Capítulo 27: Felicidad

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La vida se basa según tu felicidad, o es lo que algunos dicen. La felicidad no significa ser feliz a cada instante, más bien es encontrar la felicidad a pesar de lo malo en la vida. Aquello de compone por la ira, la tristeza, el miedo y todas la emociones que mostramos y sentimos. En todos esto infiere principalmente un elemento: las personas. Las personas infiero en nuestras vidas, en lo malo y lo bueno, en aquellos que nos aman, nos odian, nos temen, aquella que simplemente somos indiferentes para ellos, todos valen en nuestras vidas.

—Itachi... Perdon—

No pude mirarlo a la cara, mentí, sea pequeña o grande, lo hice.

Itachi se quedó en silencio, no sé qué pasará, no sé cómo podré remediarlo, pero no quiero que me odie.

— ¿Qué es lo que sabes? —pregunto, fue la primera palabra que oí de su boca, pero estaba claro, el estaba molesto, su voz ya no era pacífica como de costumbre.

—El clan Uchiga fue completamente asesinado, a excepción de Sasuke, quien fue el único sobreviviente y tú eres...—

— ¿Hacé cuánto ? —preguntó. 

— Es confuso, pero creo que desde hace un mes —respondí apenada.

— ¿Me investigaste? —preguntó nuevamente.

Mis manos temblaban, mis ojos ardían y contenían las lágrimas, quería ser firme y decirle con claridad todo.

— Al principio lo hice, ya que me preocupaba tanto Sasuke, como tú, pero después quize dejar de hacerlo, pero... Ya sabía más de lo que debia —

No oí ni una sola palabra, ni un solo sonido, el aire estaba más frío, después de todo ya era invierno, pero más que el clima, era el ambiente entre ambos, la distancia que puse yo misma sobre ambos, que debo hacer.

— ¿No tienes miedo? —

Levante mi mirada, Itachi no me miraba, miraba al contrario de mí, pero hay algo que puedo notar; sus manos tiemblen como las mías, quizás este enojado, quizás esté preocupado, pero no quiero mentirle.

— No lo tengo —respondí firme.

Itachi se levantó del banco donde estábamos.

— Lo siento, tengo que irme —dijo Itachi.

Mis ojos no aguantan tanto, mis manos quieren tomar las suyas, quiero estar a su lado y apoyarlo, aunque me equivoque, quiero estar con él, quiero verlo como de costumbre, quiero verle feliz, yo...

— ¡Itachi¡ —llamé alzando un poco mi voz. Inconscientemente tome una de sus manos con mis ambas manos—. No miento cuando te digo que no temo, no miento cuando digo lo mucho que te amo, no miento con nada de lo que siento por ti —dije de manera algo desesperada—. No quiero... Ni yo sé que hacer ahora mismo, lo único que puedo es pedirte perdón por haberme entrometido en tu vida, puedo apoyarte quedándome a tu lado... Pero eso solo será posible si me lo permites—

En silencio, simplemente caminamos hacia mí casa, de manera incomoda prepare la cena, en cambio él seguía sin mirarme fijamente, su sonrisa, su voz tan gentil, to es como si se hubiera esfumado... Sentía que todo el tiempo juntos fue en vano.

Como arreglo este error, como arreglamos este desliz, simplemente me sentía adolorida, cada detalle era doloroso, su indiferencia, su silencio, simplemente está distancia es difícil.

— Podemos hablarlo —dije, me senté a su lado, a 10 cm lejos de él.

— ____ —habló, lo mire de reojo atenta a sus palabras—. Aquello que hice, no es algo que me pueda perdonar, no es algo que pueda aceptar, pero... No estoy molesto contigo, pero tampoco quiero que me sanes, lo que realmente quiero es aun que sea un segundo... No ser aquel ninja que todo el mundo conoce —tome sus manos, estaban algo frías, pero poco a poco se entiviaban junto a las mías.

Ambos nos miramos, él se acercó a mí, beso suavemente mi frente. Acaricie su cara tocando cada parte de su rostro, su cabello, su labio.

— Te amo —declaré

Me otorgó un beso, mis labios ardían ante el tacto de los de él, mi corazón latía con fuerza.

— Te amo —declaró él.

Tras un beso suave y delicado, comenzó uno con más intensidad, sintiendo más calor. Mis manos se posaron en su cuello acalorado, cada toque de sus manos en mi piel, era una parte de la cual sentía arder y me estremecía. Poco a poco la pasión comenzó a aumentar. El calor en el lugar se sentía. Cada vez nos desprendemos de nuestras ropa. En el cuarto, sentía su piel rozar la mía; su mirada fijamente a mis ojos. Estaba feliz, de sentir este calor tan cerca, de unirme más a él, mi mente ya no pensaba en nada más que en él.

Este sentimiento tan fuerte que siento por él, es asombroso, tal como una luz cálida, iluminando hasta el último rincón.

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Pero qué pasa si esa luz se apaga...
¿Volverá a encenderse o simplemente quedará en plena oscuridad?

Amar es tan hermoso, pero te amo tanto Itachi, que temo no poder dejarte ir en un futuro...

Esta noche quizás por fin nos unimos, sin embargo...

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¿Por qué tus ojos lucen tan tristes?

Atendiendo al amor (Itachi Uchiha y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora