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Yoongi

Junnie y yo teníamos una relación profesional en el trabajo y en la casa éramos como cualquier pareja. Por desgracia no podíamos salir libremente, pero intentaba hacerla sentir especial en el espacio de mí apartamento. Está vez estábamos en una consulta con el psicólogo, y Junnie se sentía un poco tensa, estaba sacando sus miedos y traumas. No se veía muy bien.

— Junnie, estoy aquí. Puedes estar tranquila —ella asintió.

— Bien señorita Junnie ¿A qué le temes en este momento? —preguntó.

— Antes temía a que Dae volviera y me hiciera daño, pero desde que conozco a Yoongi, temo que le haga daño a él —el doctor asintió y anotó.

— Estoy consciente de algo, tu padre era un ex marino, sabes defenderte ¿Por qué no lo hiciste antes? —preguntó el psicólogo.

— Simplemente, me sentí muy sorprendida cuando pasó, tuve mucho miedo, nunca me había levantado la mano e intenté golpearlo, pero frenó mi mano y me noqueó... No quiero hablar de lo otro, por favor —.

— No se preocupe, pero recuerde, puede abrir los ojos en todo momento, que a quien verás será a al señor Min, solo él —Junnie tomó mi mano con fuerza y acarició su cara con esta.

— ¿Junnie puedes esperarme fuera? —ella asintió.

Salió de la sala y cerró la puerta consigo, miré al doctor y este me sonrió.

— Tienes a una chica que te ama mucho Yoongi —sonreí—. Debes trabajar con ella, si la verdad, haz que abra los ojos y vea que eres tú quien está ahí para ella.

— Ya sé doctor, tiene pesadillas horribles, algunas con que su ex loco me asesine —el asintió.

— Es lo normal, ella es una chica muy fuerte y si te pidió que la acompañaras a las consultas lo hizo por tí, porque quiere que formes parte de su vida —.

— ¿Te lo dice tu ojo de psicólogo? —dije divertido.

— ¡¿Hombre qué no ves como esa niña te mira?! Es puro amor, puro —.

— Ya sé —reí—. Estoy muy agradecido de conocerla.

— Ve a casa con ella Yoongi, cuídala —.

— Adiós doctor, gracias por todo. Hasta la próxima —me despedí de él y salí al pasillo de la clínica.

Junnie estaba parada en el pasillo viendo a un niño hacer un dibujo. Tomé su mano y la conduje fuera de la clínica. Separamos nuestras manos por seguridad y entramos en el auto que estaba estacionado.

— Ese niño perdió a su mamá —me observó—. La extraño también.

— Ya lo sé Junnie, ella siempre está contigo, a dónde vayas —asintió.

— Yoongi ¿Me prometes que cuando abra los ojos todos los días y todas las veces en las que nos besemos, estarás siempre ahí? —sonreí feliz.

— Claro que sí Jun, yo te quiero muchísimo y nunca te dejaría sola —la abracé.

— Vámonos a casa por favor —.

Entramos al apartamento, ella se acostó en el sofá, sobó sus sienes y cerró los ojos

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Entramos al apartamento, ella se acostó en el sofá, sobó sus sienes y cerró los ojos. Estaba cansada, lo sabía. Estos días en la empresa todo ha sido muy tenso, teníamos que aparentar muy bien para no levantar sospechas de los nuestro, mientras que varios besos escondidos en los estudios de ambos sucedían.

— Junnie, te invito a una cena —ella abrió sus ojos y me observó—. No saldremos, sabes que no, pero quiero darte un momento de relajación así que quédate aquí.

Corrí a nuestra habitación, entré al baño de esta y abrí el grifo de la tina. Está se llenaba lento, así que corrí al armario y tomé velas que ella compró y las acomodé en el baño. Tomé inciensos y también los encendí. Cuando ya la bañera estaba totalmente llena, eché sales minerales y un poco de espuma para que se sintiera más relajante.

Cuando volví a la sala ella estaba sentada en el sofá aún mirándome con una ceja arriba. Solo me encogí de hombros y sonriente la llevé a nuestra habitación, donde la conduje al baño y le enseñé su templo de relajación por la próxima hora.

— Yoongi me consientes demasiado, sabes que no me gusta tenerte así en función de mí. Debes relajarte también —me reprochó pero tocó la temperatura del agua y sonrió.

— Me gusta mimarte, además lo necesitas —.

— ¿Si entró aquí me acompañarás? —preguntó.

— ¿Dentro? No, es para tí. Es parte de mi cena especial —.

— Bueno, está bien. Solo me ducharé rápidito y me meto acá —dijo frotándose ambas palmas con diversión.

Salí del baño y fui a la cocina, dónde abrí la nevera, saqué del congelador nuestra cena y la metí en el microondas. Sentí un grito de Junnie a los dos minutos después y fui a ella. Di dos toques en la puerta y ella me dijo un pasa. Estaba metida en la bañera y se veía muy relajada. Por lo menos mi plan funcionó.

— Yoongi, te quiero muchísimo —me sorprendí ante su confesión de la nada.

— Yo te quiero más —sonreí con las mejillas que dolían.

Ella tomó mi mano y me jaló para que quede a su altura y acarició mi cara con sus manos mojadas, haciendo que las gotas me hicieran cosquillas.

¡Hey Niña! || MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora