Ha pasado una media hora desde que llegué y llevo la mitad de mi vaso. Hace un rato apareció Aria de una manera muy animada, no me miró tan desagradable como de costumbre, pero sí fue visible que prefería no verme directamente. Charló un rato con Lev, luego lo agarró de un brazo y se lo llevo escaleras arriba...
Lev lo único que hizo fue reír y seguirla, se está divirtiendo probablemente.
Me quedé un rato con Elliot, Leah y Nolan tratándoles de seguir la conversación, pero fue algo confusa. Los tres fueron hasta la sala, por lo visto estaban jugando a algo. Es obvio que la iniciativa era de los primeros dos, Nolan se vio arrastrado a la situación aferrándose a su vaso.
Estoy sola.
En estos momentos me encuentro en la parte de atrás de la casa, otro jardín trasero con demasiadas flores que estoy tentada a pisar.
Odio las flores.
También hay varios muebles de exterior y una piscina, no me sorprende. Cosas de gente con bastante dinero, supongo. En esta parte se encuentran personas hablando, bebiendo o besándose, lo normal en este tipo de fiestas. Eso no evita que haga una mueca ante todo y todos, no me he unido a ninguno de los grupos de personas que se encuentran regados, tampoco es como que se hayan acercado a hablarme a mí. Sólo uno lo hizo y le dije que no estaba interesada en ser parte de grupos sociales, ahora me están catalogando de creída y amargada. Como siempre.
Ya empezó a anochecer, se ve un poco como el sol se esconde y el cielo empieza a mezclar sus colores, hermoso. Poco a poco toma forma, dando vista a nubes con iluminaciones naranjas y próximas estrellas con luminiscencia brillante. Ninguno de sus opuestos se opaca, la noche y el día se complementan volviéndose uno solo.
Doy un suspiro bastante largo.
Siento como la presencia de alguien se posa a mi lado, es pacíficamente agradable, me observa y no resulta incómodo. Bajo la mirada y observo que ese alguien lleva botas deportivas, como la mayoría del tiempo gracias a lo que practica. Poco a poco comienzo a ascender con mis ojos y veo una camisa color azul oscuro, idéntico al azul que sus pupilas llevan. Caleb, sus ojos son hipnóticos, son como... el mar, simplemente eso.
Sonríe, yo trago. Las facciones de su rostro son tan marcadas y sencillas, que no se puede simplemente definir como algo en específico. Su cabello en la oscuridad se ve azabache, pero sé que en realidad es color café, se aprecia bien ese color natural a la luz solar, cejas gruesas de un mismo color, nariz perfilada y mandíbula un poco marcada. Agradable a la vista.
—Hola —dice pasando una de sus manos por su cabello y llevándolo hasta atrás.
—Hola.
Me da una rápida mirada de arriba a abajo sin ser demasiado invasivo.
—Te ves... bien.
—Gracias, tú tampoco luces mal.
Ambos nos quedamos en silencio, curiosamente no es incómodo, bebo de mi vaso e intento saborear lo suficiente antes de tragar el vodka mezclado con jugo gracias a mi hermano.
—¿Quieres... ir arriba? —pregunta señalando el segundo piso.
Frunzo el ceño con confusión.
—¿Qué?
¿Acaso él?...
—Vi que mirabas el cielo —dirige su mirada hasta arriba donde yo la tenía anteriormente—, está anocheciendo así que... pensé que querrías ver las estrellas en un lugar donde puedan verse mejor ¿no crees?
Proceso sus palabras.
No pensé... esa propuesta.
Asiento como respuesta y miro hacia el cielo también.
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Alerta Roja
Teen Fiction«La venganza y la cordura a veces van de la mano». Una muerte, un nuevo destino. Zoa junto a su incompleta familia se mudan al otro lado del mundo luego de la muerte de una de las personas más importantes en su vida, la realidad es que tras eso todo...