26. Ella es intocable.

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Layla

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Layla.

— Lala, ya estoy cansado, ¿Podemos parar un rato? — Jadea Logan exhausto y ruedo los ojos.

— No tenemos ni siquiera una hora de que empezamos.

Estábamos en una biblioteca en Central Park, un jueves en la tarde, lejos de la universidad, con mucho cansancio y todo por culpa de Logan.

Verán, Logan estaba tan confiado en que nadie iría a la biblioteca de la universidad un día cómo hoy, ¿Su lógica? Ningúna, todavía me estoy preguntando si se cayó de chiquito, cómo sea, en su lugar me llevo de compras y por un helado para que "sintiera mejor" y la verdad si me sentí mejor, pero lo que él no sabía era que los universitarios sí estudian y tienen el conocimiento de lo que es un libro y que utilidad tienen.

Luego de tanto insistir y tal vez de unos cuantos dólares después nos encontrábamos en una de las mesas del fondo cansados de esperar en una fila para entrar con un montón de libros por leer y un Logan un tanto aburrido.

— ¡Pero es como si fuera un año! ¡Odio aquí!

Lo miro incrédula,— ¿Eso no es de karate kid?

— Tal vez... Cómo sea, ¿Podemos dejarlo para después?

— Logan, está es la segunda vez que verás este examen, te debería ser fácil. — Le recuerdo.

— Cómo quisiera ser mujer, mostrarle mis senos al profesor y así pasar todos los exámenes con díez. — Se susurra así mismo mientras empezaba a leer los artículos. Niego divertida y me pongo a escribir.

— Solo nos queda el examen de maña-

— Hey, Price. — Alec aparece frente a nuestra mesa no muy feliz ni con esa vibra de "Soy el rey" que tiene habitualmente.

— Hola, Mordecai, ¿Cómo-

— Ahórrate el numerito y escucha. — Me corta, miro confundida a Logan y luego a Alec, Logan tiene la misma expresión que yo, hasta parece sorprendido,— No sé quién de ustedes tres tenga embobado a ese fenómeno pero cayeron muy bajo al ponerlo en mi contra, yo podría acabar con él cuando yo quiera, que te quede claro.

— Yo... No entiendo nada — No podría estar más confundida ahora.

— Lo único que tienes que entender es que tuvieron suerte está vez pero tanto ese infeliz cómo ustedes princesitas se metieron conmigo y eso no puede quedar así, ya verán. — Me advierte molestó o eso parece, la verdad es que parece más una amenaza y eso no se lo voy a permitir. Estoy cansada de las personas y sus estupideces.

— ¿Escuché bien? ¿Estás amenazándome? — Escupo y me levanto de mi asiento, y rodeo la mesa para estar al frente de Alec para demostrarle que no le tengo miedo, ni a él ni a sus estúpidas e infantiles amenazas,— ¿Por qué? A ver, cuéntame, ¿Es por los disfraces? ¿Por qué Maya te venció en tu propio juego? ¿Qué? ¿Tienes cinco años? Madura, ya tienes pelo en el pecho cómo para hacer cosas de niños, hiciste una apuesta y perdiste, ¿Es nuestra culpa? No.

Broken dreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora