By Jimin
Habían pasado cuatro días. Cuatro días largos, penosos, repletos de culpabilidad, rutina, pesadillas, dolor y asfixia. No había pisado la calle desde que llegué a Busan, y no porque me lo prohibieran, si no por miedo. Recordaba a los salvajes de la manada de Jungkook gruñéndome, gritándome y amenazándome con navajas y retrocedía, alejándome de la puerta cada vez que intentaba salir para investigar el lugar.
En esos cuatro días no había visto a Jungkook ni una vez... y empezaba a desesperarme.
Mi padre volvió al día siguiente después de lo sucedido con la pandilla de Jungkook. Volvió con comida para nosotros, para Ddosun y bebida para una semana... yo no había probado la comida todavía, al menos no apaciblemente. Los ataques habían vuelto. No comía nada durante el día y por la noche, me levantaba, abría la nevera y la atracaba literalmente, devorando todo lo que pillaba como un cerdo, casi sin masticar. Luego... mi estómago lo rechazaba y lo vomitaba.
Mi padre pasaba casi todo el día fuera, contando la noche y apenas lo veía, solo para cenar ocasionalmente. Sonreía y me decía: "No ha sido tan malo después de todo ¿no? Jungkook al final parece haberlo aceptado". No tenía ni idea de cuánto se equivocaba. Había esperado algo más por parte de mi padre, no sé el qué. Quizás que me llevara un día a jugar a los bolos, al cine, que comiéramos juntos y no paráramos de hablar de todo lo que nos habíamos perdido el uno del otro, algún regalo quizás... ropa. Necesitaba ropa.
Pero mi padre no había hecho nada de eso. Hablábamos poco cuando estábamos juntos, quizás fuera porque podíamos respirar la tensión que nos rodeaba e intentábamos no empeorar la situación con palabras que fueran más allá de lo que pretendíamos en un principio. Quizás porque temiéramos rompernos el uno al otro. Había averiguado de dónde había sacado la actitud sumisa y tolerante frente a los demás, al menos. Mi padre era un santo. Quizás poco considerado, pero un santo.
"Jungkook a veces lo hace. Esta casa no significa mucho para él, suele pasar la mayor parte del tiempo en la calle en lugar de en casa, aunque no lo culpo. Yo hago lo mismo. Ha habido veces en las que ha estado fuera durante semanas y no he tenido ninguna noticia de él desde entonces. Luego volvía, dormía uno o dos días enteros y luego, salía otra vez. Quizás ésta sea una de esas veces." me dijo mi padre cuando pregunté por Jungkook.
Me sentía un desgraciado imaginándole en la calle, ¡En esas pútridas callejuelas llenas de basura y gente peligrosa! Y cuanto más desgraciado me sentía, más culpable me declaraba. En esos tres días había conseguido mantener la casa impecable, incluso había pintado las paredes para entretenerme. Ya no sabía qué más hacer.
Eran las once de la noche. Me encerré en el cuarto de baño para darme una ducha. Mi padre se había ido. En casa solo estábamos Ddosun y yo. El pobre había tenido que hacer sus cosas dentro de casa y yo había tenido que recogerlo cuatro o cinco veces al día porque no era capaz de sacarlo a la calle. Pese a todo, Ddosun seguía persiguiéndome a todas partes moviendo la cola, intentando consolarme sin éxito.
Cerré la puerta del baño, aunque no había pestillo. De todas formas, no lo necesitaba. Salí de la ducha, de debajo del agua fría — el agua caliente se acababa a las nueve de la noche — tras apenas cinco minutos y me miré al espejo, desnudo. Mi aspecto era deplorable. Se me estaban hundiendo los ojos, tenía la cara cada vez más chupada y la tristeza me carcomía el cuerpo. Se me notaba tanto... Dios... solo tenía pellejo. Parecía un esqueleto humano. Se me marcaban mucho los huesos de la cadera, tanto que casi me daba repelús y los huesos de las piernas parecían palillos. No sabía cómo podía mantenerme en pie con esos alfileres.
Me costaba mirarme al espejo. No solo era un monstruo por dentro, sino que también me estaba convirtiendo en un monstruo por fuera. Me llevé la mano a la cabeza y me acaricié el pelo lentamente. Cuando aparté la mano lejos de mi cabeza y la miré fijamente, me encontré con un montón de pelos débiles enroscados en mis dedos. Yo nunca había tenido problemas con el pelo o, al menos, no muchos... solía cuidarlo tanto que, a parte de algunas puntas abiertas de vez en cuando, nunca se me había caído nada salvo cuando me daba con el cepillo. Lo normal. Ahora temía quedarme calvo de un momento a otro, aunque mi pelo seguía siendo tan abundante como siempre, pero débil, como yo.
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⛓️Muñeco Encadenado⛓️ ~Kookmin
FanfictionBy Jungkook ¿Qué haces aquí, Jimin? Debería preguntar. ¿Es posible que esto sea lo que llaman destino? Si creyera en el destino, si creyera en Dios, si creyera en el karma, si creyera en algo, sin duda ese algo sería el culpable de nuestro reencuent...