Aaaah ¡Por eso no quieres ir! – dijo golpeando su puño en la palma de su mano cuando pudo unir las piezas – Es por Aoi-chan...

- ¡Ella me ignora! – no le gustaba admitir que algo como eso lograra perturbarlo, pero necesitaba ayuda, no quería estar mal con ella.

- Es lógico, me contaron que la empujaste y se cortó la mano – Inosuke lo miro espantado, todos siempre pensaba lo peor de él. Al tener la máscara puesta Zenitsu no pudo ver su expresión.

- ¡Yo no la empuje! no a propósito... y yo también me corte – dijo defendiéndose, mostrando su propia mano donde tenía una cicatriz reciente.

- Pero nosotros sanamos rápido, ella no – le explicó. Desde que sabían controlar la respiración de control total todo el día sus heridas sanaban a una velocidad increíble.

- ¡¿Por qué no?! – ya habían pasado varios días y él no creía que Aoi fuera tan débil.

- Su herida se infectó – Zenitsu hablaba en un tono calmado, no quería hacerlo enojar o el siguiente herido sería él.

- ¿Qué es "infectó"? – preguntó con genuina curiosidad.

- Cuando las heridas se ponen amarillas y duelen mucho, también se ponen caliente y te puede dar fiebre - le explicó y él asintió entendiendo perfectamente, le había pasado un par de veces - Sumi-chan me contó que siguió haciendo sus tareas normales en la finca para no darles tanto trabajo a ellas y su herida empeoro.

- Si sanara volvería a hablarme... - dijo desanimado.

- No dejo de hablarte por que aún no sana, está enojada contigo – no podía creer que tuvieran que explicarle cada pequeño detalle de la vida.

- ¿Y cómo logro que no esté enojada?

- Pídele disculpas – contestó, como si fuera lo más obvio del mundo – o llévale un regalo.

- Los jefes no se disculpan – reclamó cruzándose de brazos nuevamente.

- Entonces nunca volverá a hablarte – le dijo levantándose de hombros, logrando que Inosuke se entristeciera aún más.

-•-

Cuando llegaron a la finca fue la mismísima Aoi quien los recibió y solo saludo a Zenitsu anunciándole que la cena estaría servida pronto.

Inosuke de todas formas fue al comedor para cenar y fueron las niñas quienes le sirvieron, por lo que no tuvo oportunidad de verla ni de intentar hablar con ella.

- ¿Qué es lo que te pasa? – le preguntó Tanjirou unas horas más tarde, cuando lo vio acostado con olor a tristeza.

- Yayoi no me habla – respondió completamente abatido, con la cara enterrada en la almohada.

- ¿Y sabes por qué? – le preguntó sentándose a su lado. Él no tenía problemas en responder sus preguntas, pero también le gustaba que se diera cuenta solo de las cosas.

- Porque la herí... – respondió triste mientras se levantaba para sentarse también.

- No es tanto por eso ¿sabes?, todos sabemos que fue un accidente – le explicó poniendo una mano en su hombro.

- Entonces si lo sabe ¡¿Por qué aún sigue enojada?! – gritó molesto y frustrado, la cabeza le dolía de tanto pensar.

- Porque entre todas te mantuvieron con vida, sanaron tus heridas y cuidaron de ti cuando llegamos de la misión. Sobre todo Aoi, que estuvo muy preocupada todo el tiempo que estuviste dormido.

- ¿Y qué tiene que ver eso? – ladeó la cabeza confundido.

- Que luego tu fuiste a colgarte del techo para verme, poniendo en riesgo todo su esfuerzo para que sanaras.

- ¡Ella solo me regaña siempre! – se quejó cruzándose de brazos, haciendo una rabieta.

- Es porque cuida de ti, es su trabajo, es lo que hace – le dijo amable, levantándose de hombros.

- Mmmhm, entonces... por eso sigue enojada... - susurró algo más tranquilo, luego de por fin entender los motivos.

- Y además su herida se infectó y no ha podido trabajar apropiadamente.

- Entiendo...

- Tus acciones tienen consecuencias, no solo para ti – le explicó en tono calmado.

- Creo que tendré que disculparme... – dijo soltando un largo suspiro, le costaba admitirlo, pero, aunque había sido un accidente, era responsable de que ahora Aoi la pasara mal.

- Así es – le dijo Tanjiro satisfecho de que lo haya entendido y contento le dio unas palmaditas en el hombro.

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