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La luna desfilaba glamurosamente entre miles de estrellas plateadas dibujadas en el alto cielo

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La luna desfilaba glamurosamente entre miles de estrellas plateadas dibujadas en el alto cielo.

El frío que transitaba abundantemente entre las ajetreadas calles sin dificultad alguna se colaba entre los abrigados cuerpos de los peatones que felizmente vagaban por la cuidad junto a sus seres queridos, tomando poco enserio la gélida ventisca que acurrucaba el aire.

Al ser domingo, muchos se hallaban disfrutando uno de sus escasos días de descanso, porque no del diario podían tomarse la libertad de no hacer nada sin ser castigados con un descuento en su preciado salario o con el levanto de una carta administrativa.

Y todo eso aplicaba para ciertos jóvenes héroes también.

De los siete días con los que contaba la semana, ellos dos escogieron los jueves y domingos para no formar parte de la fatigante vida heroica y exclusivamente dedicarse a relajarse en compañía de su contrario o a veces, pasarlo en la casa de la madre de la rubia.

Pese a esto, hoy sólo se encontraban en pijama jugando Scrabble en medio de la sala del mayor, quedándoles a ambos pocas fichas para concluir con su tercera partida de la noche.

- ¿Ya vas a tirar? – lo cuestionó Akira sin despegar la vista del chat que compartía con Rumi, aburrida de tener que esperarlo desde hacia siete minutos – Te estás tardando mucho.

- No me presiones, hermosa. – respondió en un quejido Hawks, queriendo camuflar su creciente irritación destellante en su voz. Le hacía falta una letra para poder conseguir una palabra de cincuenta puntos y ganar el juego.

Akira pellizcó el puente de su nariz, rodó los ojos con fastidió y una nueva razón para nunca volver a jugar con Keigo este juego de mesa se reveló dentro de su cabeza.

(...)

- ¡Lo tengo! – gritó emocionado mientras acomodaba cuidadosamente las fichas sobre el tablero verde, después de haberla hecho esperar por unos treinta minutos demás debido a las pocas opciones que su cerebro formuló con éxito.

Cuando terminó con su tarea, alzó sus ámbares para conectarlos con los impasibles ojos de la ceniza. La mirada de Takami era tan preponte, tan segura que a cualquiera que lo viese, seguramente lo pondría a delirar, siendo la de Seki lo opuesto en estos momentos.

- ¿Esto es enserio? – preguntó la femenina, horrorizada por la atrocidad ortográfica que su novio acababa de plasmar en el área de juego, pero él no lo notó, pues rápidamente asintió – Keigo... bebé, "trafiquase" no se escribe así. – le explicó dulcemente al rubio mayor.

- ¿Cómo que no? – aunque sabía que solito se estaba mintiendo, no quería dar su brazo a torcer ante ella, mucho menos ahora que estaba a nada de recibir cincuenta puntos y de paso, la victoria definitiva – Puedes buscarlo en el diccionario y verás que no me equivoco.

- Me adelanté en hacerlo, no te preocupes. – respondió entre carcajadas burlonas mostrándole en su celular la página del diccionario que demostraba que, efectivamente, la heroína tenía toda la razón.

Oblígame a pensar sólo en ti || HawksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora