01. Paseo nocturno.

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Layla

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Layla.


— ¿Dylan siempre ha tenido ese jodidamente ardiente trasero? — escuché que le preguntaba a Sawyer en un "susurro".

Puse los ojos en blanco. ¿En serio?

— Si, West, siempre ha estado ahí — Sawyer le contestó, escuchándose algo fastidiado — Créeme, siempre ha estado.

El sonido de mi teléfono me saca de mi amada lectura She is of on the boys. Cierro mi libro no sin antes marcar dónde he quedado y me levanto para agarrar mi teléfono de la cama, veo la llamada entrante, es Maya, mi mejor amiga. Me siento en la cama y contesto.

"Oye zanahoria, estamos llegando a tu casa así que mejor sal si no quieres que grite como loca y despierte a tus vecinos."

¿Pero qué...?

Cuelga sin dejarme siquiera responder, veo la hora en el teléfono, son las 11:35 PM.

Suspiro profundamente y me levanto para buscar un suéter y hacer lo que dice, no quiero lidiar con vecinos gruñones a esta hora. Escucho la bocina del Mustang de Maya, así que me apresuro a tomar mi teléfono, mis llaves y bajar. Mis padres no estaban en la casa por trabajo así que no tuve que escabullirme. Ya afuera de mi casa vi a Maya con un altavoz en la mano y encima del capó del auto lista para gritar, veo en el asiento del copiloto a una Grace somnolienta con su pijama de gatitos. No pude evitar sonreír.

— ¿Se puede saber que están haciendo? — les pregunto con los brazos cruzados ya una vez que estoy enfrente del Mustang.

— Dirás... Qué VAMOS a hacer. — me corrige Maya bajándose del capó y montándose en el asiento del conductor. Mi mirada viaja a Grace, mi otra mejor amiga en busca de una explicación, pero su cara solo expresa una cosa: háblame y te mato, mi mirada regresa a la rubia que me mira desesperante, — ¿Qué esperas? Mueve ese culo y sube.

Qué dulce.

Una vez en el auto, Maya arranca hacia... ¿A dónde vamos?

— ¿A dónde iremos? Dijiste que lo dirías cuando estuviéramos las tres. — le gruñe la gatita dormilona a la loca del altavoz.

— Cambie de opinión, tendrán que esperar, es una sorpresa mis niñas. — nos dice sin despegar la vista de la autopista con una sonrisa de lado, ganándose una mala mirada por parte de las dos.

— Esto no parece sorpresa, sino un secuestro, para tu información — me encojo de hombros mirando como nos estábamos alejando de la residencia.

— ¡Si! Además estaba soñando con mi hermoso y sexy Tom Holland cuando entraste por mi ventana — reclama Grace, mientras yo tenía una duda.

— ¿Por qué entraste por la ventana? — preguntó divertida al imaginar a Maya subir dos pisos hasta la habitación de Grace.

— Porque no contestaba su teléfono. — dijo como si fuera lo más normal del mundo entrar por una ventana a mitad de la noche.

Broken dreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora