The Ghost King

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Nico volvió a su rutina, salir hacer pequeñas misiones para su padre, visitar ambos campamentos, aunque aveces visitaba más el mestizo para ver a Leo y a Triton. Nico estaba volviendo de una de sus misiones al campamento, cuando su sombra se vio interrumpida por un dolor de su brazo, Nico en vez de llegar a su cabaña llegó al árbol de Thalia, soltó un silbido cuando el dolor siguió extendiéndose, cerró sus ojos tratando de calmar el dolor aunque aabia que eso no pasaría, el mismo se había traído eso. Nico sintió como metían algo a su boca, el sabor a granada llegó a su paladar, el dolor disminuyo drásticamente y Nico abrio los ojos para encontrarse con la mirada preocupada de Triton.

—Deja ese trato— dijo el ex-Dios

—Ya te dije, que hay una fecha límite, no la puedo adelantar, solo son tres meses mas— respondió Nico

—Debes de decirle a Leo— mencionó Triton mientras ayudaba a Nico a pararse —La niebla pronto dejará de funcionar, que dirá cuando vea la mirada de tu brazo envuelto en sombras o cuando vea las sombras que han decidido adornar tu pecho

—Se lo diré, esta noche— dijo Nico

Ambos caminaron, colina abajo al campamento, cuando llegaron Nico se enteró que la mayoría estaba terminando lo del barco, asi que Nico con ayuda de Triton camino hacia su cabaña. El hijo de Hades se despidió de Triton, antes de acostarse en su cama y caer dormido. El sonido de la puerta abriéndose hizo que Nico se despertara,  el pelinegro trató de ver quién era, pero su vista aún no se acostumbraba a la oscuridad, escucho la puerta cerrarse y pasos hacia el, antes de que la lámpara a su lado se prendiera y ahora tuviera que acostumbrarse a la repentina luz.

—¿Estas despierto?— pregunto Leo

—Si— Nico se sentó y espero a que Leo se sentara junto a él —¿Que hora es?

—Son casi las once— respondió Leo

—Ya comiste?— pregunto Nico mirando a Leo, tuvo la respuesta por el sonido de su estómago —Vamos a mi casa

Nico tomó la mano de Leo y los transportó a su apartamento, después de que preparan algo de comida, se sentaron en la sala y empezaron a comer, una película después ambos, caminaron hacia el cuarto de Nico, se pusieron una pijama, y se acostaron juntos.

—Leo— susurró Nico

—Si?

—Hice un trató, poder que solo un cuerpo inmortal puede soportar, pero no soy inmortal, me consume uso la niebla para evitar que vean cambios— respondio Nico, esperando alguna reacción por parte de Leo

—¿Porque?— pregunto Leo

—No puedo participar activamente en alguna profecía si no soy parte de ella— explicó Nico, aunque Leo ya sabía eso —Alguien vino a mi por parte de los destinos, dijo que podía participar activamente en ella, dijo que era más que un protector, que era un guardián, un cabello, un príncipe y a la vez más que eso, que tenía un destino.

—Que pasa con el trato?

—Mis poderes disminuían su capacidad, cada vez era más limitado, mi cuerpo sabía que volvía a envejecer, un semidios solo tiene una diminuta cantidad del poder que tiene su progenitor— respondió Nico —Para ayudarlos, hice un trato con mi padre para que pudiera seguir teniendo aquel poder por algunos meses...

Ambos siguieron hablando, hasta que ambos cayeron dormidos, todo está bien, ya no había secretos entre ellos. Disfrutaron sus momentos juntos, no había tiempo para peleas, ambos sabían que, la guerra ya había empezado, habían ganado una batalla,  solo un pequeño paso para ganar la guerra. Nico abrazo a Leo contra su pecho y disfruto el calor que luchaba contra el frío de su piel.