XXXII

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Estaba tumbada al lado de Damiano, con mi cabeza apoyada en su pecho.

-¿Quieres que te enseñe Madrid?- Pregunté.

-Llévame al museo del que tanto me has hablado.- respondió mientras acariciaba mi brazo.

-Pero si no te gustan los museos.- le miré.

-Pero sé que a ti te encantan y quiero verte feliz.

Me incorporé y le dí besos por toda la cara. -Gracias, gracias, gracias.- seguí besándole.

Rió. Me levanté de la cama y me puse unos pantalones que tenía encima de la silla. Cogí una sudadera y un abrigo del armario y me lo puse. -Venga, que tenemos que coger el tren.- dije mientras salía de mi cuarto.

Ethan estaba sentado en el sofá.

-¿Quieres venir?- le pregunté.

Él negó. -Pasad tiempo juntos y disfrutad. Yo ahora iré a casa de Guille con el resto.

-Vale.

Damiano salió de mi habitación. -Diles a esta gente que podemos ir después todos a cenar.

Ethan asintió y nos despedimos de él. Salimos de mi casa y caminamos calle abajo hasta la renfe. Por suerte la estación quedaba cerca de mi casa.

-Son solo dos paradas.

-¿Hay que sacar el billete?- preguntó.

Negué. -Cogí el bono de mi madre y de mi hermana.- Los saqué de mi bolsillo.

Nos montamos en el tren y la gente lo miraba. A veces olvidaba que era alguien famoso.

Una niña se acercó a él y le pidió una foto. Me daba mucha ternura ver como disfrutaba hablando con sus fans y sacándose fotos con ellos.

-¿Ella es tu novia?- preguntó la niña señalándome.

Damiano asintió.

-No sé quien de los dos quiero ser.- dijo sincera.

No pude evitar reir.

La niña se acercó a mi. -Cuídale bien que necesito que siga haciendo música. -susurró cerca de mi oido.

-Lo haré. -Reí.

Se alejó y volvió a sentarse donde estaba anteriormente.

-¿Qué fue lo que te dijo?

-Que te cuidase porque necesitaba que suguieseis haciendo música.

-No eres tú la más indicada para cuidar a alguien.

-Oye- le dí un codazo. -Que no sepa cuidar de mi misma no significa que no sepa cuidar al resto.

El tren llegó a nuestra estación. Bajamos y subimos las escaleras mecánicas hasta la salida.

-Es por aquí. -Dije tomando su mano y guiándolo.

-¿Qué es lo que encuentras en el arte?

Su pregunta me dejó sin palabras. Nunca nadie me había preguntado eso.

-No lo sé. Es algo que siempre ha estado en mi y que me ayuda a olvidar los malos momentos.

-¿Nunca has escrito nada sobre lo que te hace sentir el arte?

Recordé un poema que escribí hace años.

-Sí. Y lo acabo de recordar.- Le solté la mano y cogí mi móvil. Me aparté un poco de la calle para no molestar y me metí en instagram.

Antes publicaba todo lo que escribía. Busqué en las fotos antiguas y lo encontré.

-¿Te lo leo?

Asintió.

-¿Qué tendrá el arte
para conseguir atraparte?
¿Qué tendrá para conseguir
calmar tus nervios?

¿Cómo puede algo tan simple,
pero tan complejo a la vez,
curar las heridas
que rebosan de vendas?

¿Cómo es posible
que te sane el mal
más profundo
que daña tu alma?

¿Qué tendrá la poesía
que trae locos a todos los poetas,
que enamorados de la luna,
escriben sobre amor?

¿Acaso es que la poesía
te libera de lo más profundo,
de aquello que enterrado en tu alma
empieza a brotar?

¿Qué tendrá la música
para llegar al corazón,
abrazarlo con fuerza
y conseguir acelerar su latido?

¿Cómo consiguen plasmar lo que sienten,
hacer que se entienda,
que te identifiques
y que no puedas parar de escucharla?

¿Qué tendrá la pintura
que con esos colores,
maraville al mundo
y lo deje embobado?

¿Puede ser que la pintura
pueda ser despojada,
por estimular la creatividad
y abrirle los ojos al mundo?

¿Qué mierda tendrá el arte
para engancharte y fascinarte,
para hacerte soñar y luchar
y te ayude cuando falles?

¿Qué mierda tendrá
para que una vez que entras,
sea imposible salir,
sea imposible olvidar el arte?- leí

-Es impresionante.- Dijo. -¿Nunca has pensado en escribir un libro?

-Es algo que pienso,- volví a coger su mano y a caminar hacia el museo. -pero no me atrevo a hacerlo.- Le miré e hizo un gesto raro. -¿Qué significa eso?

-Significa que yo te ayudaré.

Sonreí.

(...)

-Yo aquí no veo ni la mariposa, ni el zapato, ni el árbol.– habló Damiano frustrado.

-Yo tampoco.- confesé.- Por eso me gusta Miró. Porque no lo entiendo.

-Pues vaya.

Seguimos andando por el museo.

-Este si me gusta.- señaló el Guernica.

-Este es de la guerra civil española.- dije.

-De una batalla, ¿no?

Asentí.- Las tropas alemanas e italianas bombardearon Gernika.

Ví como se le ponía la piel de gallina.

-Me gusta que te emociones con el arte.

-Para no hacerlo.- dijo sincero.- Es que el cuadro me transmite sufrimiento.

Me acerqué hasta quedar a centímetros de él.‐ Yo te quito el sufrimiento está noche en casa.- susurré y me alejé.

Era él quien se acercó a mi.- Estoy impaciente.

no sé que le pasa a wattpad que no me guarda bien los capítulos. Tengo que escribirlos de una sentada y publicarlos porque si no se borran partes y no entiendo por qué.
Casi muero porque un saltamontes entró por mi ventana.
Decidme que os ha parecido el poema, porfis.
Y gracias por el apoyo, de verdad <3
que la historia tiene 30k de leídas.

Non tornare a casa [Damiano David]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora