Varios meses habían pasado y llegaba el momento de que la nueva familia viajara a su hogar. Desde el día anterior habían estado empacado las cosas de Aoi y esa mañana, junto a Inosuke, guardaba las últimas cosas y desocupaba la que fue su habitación por muchos años.
- Bien, esto es lo último... me gustaría darme un baño antes de salir - dijo quitándose el sudor de la frente luego de anudar la última bolsa, tenían planeado emprender su viaje antes del mediodía.
- ¡Son demasiadas cosas! - le dijo con el ceño fruncido.
- Es ropa más que nada - respondió levantándose de hombros para restarle importancia - dejare a Haruko al cuidado de las niñas para poder bañarme - comento mientras tomaba a la bebe que jugaba con su mantita.
- Nada de eso, iré a dar un paseo por la finca con ella - dijo con tono autoritario y le quitó a la bebe de los brazos. La acomodó mirando hacia a delante y la sujetó como le habían enseñado.
- ¿Estás seguro? - pregunto con desconfianza. Inosuke había cometido un par de imprudencias por su inocencia e ignorancia, como la vez que le llevo una bellota brillante de regalo y la bebe rápidamente se la metió a la boca.
- ¡Que sí! confía en mi - respondió un poco apenado, trataba de aprender lo más rápido posible.
- Está bien... - susurro, pero él ya había salido de la habitación.
Camino sin rumbo por los pasillos de la finca, narrándole a su hija algunas anécdotas que habían pasado en aquellas habitaciones.
- Aquí dormíamos con Ponjio y Zenitsu cuando llegábamos heridos de una batalla - le explicaba cuando paso por la habitación que solía ocupar con sus amigos.
- Acá es donde tu mamá colgaba las sabanas, siempre lo hacía... ¡yo no sé de dónde sacaba tantas sabanas! - le decía cuando salieron al patio.
- Este es nuestro árbol, es mi lugar favorito, aquí abrace a tu mamá por primera vez...
- Y acá es la cocina ¡ni te imaginas todas las veces que me sacaron de aquí por robar comida! Pero muchas otras veces pude hacerlo sin ser descubierto - le susurro para que guardara su secreto. Entro a la finca a paso lento, disfrutando del recorrido más de lo que hubiese podido imaginar.
- Acá esta Shinobu... y la otra hermana que no conocí - dijo cuando llego al salón donde estaba el altar de las hermanas.
- Kanae - dijo Kanao a sus espaldas.
- Shinobu y Kanae... ellas eran tus ¿tías? - le explicaba a su hija mientras le limpiaba la saliva que le corría por la boca.
- Si, tías - coincidió, le abrió los brazos a la bebe que la acepto haciendo el mismo gesto y a regañadientes Inosuke se la entrego - Mira pequeña, tengo un regalo para ti - le mostro una broche de mariposa color azul con detalles verde que la niña miro con los ojos muy abiertos.
- Dámelo, yo lo guardare, no puedes entregarle cosas que se pueda meter a la boca - ella se lo entrego con una leve sonrisa, esa vez lo regañaron un montón - se lo pondremos cuando le crezca más el cabello.
- ¿Sabes lo que significa? - le pregunto a Inosuke mientras mecía suavemente a la bebe que miraba muy concentrada el broche brillante.
- Ahora es una niña mariposa, son familia - contesto mirando el altar.
- Y también significa que ustedes tres pueden ver la finca como un hogar - le explico un poco avergonzada, esperando haberse expresado bien.
- Tenemos nuestro propio hogar - le dijo mirando hacia otro lado - donde ustedes también son bienvenidos.
- Yo... te quería dar las gracias - dijo acariciando el corto cabello de la bebe.
- ¿Gracias por qué? - pregunto curioso, ladeando la cabeza.
- Por hacer feliz a Aoi, nunca la vi sonreír tanto como cuando está contigo y ahora puedo ver y sentir su felicidad - explico con una sonrisa.
- No es nada, es ella la que da felicidad - susurro contento, llevaba meses sintiendo una suave calidez en el pecho.
Se mantuvieron en silencio un largo rato, que solo era interrumpido por los balbuceos de la bebe, ninguno de los dos era bueno con las palabras ni expresando sus sentimientos, pero ese silencio era muy cómodo.
- De ahora en adelante estarán lejos de nosotros, si algo les llega a pasar.... - cerro los ojos tratando de pensar positivamente. La conmoción que le provoco la llegada de Haruko y el convertirse en tía era algo que aún no podía explicar, una clase de amor que no conocía.
- No permitiré que nada les pase - le dijo mirándola a los ojos con seriedad.
- Yo aun no te perdono que hicieras sufrir a Aoi por tantos meses.
- ¡Eso fue solo un malentendido! - alzo un poco la voz y la bebe lo miro haciendo pucheros.
- Si sufren por tu culpa... te matare - susurro mientras calmaba a la niña.
- Como si pudieras hacerlo, tuerta - bufo divertido.
- ¿Verdad que tu papá es un tonto...? ¿Verdad que sí Haru-chan? - le decía a la niña que ya volvía a reír.
- ¡Ey! ¡No le digas esas cosas! Y tú cuida a Monjiro... a ver si algún día puede mover bien ese brazo feo que tiene.
- Claro que lo hare.
- ¡Listo! ¿paso algo? - pregunto Aoi extrañada y la bebe al escuchar la voz de su madre le estiro los bracitos para que la tomara.
- Mira lo que le regalaron - le mostro el broche y ella no pudo contener las lágrimas.
- ¡Ay Kanao te extrañare tanto! - le entrego la bebe a Inosuke que la recibió sorprendido y ambas hermanas se dieron un fuerte abrazo.
- Ve y despídete de las niñas, han llorado toda la mañana.
- Acompáñame, vamos - la tomo de la mano y se fueron rápidamente.
- Supongo que ya tenemos que irnos - le susurro Inosuke a su hija - Vamos a despedirnos del tío Tanjiro.
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Somos familia || InoAoi
FanficLuego de que los chicos se fueran en busca de Rengoku, Aoi no podía dejar de pensar en las últimas palabras que le dijo Tanjiro antes de irse y esperaba ansiosa su regreso... Entonces ¿Como fue que se enamoró de Inosuke? Seguimos los acontecimientos...