Non tornare a casa [Damiano David]

XXIX

Ya se habían ido. Estaba sola en casa de Damiano y acojonada. Pensé en ir con mi madre y mi hermana, pero notarían que estoy inquieta y no quiero que sepan nada.

Me tiré en el sofá a ver la tele un rato. Pero no paraba de pensar en lo que estaba pasando.

De un saltó me levanté del sofá y corrí a la habitación de Damiano. Yo les iba a ayudar y me daba igual lo que pasase.

Cogí una sudadera negra que tenía allí y me la puse. Me recogí el pelo en una coleta y me puse la capucha.

Salí de casa de Damiano y fui hasta la estación de autobuses, pero era tarde y ya no pasaban, así que fui andando.

Sabía donde me iba a meter y que iba a enfadar a Damiano, pero esto fue culpa mía y yo lo resolveré.

No tardé mas de 30 minutos en llegar. Y allí estaban, Damiano, Ethan y Thomas.

Me escondí detrás de unos contenedores para que no me viesen, y salir justo cuando Eileen apareciese.

Escuchaba como Ethan maldecía. Sentía mucho que estuviesen aquí por mi.

-Dije que vinieseis tú y Adirane.- Eileen apareció en el callejón. -¿Dónde está ella?

-No dejaré que la hagas daño.- Dijo Damiano.

-Qué romántico.- Rió. -Pero ella no te merece.- se acercó a él.- soy yo con quien deberías estar. No con esa cobarde llena de traumas y mierdas.

Ví como Damiano se tensó. Tenía inmensas ganas de pegarla, pero se contuvo.

-¿Dónde están Victoria y Guillermo?- habló ahora Thomas.

-Dadme a Ari y os los daré.

-No vas a tocar a Ari.- volvió Damiano.- Me quedo yo.

Eileen se sorprendió. -¿Tú?

Asintió.

Ethan le dijo algo que no logré escuchar, pero que me hizo saber que Damiano tenía un plan.

-Traedme a Adirane o no hay trato.- Dijo seria.

Salí de mi escondite y caminé hasta ellos.- Aquí me tienes. Danos a Guille y a Vic y me quedo yo.

-Te dije que te quedarás.

-Aquí me tienes Eileen.- Me dirigí a ella.- Suelta a mis amigos.

Damiano me miró enfadado. Sabía que esto le estaba doliendo y que él también tenía miedo.

-Está bien.

Un hombre llegó con ellos. Estaban bien, no tenían ni un rasguño.

Ese mismo hombre me agarró de las dos manos y me obligó a caminar con él.

Estaba jodidamente asustada. Confiaba en que, no sé Eileen se diese cuenta de todo lo que estaba haciendo y que se olvidase de esto. Pero no. No fue así. Me taparon los ojos y me metieron en un coche.

Escuché gritos los gritos de mis amigos y recé porque no les pasase nada.

Unos minutos después Eileen montó en el coche.

-Dulces sueños, principessa.

(...)

Desperté mareada en una habitación. No reconocí el lugar. Intenté levantarme del suelo donde estaba tumbada.

-Me podríais haber puesto una almohada.- Grité.

Estaba bastante asustada, pero no me iba a dejar ver de esa forma. Caminé hasta la puerta de la habitación y la intenté abrir. Tenía un mínimo de esperanza de que no estuviese cerrada con llave, pero no fue así.

(...)

Llevaba dos días en ese sitio. Sin comida, ni agua. Nada.

Una gota de esperanza vino a mi cuando oí una sirena de policía y unos golpes en la puerta de la habitación.

Me levanté lo más rápido que pude y fui hasta la puerta.

-Estoy aquí, ayuda.- Aporreé la puerta.

-Aléjate todo lo que puedas, vamos a echar la puerta abajo.

Obedecí y me alejé de la puerta.

-Una.

-Dos.

Pum. Puerta abajo. Corrí hasta aquellos policías.

-¿Estás bien?- preguntó uno de ellos.- Llevas una semana desaparecida.

-¿Por qué hablas español?- Pregunté.

-Estamos en España.

¿Qué mierdas?

La idea principal era matar a Guillermo, no os voy a mentir, pero ya es demasiado película de Tarantino, así que.