07. Cena familiar.

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Layla

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Layla.

Al llegar a Seattle el taxi me deja al frente de mi casa, me acomodo el cabello y toco el timbre, no pasa mucho cuando mi hermano abre la puerta. Ya lo extraña...

— Casa equivocada. — Me dice y cierra la puerta. Abro la boca indignada. ¡Me cerró la puerta en la cara!

¡EN LA CARA!

Cuando abro la puerta lo veo correr escaleras arriba y no dudo en seguirlo,— Uhh ¡¡Te mataré Matthew Morgan Price!!

Cuando lo alcanzo me tiro encima de él haciendo que caiga en el piso y suelte un quejido de dolor.

— ¡¿QUÉ TE SUCEDE?! ¡QUÍTATE, MOCOSA, PESAS CÓMO UNA VACA! — Lo empiezo a golpear para que se calle, pero empieza a gritar más fuerte,— ¡AUXILIO! ME QUIEREN VIOLAR, REPITO. ¡ME QUIEREN VIOLAAAR!

Le pongo una mano en la boca,— ¿Quién en sus cinco sentidos quisiera acostarse con alguien como tú, idiota? Ahora, ¿Puedes dejar de gritar, feto con piernas? Ya no te soporto. — Él asiente lentamente y le quito la mano poco a poco, Matt se queda quieto pero solo por dos segundos.

— ¡¡ME ESTÁN TOCANDO!! ¡¡SOY MUY JOVEN Y HERMOSO, AYUDA!! — Lloriquea y le vuelvo a tapar la boca.

— ¿Qué coño te pasa carajito llorón? Se puede escuchar tus gritos desde el jardín. — Aparece Nanna regañandolo en español. Cuando me ve pega grito emocionada y me ayuda a levantarme para poder abrazarla.

— ¿Quién es la gritona ahora, viaja? — Se burla Matt.

— Mírate. — Nanna lo ignora y se separa para verme mejor,— Estás más delgada, ¿Estás comiendo bien?

— ¿Delgada? Vieja, te hace falta usar lentes. Cuando me salto sentí una avalan-

— Nojoda. Anda a arreglar algo, mijo, y deja a tu hermana tranquila. — Le saco la lengua y me voy a la cocina con Nanna.

— ¿Hace cuánto que está aquí? — Le pregunto refiriéndome a Matt. Tomo un paquete de galletas y un vaso con leche.

— Hace dos días, lo botaron por gafo. — Me informa sentándose frente a mí, le doy una galleta y empiezo a beber mi leche,— Estaba triste porque la casa se sentía sola, silenciosa y vacía, pero cuando llegó tu hermano todo eso se esfumó... Y ahora quiero que vuelva.

Escupo la leche por su ocurrencia, creo que me entro leche en la nariz, empiezo entre toser y reírme al mismo tiempo como una loca.

— Qué puerca eres. — Arruga la nariz y me pasa una servilleta, espera a que termine con mi ataque de foca retrasada y continua,— Espero que no se te pegue más la estupidez de tu ladilloso hermano, porque tendrás que compartir cuarto con él.

— No hay problema. Ya se me pego todo lo que tenía que pegarse en estos 18 años. Además, lo mataré si le hizo algo a mi habitación.

— Te perdimos entonces. — Niega con la cabeza divertida.

Broken dreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora