Anna
Han pasado al menos tres días desde el accidente en el Empire, y lo digo así ya que lo han catalogado como un cortocircuito.
Empiezo a creer que la empresa ya ha pasado por momentos de crisis, porque es admirable como manejan la situación, y en poco tiempo lo resuelven. Así mismo, ayer jueves hubo una inspección detallada de cada habitación eléctrica en el enorme edificio, como control de seguridad, y al encontrar todo perfecto sin fallas, a partir del día de hoy, viernes, la empresa ya vuelve a su normal funcionamiento con sus trabajadores de forma presencial, y no virtual, como venían haciendo.
Aunque no tengo sesión con Maximous hasta casi la noche, he decidido venir antes, para contar con un espacio de trabajo cómodo y silencioso. Me he cruzado con una ingeniera y un arquitecto, los cuales hablaban sobre la estructura del lugar, y cientos de pintores y personal de limpieza dirigiéndose al piso cuatro, donde se encuentran las oficinas de los jefes de algunas subdivisiones, que fue el más afectado a causa de la explosión.
La eficacia de aquellas personas era superior, todo estaba tan perfecto que podría jurar que nada pasó a comienzo de semana.
No estoy haciendo demasiadas cosas, de hecho, ahora mismo me encuentro escuchando el nuevo álbum de Taylor Swift cuando el nombre de Charlie aparece en mi pantalla, indicando una llamada entrante.
-Hola, hola. – canturreo al descolgar la llamada.
-¿Anna, crees que puedas venir a mi departamento?
-¿Qué sucedió? – murmuro preocupada al escuchar el tono de su voz.
-Christopher me engañó. – la voz se le quiebra, y estoy segura de que está llorando – estoy en Londres, y no tengo a mis amigas aquí y...
-No te preocupes. – la interrumpo – textéame la dirección, estoy saliendo hacía allí.
La llamada finaliza y recojo mis cosas antes de salir disparada hacía el elevador que me llevará al estacionamiento.
Chequeo la dirección y asiento, conozco el lugar, es una zona residencial bastante antigua y lujosa, un excelente lugar para visitar al menos una vez.
Conduzco con prisa, la pobre debe estar destruida. Ya me ha hablado de su novio Christopher, ahora ex, y de cómo al comienzo ambos tuvieron sus diferencias, pero luego se fueron enamorando. Tienes que ser imbécil para engañar a una persona que estuvo ahí para ti.
Pienso en la entrevista, apenas son las seis de la tarde y faltan horas para la sesión, pero, de todas formas, si llego tarde, no creo que Maximous pueda culparme al saber que estuve en la casa de su hermana.
Dejo la motocicleta estacionada, junto con el casco, y cuando le hago saber a Charleen que me encuentro abajo, mediante el portón eléctrico, las puertas son abiertas para mí, y asciendo por el elevador hasta el piso número tres.
Toco el timbre, y a los pocos segundos la puerta es abierta por nada más y nada menos que Raina, quien me mira sorprendida.
-Anna, ¿tú...? – es todo lo que sale de su boca y continúa boqueando.
Supongo que no nos hemos visto en un largo tiempo.
-¿Es Anna? – escucho la voz de la otra gemela desde la lejanía - ¡hazla pasar!
Le sonrío a Raina y le doy un rápido abrazo antes de adentrarme al departamento.
-Es bueno verte de nuevo, Raina.
Se queda en su lugar, totalmente extrañada, y no espero respuesta antes de caminar en dirección donde la voz de Charleen me guía, y doy con ella en una inmensa habitación.
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Infinitos
Novela Juvenil#E.I.2 Anna y Max se despidieron. Pero la verdad es, que nunca se dijeron adiós. Uno nunca salió del corazón del otro. No volvieron a verse, pero nunca se olvidaron, porque amores así quedan para siempre. El destino les jugo una mala pasada, y ter...