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La bebita en multimedia ksksksk love ya

Junnie

Después del desgarrador y duro parto que tuve, nuestra bebé pesó muy bien. Era un rechoncheta pálida de ojos rasgados. Se parecía tanto a su padre, pero lo que más me gustó fue ver el lunar que tenía mi madre en el mismo lugar donde ella lo tiene. En su cuellito. Decidimos entre Yoongi y yo hace unos meses llamarla Chaerin, ya que mi madre se llamaba así. Había quedado exahusta del parto así que dormí un poco antes de darle el pecho a la pequeña.

— Hola... —dijo alguien en un susurro a mí lado.

No me moví ya que conocía esa voz de algún lado. Permanecí con los ojos cerrados hasta que otro susurro se hizo presente.

— Junnie... —susurró esa voz cerca de mí oído. Abrí un ojos suavemente temiendo a encontrarme con algo que no deseo.

Jungkook estaba frente a mí sonríendo sosteniendo una bolsa en sus manos. Pestañeé un par de veces e intenté incorporarme en la camilla.

— No te muevas Junnie —Jungkook acomodó un almohadón detrás de mí espalda para estar más cómoda—. Les he traído esto.

— No te tenías que molestarte Jk —sonreí débil.

— Quería hacerlo, eres mi cuñada y ella mi sobrina —sonrió.

— ¡Junnie! —la puerta de la habitación se abrió y un hombre en sus cincuenta apareció.

— ¡Papá! —chillé emocionada.

— Junnie mi amor —corrió hacia donde estaba y me abrazó— ¿Te sientes bien tesoro? —.

— Si papá, estoy bien, solo un poco adolorida y adormecida, pero todo bien —dije acomodándome.

— ¿Y mi pequeña Junnie? —reí.

— No es la pequeña Junnie, es la pequeña Min Chaerin —sus ojos se aguaron y sonrió.

— Mi Chae... ¿Se parece a ella? —sonreí con los labios cerrados.

— Se parece más Yoongi que a mí, pero tiene su lunar en el cuello —.

Tocaron la puerta y en ese momento entró Yoongi cuidadoso con la bebé en brazos, se acercó a nosotros nervioso, mi papá era demasiado intimidante con sus ciento ochenta y cinco centímetros de altura. Miró a Yoongi y este se puso un poco nervioso.

— Gracias por cuidar a mi hija —él asintió y se acercó para que pudiera cargar a su nieta.

— Junnie ¿Te encuentras bien? —preguntó Yoongi acercándose a mí para darme un beso en la frente.

— Si, estoy un poco mejor, aún estoy entumecida, pero puedo darle el pecho —tomé la mano de Yoongi y este estaba temblando.

— ¿Estás nervioso? —él asintió.

— Pues claro, un ex marine te intimida hasta siendo viejo —.

— El rapero que te lleva a Hong Kong con una lengua tecnológica, está nervioso. Se acabará el mundo mañana —jugué un poco con él.

— Mmm... Me parece que estás recalcando muy bien mis dotes con la lengua, tesoro —me sonrojé pero no deje de reírme.

— Hong Kong se siente muy bien —.

— Eh, eh, deja de pervertir a mí niña —dijo mi papá sosteniendo a Chae con un brazo, mientras que con el otro nos señalaba.

— S-si señor —Yoongi se paró firme frente a él.

— Es broma viejo, me has dado una preciosa nieta y haces a mi hija felíz —papá mostró sus dientes en una sonrisa.

— Suegro ¿Me puede contar historias de la marina? —Yoongi se acercó a él, este día sería muy largo.

[...]

Ya eran las seis de la tarde y andaba dándole el pecho a la pequeña Chae, mi papá había ido a nuestro apartamento para traer algunas cosas de ahí. Yoongi estaba en el baño de la habitación dándose una ducha. Sentí la puerta de la habitación abrirse y me imaginé que era mi padre, pero solo una persona vestida de negro entró.

— Hola perra —quitó su gorra y pude ver a Dae. En un ataque de pánico sostuve a Chae fuerte entre mis brazos.

— ¿Q-qué haces aquí? —pregunté temblorosa.

— Si gritas, tú mocosa pagará las consecuencias —dijo acercándose a la cama.

Al verlo tenía cicatrices por el rostro y su semblante decía que no había nada bueno con él. Sacó un cuchillo y susurró:

— Muy linda la nena, pero morirá ella y el asqueroso que te preñó —sonrió.

Intenté empujarlo pero de nada sirvió, en el proceso me rompí una uña y mis dedos tenían sangre.

— Sabes que no puedes conmigo puta —escupió.

— L-lo siento, iré contigo, pero no dañes a mí hija —como pude me levanté de la cama con Chae en brazos.

Caminé hasta la cuna de mi lado y acosté a mi hija. Rápidamente y simulando estar arropándola dibujé con la sangre de la uña rota, una pequeña "D" en la sábana junto al lado de su cabecita. Temblorosa volteé y lo ví sonriendo mientras jugaba con su cuchillo. Caminé despacio hasta dónde estaba y este señaló la salida con su cuchillo. Caminé delante de él y me percaté que en una mesa frente a mí tenía el celular de Yoongi y su Smartwatch. Así que con fingida torpeza choqué contra la mesa y tomé el reloj a prisa. Ante el ruido de la mesa Yoongi preguntó por si estaba bien y le contesté que sí.

Miré a Dae, este me tomó del brazo y me sacó a toda prisa de la habitación. Caminé forzadamente hasta las escaleras de la parte trasera del hospital. Y bajamos por ahí. Al llegar al estacionamiento subterráneo este me golpeó la cara, sostuve mi mejilla dañada mientras caminaba por el estacionamiento. Llegamos a un auto un poco viejo y desgastado, tomó una soga y me amarró las muñecas a la espalda y cubrió mi boca con un pañuelo. De ahí me puso de una manera muy incómoda en la cajuela del auto.

Cuando arrancó el auto desesperadamente busqué algo en el interior de este para poder desatar mis muñecas a la espalda. Encontré una tapa de lata de pintura, me senté como pude en el pequeño espacio y tomé con mis manos la tapa para sostenerla entre mi espalda, y el guardafangos del auto. Pasé la soga por el borde de la tapa varias veces y suave para poder cortarlas. Al hacerlo me alegré no habernos detenido aún y activé el GPS del Smartwatch y lo escondí entre mis bragas.

Tenía que armarme con algo para enfrentarlo, tengo una hija y una pareja que me esperan, debo ser fuertes por ellos, no puedo cometer el mismo error dos veces.

Le mostraré a ese hijo de perra que nadie subestima a Kang Junnie.

¡Hey Niña! || MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora