Continuación
—¿No? Te lo explicaré de otro modo. —Jungkook se inclinó hacia mí, alzó el brazo hasta mi cara y cuando empecé a híper ventilar pensando que quizás, intentara acariciarme para tranquilizarme, me agarró del cuello de su camiseta y me pegó un tirón hasta que nuestras narices se rozaron. Cara a cara, nunca mejor dicho. Temblé. — ¿Sabes? Cuando mi padre me echó de casa para obligarme a ir a Seúl, de camino en el coche no era capaz de pensar en otra cosa que no fuera en como putearte la vida. Pensé, bueno, mejor aprovecharse de la familia rica cuanto más mejor y cuando se cansen de mí, pues se acabó. Solo tengo que aprovechar. Pensaba aprovecharme de ustedes, de verdad que pensaba hacerlo y de hecho, lo he hecho, pero había un problema. El aprovecharme no cubría todo mi rencor hacia ustedes, así que pensé… tengo que putear a mi madre y a mi hermano tanto como pueda, pero sin que se den cuenta de que lo estoy haciendo y de que me he aprovechado de ellos hasta el último momento. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que tirándome a mi hermano? Me lo pusiste a huevo, Jimin. Yo solo me aproveché de la situación. — Oh…Eso lo explicaba todo.
—Me pones de mala hostia cuando lloras. Deja de llorar. Tus lágrimas no funcionan conmigo. Si no dejas de llorar, juro que te pego una paliza. — apreté los párpados, temblando… porque ahora sabía que me pegaría de verdad.
—Pero ¿Por qué? yo no te conocí hasta que… llegaste a Seúl. Nunca te he hecho nada… ¿Por qué me odias si nunca supe nada de ti hasta…? —Jungkook me estrujó la camiseta con más fuerza, sacudiéndome bruscamente. Me soltó hacia atrás y mi cuerpo chocó contra el escritorio. Me hice daño en la espalda y acabé apoyado en el mueble como único sustento para mantener mi cuerpo en pie.
—¿Sabes, Jimin? En el mundo hay muchos tipos de personas, pero todas ellas se dividen en dos categorías muy simples. Los hipócritas y los sinceros. Los hipócritas son los buenos, los que llegan a lo alto aplastando personas. Los sinceros son los malos, los villanos, porque hacen daño a la gente con su sinceridad y viven abajo. Es mejor mentir y caerle bien a todo el mundo para tener su apoyo irrefutable que ser sincero con cualquier persona y que el mundo te odie por ello. Creo que ya te habrás dado cuenta de que nosotros somos el ejemplo ideal. Yo soy sincero, siempre. Oculto cosas, sí, pero tarde o temprano, en el momento justo, las acabo soltando por algún lado. Tú… te engañas a ti mismo y engañas a los demás con tus lágrimas de cocodrilo y bonitas palabras y lo peor es que piensas que eso no tiene importancia porque todo el mundo lo hace ¡Es más! Mentir es bueno, así ahorras sufrimiento. En este mundo al hipócrita se le llama bueno y al sincero, malo. El honrado y el villano, así son las cosas, blanco o negro, no hay más colores. ¿Y sabes qué más? Yo soy el malo, el villano, el negro y tú eres el bueno, el honrado, el blanquito. ¡Y lo más gracioso es que te lo crees y encima me exiges que te trate bien! ¿Desea el señor algo más? — me sentía completamente indignado. Encima me insultaba, me criticaba como si nada, ¡Encima!
Había momentos idóneos para ponerse a llorar y no parar, y momentos idóneos para pillarse el rebote del siglo.—No tengo… ¡Ni puta idea de lo que estás hablando! — di un puñetazo al escritorio, exaltado y mi humor cambió de dolor a malhumor en un momento. No entendía nada. ¿Sería por el choque de sentimientos entre él y yo o simplemente me estaba volviendo loco? Poco me importaba eso en aquel momento de irritación máxima. — ¡Te estoy pidiendo un por qué, no quiero saber tu opinión de mí! ¡Dame una razón, una maldita razón para seguir aquí, para seguir viviendo! ¡Para seguir arrastrándome! ¡Tú no me quieres, vale, lo entiendo, puedo comprenderlo! ¿¡Pero por qué no te conformas con dejarme vivir tranquilo, con pasar de mí! ¡Sé que me arrastro, que suplico cuando no tengo que hacerlo y que lloro, pero si tú no paras de provocarme, no puedes pedirme que te olvide! ¡Déjame tranquilo, pasa de mí y yo pasaré de ti, es lo único que quiero! ¿Por qué no lo entiendes? — estaba harto. Quería vomitar para sacar de alguna manera la fruta putrefacta que empezaba a crecer en mi pecho… una fruta que Jungkook no pensaba arrancarme con tanta facilidad.
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⛓️Muñeco Encadenado⛓️ ~Kookmin
Fiksi PenggemarBy Jungkook ¿Qué haces aquí, Jimin? Debería preguntar. ¿Es posible que esto sea lo que llaman destino? Si creyera en el destino, si creyera en Dios, si creyera en el karma, si creyera en algo, sin duda ese algo sería el culpable de nuestro reencuent...