Capítulo 14

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"Mastodontes cretinos y buenos amigos"

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"Mastodontes cretinos y buenos amigos"

Botella boca abajo.

Botella boca arriba.

Boca abajo.

Boca arriba.

Boca abajo.

Cansado de la situación, Declan tomó la botella para beber de esta, ganándose una mala mirada por parte de la bibliotecaria, dándole paso a su cometido para guardarla y darle fin al tonto juego que Neferet creía haber comenzado. El castaño era sumamente organizado, así que cuando algo no estaba acomodado como debía, él se irritaba.

Declan giró su cuello provocando ligeros crujidos que lograron que su espalda se relajara un poco; era bastante desagradable pasar horas estudiando en las malditas e incómodas sillas de la biblioteca.

—No comprendo por qué usas falda con este clima. —Declan frunció el ceño posando su mano sobre la fría piel del muslo de la morena.

—Para verme sexy —le susurró cerca del oído intentando ser coqueta, sin embargo los nervios se apoderaron de ella y comenzó a reírse—. Ay, no soy buena siendo atrevida.

—Pero yo sí. —Le sonrió el castaño deslizando su mano hasta llegar al dobladillo de la falda y de a poco fue colando su mano bajo la tela.

—¿Han visto a Connor? —Interrumpió una Abby agitada.

—No —respondieron separándose al unísono la parejita.

—Él dijo que no se tardaría. —La rubia hizo un leve puchero y comenzó a jugar con el blazer de su uniforme.

—No te preocupes, de seguro ya está por llegar. —Le sonrió Emma mientras acariciaba con su mano la espalda de la rubia para tranquilizarla, aunque la verdad era que Emma también estaba un poco preocupaba por el teñido.

—No lo sé... —Abby pasó su mano por su cuello frustrada y luego le dedicó una mirada de súplica a Declan, quien suspiró ante la indirecta petición de la rubia.

—Si voy a buscarlo, ¿te sentirías más tranquila? —Con pesadez le preguntó mientras guardaba sus cuadernos sabiendo cuál sería su respuesta.

—Espera, yo te acompaño. —Intervino Neferet apresurándose a organizar sus útiles.

—No. —La detuvo—. Quédate para mantener calmada a tu prima, yo buscaré a Connor, y de paso te traeré un obsequio. —Le beso la mejilla y se encaminó en la búsqueda de su amigo.

Arrastrando los pies y con pereza Declan caminaba por los pasillos de la escuela, las horas que había invertido en los libros y en la computadora comenzaban a notarse, sus ojos estaban pesados y a pesar de haber estirado un poco su espalda la sentía adolorida.

Los pasillos de la escuela estaban desolados, y del teñido no había ni un rastro, por lo que antes de seguir con la búsqueda, Declan se dirigió a su casillero para buscar el pequeño regalo que había preparado para Neferet. La cajita estaba forrada de un color negro intenso brillante, no parecía ser papel de regalo, sino más bien una caja de madera pintada excelentemente.

Declan, el secreto de un monstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora