Todos soñamos con tener la vida perfecta, pero no contamos que con ella no viene la verdadera felicidad.
Layla Price es el sinónimo de perfeccion. Hermosa, inteligente, amable y divertida; todos creen que su vida es perfecta, pero no es así.
Keegan...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Layla.
La semana pasó muy, muy rápido y el esperado sábado llegó, es cómo si el tiempo estuviera del lado de Maya, quiero decir, del campus entero, ya que no hay otro tema de conversación que no sea la fiesta de iniciación.
La rubia ya estaba lista, en cambio, yo pues qué les digo, mi cuerpo no coopera conmigo ni siquiera me he bañado.
¿No les pasa que quieren salir, pero no se quieren mover porque les fastidia y más si es temprano?
Así estoy yo en estos momentos, en el sofá de mi habitación, Maya me despertó hace una hora y me puse a ver un capítulo de La Casa de Papel en Netflix, cuando recibo una llamada por Skype de Matt.
¿Aceptar o rechazar?
¿Escuchar las estupideces de mi hermano a las 10 AM o seguir viendo cómo mi sexy y caliente profesor se escapa de un toro?
Ding ding ding, tenemos un ganador.
Cuando mi dedo estaba a punto de rechazar la llamada entra Grace con un short de mezclilla, unas vans y un top rosa.
Le silbo y me acomodo para guiñarle un ojo,— Hola, mamacita. ¿Te gusta el pan?
— Déjate de piropos malos y ve a bañarte. — Se acerca y ve la pantalla de mi laptop, al parecer Matt seguía llamando y Grace no dudó en aceptarla.
Adiós a mi sexy y caliente profesor.
— Escúchame bien, mocosa. Si te llamo tienes que contestar así sea pa- — Se calla cuando ve a Grace.
— Hola, Matty.
— Grace, hola.
Matt es el crush de Grace desde niños y por lo que sé él también la tiene de crush, pensé que estarían juntos, pero Matt solo llegó un día diciendo que se casaría y nos tomó a todos por sorpresa. Maya y yo pensamos que ella estaría destrozada por la noticia, pero no fue de esta forma, nos dijo que solo tenían sexo sin compromiso alguno y ya.
Ahora solamente son amigos y al parecer están bien con eso, aunque a veces juegan a coquetear, pero solo eso, Grace y Matt respetan mucho las relaciones y me parece bien.
— Estás muy linda, Grace. — Cuando se fija en mí le sonrío,— Tú no, anda a bañarte.
La castaña alarga una carcajada,— Eso mismo le dije yo, tenemos poco tiempo para que vengan por nosotras y ella no está lista aún, siempre es la última.
— Hey, lo mejor para el final. — Le doy mi laptop a Grace y me levanto. Aún en el baño puedo escuchar las estupideces de mi hermano y de Grace, en algo tiene razón y es en que siempre soy la última.
— ¿A dónde van? ¿Con quién? ¿Quién conducirá?
— Relájate, es una fiesta en la playa con todos los alumnos de la universidad.
