Somos familia || InoAoi

6.- Gustar

- Monjiro... ¿qué significa que te guste alguien? – le preguntó a su amigo esa misma tarde.

- ¿Por qué preguntas eso? – era normal que Inosuke recurriera a él para preguntarle lo que no entendía, pero esa era una pregunta que no esperaba.

- Solo responde, maldición... - lo miro cruzándose de brazos, con el ceño fruncido.

- Es cuando quieres a una persona, como es y cómo te hace sentir – le explicó en palabras sencillas.

- ¿Y de qué sirve que te guste alguien?

- Bueno, con esa persona podrías formar una familia.

- Para eso necesitas un papá y una mamá ¿verdad? – había escuchado la palabra "familia" antes, pero al no tener una no entendía todo su significado.

- Bueno... en ese caso tú serias el papá y ese alguien que te gusta sería la mamá, ambos pueden tener hijos – respondió Tanjirou esperando que no preguntara el cómo se hacían.

- Hijos... son crías ¿verdad? 

- Si, a las crías de las personas se les dice hijos...

- Pero para eso... hay que aparearse – dijo a modo de afirmación, él lo había visto en su montaña muchas veces.

- Emm... bueno en esencia sí, hay que... aparearse – Tanjirou se miraba las manos avergonzado.

- ¿Por qué están hablando sobre eso? – preguntó Zenitsu que llego corriendo a la habitación.

- Inosuke me preguntó qué significaba que te guste alguien – le contó Tanjirou feliz de que llegara su amigo para salvarlo de una conversación incomoda.

- Eeeh... ¿acaso te gusta alguien? – le preguntó con una sonrisa pícara y unos ligeros golpes con el codo.

- ¿Que? Noo, es solo que... - no pudo terminar porque sintió un dolor desagradable en el meñique.

- Hueles a Aoi... ¿acaso ella es quien te gusta? – le pregunto mientras olisqueaba el aire.

- Nooo, ella dijo... - volvió a callar y empezó a morderse el dedo que no dejaba de picar.

- ¿Qué hace? – ambos lo miraron confundidos.

- No lo sé – nunca lo habían visto hacer algo así. – Mañana me iré con Nezuko – les comento a ambos, cambiando de tema.

- ¿A dónde te la llevas? – preguntó mientras comenzaba a llorar.

- Al lugar donde fabrican las nichirin, Haganezuka-san no me quiere hacer una nueva katana – explicó apenado.

- Oh cierto, me alegra no haber roto la mía – dijo Zenitsu, los herreros podían ser espeluznantes.

- ¡Yo también quiero ir!

- No puedes... es un lugar secreto.

- ¡HAAAAA! ¡Yo puedo hacer lo mismo que tú! – lo apuntó con un dedo mientras se levantaba.

- Pero tus katanas están bien – le respondió para tratar de tranquilizarlo.

- Es porque yo sí se usarlas – Infló el pecho mientras su amigo lo miraba triste, era la segunda katana que rompía sin contar la que perdió.

Al día siguiente Aoi preparó bocadillo para el viaje de Tanjirou y las niñas se despidieron de él en la entrada de la finca.

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Unos días más tarde ella preparaba la cena cuando de pronto Kanao se paró a su lado.

- ¿Cuándo ira a volver Tanjirou? – preguntó mirándola cocinar.