Zoa Volkova.
4 meses antes del vuelo.
Lloro, lloro todo lo que puedo.
Ha pasado un mes exacto de su muerte, y me quedó claro que no puedo seguir. No puedo seguir sin ella. Simplemente no puedo.
Me encuentro vomitando, eso hace que me debilite. Tengo miedo, miedo de vivir, miedo de perder a alguien más. Si pudiera cambiar de lugar con ella lo haría sin dudarlo. Quiero volver a verla y haré lo posible para eso.
Pero... ¿tengo las agallas para hacerlo? Sí.
Empiezo a reír, reír completamente sola.
¿Me estaré volviendo loca? Puede ser, prefiero no pensar en eso.
Me sudan las manos y vuelvo a reír, tengo más miedo de vivir que de morir, ¿cómo puede ser posible esto? No lo sé.
Llevo unas semanas pensando en esto. Soy fuerte, quizás, pero en este momento cualquier fuerza se fue. Quiero morir, eso significa que no tengo fuerza suficiente para querer vivir.
¿Valdrá la pena? Quizás no.
¿Tengo esperanzas para seguir? Probablemente, pero esta es mi única opción, no encuentro razones del por qué seguir.
Tengo insomnio y ansiedad desde ese día. Empecé a tomar pastillas para dormir, las compré por la falta de sueño. No pude comer en días por falta de apetito, otros días comía hasta que no pudiera más.
¿Qué está mal conmigo?...
Me afecta y es notable, emociones diferentes invaden en mí. ¿Cómo se encontrará papá? Se encuentra con culpa y quiere resolverlo todo solo, quiere llevar las riendas, cuando nada de lo que pasó fue su culpa. ¿Cómo se encontrará mamá? Destrozada, aunque no llegue a demostrarlo es notable, tiene ojeras y se encuentra distraída y recaída en todos los ámbitos posibles, comprendo cómo se siente porque simplemente no hay ningún concepto al que pueda llegar a catalogar. ¿Cómo se encontrará Lev? Actúa como si nada, pero él también llora en su habitación, los ojos rojos lo delatan y se ha encargado de ser el soporte de todos aquí, hasta de él mismo. ¿Cómo me encuentro yo? De todas las formas que se sienten ellos, culpa por no estar ahí, con ojeras y ojos rojos, sin poder dormir y comer, y, por último, pensando en si sería correcto irme también.
Me levanto del piso del baño y salgo de ahí, encontrándome con mi habitación hecha un desastre, las computadoras apagadas y ropa arrugada alrededor del piso. Camino en modo automático y salgo de mi habitación para ir a la de ella, doy un respiro antes de entrar. Prendo la luz, todo está intacto y pulcro, como si nada, esperando que vuelva como si eso fuese posible.
Paso uno de mis dedos por uno de los gabinetes con delicadeza, ni un rastro de polvo y todo en completo orden. Pienso en que es masoquista venir aquí y llorar por ella, no la estoy dejando en paz, pero ya pronto lo haré.
Veo un cuadro en donde ella sale, sonrío. Era tan hermosa, tan alegre, tan dulce y todos los adjetivos buenos que pueda llegar a decir son sobre y para ella.
Me volteo a darle una última mirada a la pequeña habitación, apago la luz y cierro la puerta con máximo cuidado, como si fuera de cristal.
Paso mis manos por la cara y empiezo a caminar hasta la cocina. Veo a mi hermano, tiene la mirada perdida hasta que se da cuenta de mi presencia y voltea a verme, me sonríe y no dice nada, yo tampoco lo hago. Él agarra un vaso con agua y después se va, probablemente a su habitación.
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Alerta Roja
Teen Fiction«La venganza y la cordura a veces van de la mano». Una muerte, un nuevo destino. Zoa junto a su incompleta familia se mudan al otro lado del mundo luego de la muerte de una de las personas más importantes en su vida, la realidad es que tras eso todo...