16. Otra persona.

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Layla

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Layla.

— Otra vez. — afirmo mirando a Sofi sentada en la sala de espera de la academia. Keegan tenía días viniendo a buscar a Sofi sin ningún problema, pero de ayer para hoy volvió a dejarla hasta tarde.

Sofi se encoge de hombros,— Tranqui, ya pedí un Uber, no debe tardar en llegar.

La miró asombrada por su capacidad de tomar el control de la situación en la que se encuentra, sin embargo, todavía es una niña pequeña y no es seguro que se vaya sola en un Uber. ¿Qué estará haciendo el malhumorado Keegan?

— Ves, ya llegaron por mi — Sofi me saca de mis pensamientos y me da una sonrisa para salir de la academia, agarro mis cosas y la sigo. Me subo también ganandome una mirada curiosa de su parte.

Me encojo de hombros,— No te dejare ir así sola, es muy peligroso.

— Se cuidarme sola — me garantiza.

— Aún sigo diciendo que tú hermano es muy irresponsable.

— No es su culpa estar enfermo — dice haciendo que me quede muda.

— ¿Keegan está enfermo? — Sofi asiente. Ahora que lo pienso, hoy no lo ví en todo el día ni siquiera en la cafetería.

— No tenía idea.

Ella se encoge de hombros,— No esperaba que lo supieras, es un chico muy cerrado con sus cosas.

Asiento con la cabeza pero no digo nada más. Sofía tiene razón, Keegan es alguien muy cerrado, además, no somos muy amigos que digamos. El Uber se detiene y miro la casa que tenía al frente, no es tan pequeña pero tampoco tan grande, es normal. Sigo a Sofi hasta la puerta, que se detiene solo unos segundos para dedicarme una mirada que no logro descifrar para luego abre la puerta.

Lo primero que veo es a Keegan semidesnudo en el sofá, estaba de espaldas así que no nota mi presencia.

¿Y cuándo lo hace?

Cierto.

— Que bueno que llegas mocosa, Nonna no dejaba de llamarme para saber si... — sus palabras quedan en el aire cuando me mira, después a su hermana, quién sonríe culposa.

Genial, aquí vamos.

Keegan de mala gana toma una sábana que no había notado que estaba ahí, se la coloca encima para cubrirse y observa a su hermana.

Al menos tiene decencia.  

Querías seguir viendo su cuerpo, Lay. No te hagas.

Carraspeo ganándome la atención de parte de los dos,— Y-Yo no quise dejar que Sofi se viniera sola así que decidí traerla... no tenía idea que estabas enfermo.

— No es algo que deba interesarte.

Sofi me da una mirada de "Te lo dije", le saco la lengua logrando una risa de su parte y corre hacia las escaleras dejándome a solas con el monstruo.

Broken dreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora