Prologo

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Nico estaba confundido, un rayo cayó en su mamá, su mamá había muerto, su pequeña mente de once años registró esas palabra su madre había muerto. Todo paso rápido una mujer les había dicho a Bianca y el que se sumergieron a un lago, su hermana lo hizo. Nico sintió como algo lo llamaba olvidándose del asunto de meterse al río, el pelinegro corrió siguiendo aquella voz, se disculpó con las personas translúcidas corrió se controló con un jardín la voz lo seguía llamando ignorando aquella voz vio a un hombre tratando de comer una fruta para ver cómo se alejaba de él hasta llegar a los pies de Nico tomo aquella fruta y se acercó al hombre.

—Se le callo esto señor— dijo Nico tendiendole la fruta

—Vete de aquí niño— hablo el hombre ignorando al niño mientras trataba de agarrar otra

—Ven pequeño ¿cómo te llamas?— pregunto una mujer llamando al niño.

Nico dejó la fruta en los pies del señor grosero, se acercó a la mujer atrás de ella había otra mujer con el ceño fruncido.

—Soy Nico Di Angelo señora— respondió el niño

—Perséfone.

—Como Perséfone la diosa de la primavera de la mitología griega, su carta....— Nico empezó a divagar sobre su juego, Perséfone lo veía con una sonrisa.

—¿Donde están tus padres niño?— pregunto Perséfone.

—Mi mamá murió por un rayo, mi papá me trajo aquí con mi hermana y ....—Nico se dio cuenta había dejado a su hermana, sollozo —Bianca!

Nico seguía llorando, Perséfone se había dado cuenta que eran los hijos de su esposo, pudo haber convertido al niño en una flor, pero le rompió el corazón verlo así tomo al niño en sus brazos y empezó a cantarle. Dementer vio confundida a su hija, abrazando a un niño y cantandole para que se calme.

—Te ayudaré a buscarla— murmuró Peorsefone secandole las lágrimas.

—La mujer dijo que nos sumergieramos a un lago, también dijo que nos llevaría a un hotel— hablo Nico tomando la mano de Perséfone —Era fea esa mujer.

—¿Sabes a donde los llevaría?

—A un lugar leto o algo asi—contesto Nico encogiéndose en hombros.

—El hotel loto?— pregunto Dementer

—Si señora.

Caminaron en silencio, Perséfone no quería dejar a ese niño, apesar de querer un niño, no podía tenerlo, y ahora estaba ahí, aquel niño de su esposo tomando su mano, Perséfone negó con la cabeza, siguió caminando hasta llegar al lago lete. Nico volvió a llorar su hermana se había ido sin el, la mujer amable lo volvió abrazar, le sonrió y le dijo que todo estaría bien, lo tomo de la mano, lo llevo hacia un palacio negro un perro estaba ahí, Nico se soltó de la mano de Perséfone y empezó acariciarlo, el cerbero lleno de babas la cara de Nico. Un rato después la diosa de la primavera llamó a Nico, llegaron hasta una puerta que Perséfone tocó.

—Pase— se escuchó desde adentro, los dos entraron y Nico corrió hacia su padre para después abrazarlo —¿Que haces aquí Nico y tu hermana?

—Una voz me llamo corri hacía ella, llegué a un jardín, una manzana todo hasta mis pies, se la quise devolver al hombre pero fue grosero, me encontré con la señora Perséfone, me llevo a buscar a Bi, pero ya no estaba— explicó Nico haciendo gestos cada vez que hablaba.

—¿Que decía la voz?— pregunto Hades  acariciando el cabello oscuro de su hijo.

—Ven Nico, Nico pronto será una nueva era, ayúdame y serás un héroe— Nico intento imitar la voz —Era oscura, quería decirle que se callara que yo no quería ser un héroe yo quiero ser un pirata...

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