—Vamos a repetirlo una vez más, ¿está bien?
Declan asintió, enderezó su espalda y dejó sus manos sobre la mesa.
—¿Cuándo fue la última vez que viste a Neferet Burns? —preguntó el oficial Wembley fijando su mirada en el muchacho para identificar alguna señal de mentira.
—El viernes —Declan contestó con rapidez—. Después del baile de graduación la acompañé a su casa.
—¿Estás seguro de eso? —Wembley ajustó sus lentes mientras tecleaba rápidamente en su computadora.
—Sí, incluso la señora Magdalena estaba esperándola —respondió con calma.
—Te escucho muy tranquilo. Es decir, tu novia está desaparecida y luces muy sereno. —La oficial Bristol se levantó de su asiento y comenzó a caminar alrededor de la habitación de interrogatorios.
—De nada me sirve estar alterado aquí adentro cuando puedo estar gastando mi energía buscándola allá afuera —Declan se defendió logrando que su respiración se volviese irregular.
—Una pregunta más, ¿en dónde estuviste el viernes después de dejar a Neferet en su casa? —cuestionó el oficial Wembley recargando sus manos en la mesa.
—Pase la noche con Axel...
—Axel Relish —interrumpió el oficial asintiendo—. Es curioso, porque se pudo verificar que tu amigo estuvo en la ciudad continua. Toda la noche.
La mandíbula de Declan se tensó. Frente a él un computador portátil transmitía la imagen de su amigo saliendo y entrando de un bar contestemente.
—Declan, deja de actuar y dinos: ¿dónde está Neferet? —Interrogó con voz fuerte la oficial Bristol, sin embargo, el castaño no contesto—. Pronto comenzará a nevar, no podremos encontrarla. Solo debes decirnos en donde esta —insistió.
—¡No lo sé! —Declan subió el tono de voz considerablemente, pero al darse cuenta se corrigió así mismo—. No sé dónde esta Neferet.
—Si no lo sabes, ¿por qué nos mentiste? —Bristol le habló con calma acercándose al oído del chico.
—Deberías hablar ahora, si no lo haces y encontramos a la chica por nuestros propios medios, te va a ir peor. —Wembley le ofreció mientras limpiaba sus lentes y se recostaba en la silla.
—¡Es que no sé dónde está! —Declan se mantuvo firme a su coartada, pero comenzaba a perder la paciencia ante los dos oficiales insistentes.
—Oficiales... —Por la puerta apareció el comisario, su cara estaba bañada en sudor y tras él se encontraba un hombre de traje de cabellos azabaches—. Quería presentarles a Malcom Relish, un ciudadano ejemplar de este pueblo y un gran colaborador con nuestra institución.
Ambos policías se miraron entre sí. Tenían una vaga idea del porqué de la presencia del hombre, Malcom denotaba poder y sabían muy bien que significaba aquella repentina presentación: soborno. Cosa que pudieron comprobar cuando el comisario les pidió que liberasen y exonerasen a Declan de la investigación, y el muchacho fue cobijado por el brazo del señor Relish.
—Muchacho, es bueno verte otra vez. —Sonrió Malcom mientras guiaba al menor hasta la salida de la estación de policías—. Cuando Axel me comento de lo que podía pasar hoy, no lo dude y viene en seguida. —Lo apretujó con el brazo en un supuesto abrazo.
—Gracias, señor Relish... —murmuró Declan con la cabeza baja.
El castaño estaba al tanto de que era el centro de las miradas, más que todo delos que hasta ese momento se habían convertido en sus amigos. Declan sabía queno solo había perdido la poca normalidad que quedaba en su vida, y que además, se había sumido en el peligroso terreno de la familia Relish, y por supuesto nosería fácil salir de aquel infierno.
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Declan, el secreto de un monstruo
Short StoryEl amor puede cambiar a las personas, y sin importar que, no se le niega a nadie, ¿no es así?, quizás Declan no sea una excepción, quizás él sólo necesita que alguien le enseñe como amar. Pero recuerda, no todo es lo que parece. 🥉Tercer puesto en l...