"Un gran secreto en el bosque"
Las caminatas a las afueras de Baelus, más precisamente en el bosque se habían vuelto una rutina para él; una en la cual de vez en cuando utilizaba para ejercitarse. Para el muchacho era verdaderamente agradable estar entre la naturaleza, más aún cuando el sol acababa de salir, la realidad es que el castaño se sentía mejor sin el incesante ruido de los autos o el irritable sonido de las voces de las personas.
Aspiró con fuerza, rápidamente el olor a tierra mojada invadió sus fosas nasales: sin duda alguna era una de las cosas que más le gustaban del bosque.
Miró en diferentes direcciones, se había cansado de caminar con el peso extra que llevaba en su hombro. En esencia era un buen lugar para dejar su carga, y sin mucha delicadeza, dejo caer el cuerpo cuál sacó de papas junto a la pala cerca de un árbol.
Estiró su espalda y sus brazos, y en el momento en que lo hizo la mayoría de sus articulaciones crujieron. No es que el cuerpo de la chica fuese tan pesado, sino que había tardado algunas horas caminado por el bosque tan solo buscando el lugar correcto para enterrarla.
—Sinceramente me encanta el bosque. —Sonrió mirando el lugar—. ¿A ti no te gusta? —Le dedicó una mirada a la chica en el suelo, una mueca de disgusto se apoderó de su rostro y suspiró—. Debo dejar de matar a mis víctimas antes de hacer su tumba, no es muy entretenido tener que hablar solo.
Puso la pala sobre la superficie del suelo y con uno de sus pies la clavó en el suelo, después comenzó a sacar la tierra y amontonarla justo a un lado; tras varios minutos, por fin logró cavar un hoyo lo suficiente grande y profundo como para que el cuerpo entrase en este. Antes él solía durar horas, pero con la práctica se hace el maestro, ¿no es así?
Del bolsillo delantero de sus pantalones sacó una pequeña bolsa con semillas, abrió el empaque con los dientes y esparció la mitad del contenido en el agujero. Lanzó a la chica al interior del hoyo, seguidamente limpió el sudor de su frente con el dorso de su muñeca y se dispuso a terminar de llenar el agujero. Cuando estaba a punto de poner la última capa de tierra vertió el contenido sobrante de las semillas, sacudió sus manos y en seguida posó la pala sobre su hombro para luego marcharse lo más pronto posible.
La lógica del castaño era simple: le había quitado la vida a alguien, pero había dado el paso para que nueva vida creciera sobre ella. Aunque la realidad era que él no sabía si aquellas semillas crecerían en un futuro, de hecho no poseía ningún conocimiento sobre plantar y además no recordaba si alguna vez le sirvió con las otras «tumbas».
Llegó a casa con la disposición de tan solo una hora para ir a la escuela, así que apenas entro en su casa rápidamente se dirigió al baño, pero antes de entrar se quitó las botas dejándolas a un lado de la puerta para evitar manchar los azulejos. Para cuando estuvo dentro del lavado, se despojó de su ropa en tan solos unos cuantos segundos, seguidamente entró en la ducha. No se molestó en graduar el agua, sencillamente tomó un baño rápido para quitar los rastros de sudor y tierra. Alrededor de diez minutos más tarde salió del baño con la toalla alrededor de su cadera y antes de poder entrar a su habitación se topó con su madre.
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Declan, el secreto de un monstruo
Short StoryEl amor puede cambiar a las personas, y sin importar que, no se le niega a nadie, ¿no es así?, quizás Declan no sea una excepción, quizás él sólo necesita que alguien le enseñe como amar. Pero recuerda, no todo es lo que parece. 🥉Tercer puesto en l...