El amor puede cambiar a las personas, y sin importar que, no se le niega a nadie, ¿no es así?, quizás Declan no sea una excepción, quizás él sólo necesita que alguien le enseñe como amar.
Pero recuerda, no todo es lo que parece.
🥉Tercer puesto en l...
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"La primera cita"
—Nef, no creo que sea bueno que salgas con él —Abby comentó tras escuchar el plan que tenía su prima para aquel día—. Él no me da confianza, no quiero sonar paranoica, pero creo que hay algo en él que está mal.
—Si suenas paranoica. —la morena rodó los ojos—. Declan no tiene nada de malo, incluso ha sido simpático conmigo —le aseguró Neferet mientras miraba desde las gradas del gimnasio cómo el nombrado estiraba sus músculos—. En dado caso que me ocurra algo, ya sabrás quién tiene la culpa.
—¿Culpa de qué? —preguntó Emma atando su cabello en una coleta.
—Ella no confía en Declan. —Neferet hizo un puchero. Las tres chicas se giraron para ver al nombrado quien estaba secando el sudor de su rostro con el borde de su camisa dejando ver parte de su trabajado torso.
—Bueno, creo que sí se puede confiar en él —La pelirroja insinuó después de salir del trance que había generado el gran físico de Declan.
—Se están confiando de él solo porque es guapo. —La rubia se cruzó de brazos.
Neferet le dio una sonrisa inocente y trenzo su cabello tratando de ignorar las advertencias de su prima. La pelinegra no veía nada de malo en tener una cita con Declan, era un chico amable y cortes, y sí, era bastante apuesto; tal vez Abby solo estaba exagerando, pero de igual forma, tendría cuidado; mientras tanto se dedicaría a mirar al ojiverde.
—¡Señoritas Burns, Woodcock y Gutierrez! —El maestro llamó a las chicas—. Luego pueden seguir con su charla, ahora vayan a trotar, ¡Corran, corran! —con aplausos y gritos el profesor trató de motivar a sus estudiantes.
Neferet tendría que esperar un poco antes de centrar toda su atención en Declan.
[...]
Viernes, sin duda alguna el día más esperado por todos, un día el cual la mayoría de las personas tratan de sacarle su máximo provecho para divertirse y relajarse.
Sin embargo, para Neferet aún no comenzaba la parte divertida; en la escuela solo le había prestado atención a todo lo que hacía Declan, además de estar ansiando su salida con el castaño; al llegar a casa había puesto patas arriba su armario tratando de buscar algo que la hiciera sentir lo suficiente cómoda, pues irían a un parque de diversiones, y lo último que quería era sentirse limitada por no sentirse del todo cómoda y no disfrutar la cita. En cortas palabras, Neferet era más nervios y estrés que una persona.
Declan por su parte, se encontraba tomando una siesta. Ya había planeado todo, incluso el recorrido que harían una vez estuviesen en el lugar que habían acordado; el ojiverde de hecho se había pasado toda la noche anterior haciendo una estrategia para cada cosa, incluso para las variables de la situación. A decir verdad, Declan era bastante metódico y controlador: si algo no salía como él quería, posiblemente se saldría de sus casillas.