El amor puede cambiar a las personas, y sin importar que, no se le niega a nadie, ¿no es así?, quizás Declan no sea una excepción, quizás él sólo necesita que alguien le enseñe como amar.
Pero recuerda, no todo es lo que parece.
🥉Tercer puesto en l...
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"El pato Donald, héroe de la noche"
—Hola, señora Magdalena. —Declan le sonrió al pasar por la puerta.
—Hola. —la mujer trató de sonar educada, aunque era evidente que deseaba evitar al chico—. Ten cuidado cariño, cualquier cosa me llamas. —Magdalena le dio un beso a Neferet y salió con prisa de la casa.
—¿Están esperando una carta de invitación? —cuestionó con mala cara Abby desde el piso de arriba—. Apúrense, o si no Emma les cortará la cabeza.
Neferet tomó la mano de Declan y lo guio hacía su habitación. Entre risas y tropezones llegaron al cuarto de la morena, pero ella se dio cuenta de que sus amigas se encontraban en otra habitación.
—Espera aquí, ya traigo a las chicas. —Sin esperar respuesta la de pelo rizado abandono el lugar.
La última vez que Declan estuvo allí no había podido apreciar muy bien la habitación debido a la oscuridad, y ahora que tenía una buena iluminación podía ver la cantidad de objetos que se encontraban. Podría decirse que Neferet era una coleccionista o una acumuladora.
Las paredes estaban cubiertas por diferentes imágenes, desde fotografías de mala calidad, hasta recortes de revistas y periódicos. Además, tenía una repisa llena de bolas de nieve y cajas musicales; a pesar de que era una cantidad extremadamente absurda de objetos, todo estaba alineado y organizado. El castaño no pudo evitar pensar en lo diferentes que eran ambos: Neferet, con sus exuberantes pertenecías y su enorme extravagancia, y él, con su mera simplicidad y pocas ganas de hablar.
Entre las muchas cajas de madera Declan reconoció una. Con cuidado la sostuvo y la abrió. La melodía que lo recibió era una canción distinta a la que él recordaba, pero no le resultaba molesta. A decir verdad era mucho mejor que la canción anterior.
—Era una canción muy anticuada. —Entró Neferet dejando una gran caja en su tocador—. Mi papá me ayudo a cambiar la canción.
—La verdad, me agrada mucho más esta canción que has escogido. —El castaño se acercó a Neferet, sus intenciones iban más allá de solo acariciar la piel de la mejilla de la morena, sin embargo, el ojiverde no avanzó más allá del pequeño tacto, ya que ciertas chicas lo interrumpieron.
—Like baby, baby, baby oh. —Abigaíl entró en la habitación con su teléfono a tope con la canción, sin embargo, Emma, quien estaba tras ella le arrebató el aparato.
—Mientras yo esté presente no escucharemos a Justin Bieber. —La pelirroja dejó de lado las telas que traía y tecleó rápidamente en el celular, por la bocina comenzó a sonar Love you like a love song de Selena Gomez.
—And I want you to know bab. —cantó Neferet mientras movía la cabeza exageradamente logrando que sus mechones rizados se revolvieran por completo en el aire.