Capítulo 14

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- Cómo entraste? - le pregunte a Leonel, saber que era él el intruso me calmaba -.
- Estaba la puerta abierta - respondió mientras se tambaleaba, corrí hacia él para sujetarlo por los hombros y evitar su caída - No recuerdo como llegue aquí, cuando me desperté estaba en el suelo a una cuadra de aquí. Lo último que tengo en la mente es que baje a la cocina por un vaso de agua, y luego me desperté en el piso -.
- Será mejor que te acuestes - lo lleve hasta el sofá e hice que se recostará - Tienes que descansar Leo, después vamos a hablar -.
- Me gusta - susurró -.
- Qué? - .
- Me gusta que me digas Leo - le sonreí, pero el no pudo verme ya que se había quedado dormido -.

Leonel había desaparecido por horas, para todos sus conocidos y para el mismo, algo no estaba bien sin duda. El no recordaba, y eso no me agradaba. Después íbamos a charlar bien sobre lo sucedido. "Oh papá" recordé, tenía que inventar una buena excusa para explicar el hecho de tener a un muchacho recostado en su sofá preferido. "Él es un compañero del curso que vino acá por.. Por la tarea de física, se estaba yendo cuando se descompuso en la puerta.. Y por eso decidí que era mejor que descansará a que se fuera en aquellas condiciones." Perfecto, cada día miento mejor desde que conozco Leonel, no se sí yo estaba cambiando o estaba comenzando a ser quien realmente siempre fui.

Estaba en la cocina buscando algo en la heladera, cuando escucho pasos provenientes de la entrada de mi casa. Tome rápidamente un escobillón viejo que se hallaba en un rincón de la cocina, y lo levanté en alto como si se tratará de un arma de defensa, una voz interior me decía "está alerta, cuidado, amenaza". Comencé a caminar despacio sin hacer ningún ruido, por menor que fuese. Llegue a la entrada, y tome mi arma con firmeza, estaba decidida a protegerme de aquel fantasma invisible que sentía a mi alrededor, que parecía querer atacarme; aun que yo misma podría estar creando esta estúpida sensación, un fantasma imaginario, creado por la idiotez y el miedo sin causa de mi mente.
Cuando me enfrente a aquel fantasma, me quede dura al ver a mi padre en la puerta.
- Pero que carajo... - dijo mi papá mientras llevaba una mano al pecho, lo había asustado - Qué hace la puerta abierta? -.
- Papá - solté con alivio, y baje el escobillón depositándolo en el suelo - Em.. Pasa que.. - "la mentira" pensé - Leonel, un compañero del colegio, vino por una tarea, y cuando se estaba yendo se descompuso, por eso la puerta abierta, me olvide de cerrarla - trague saliva y continúe con el engaño - no podía dejar que se fuera en aquel estado, por lo que está durmiendo en tu sofá - mi papá ingreso al living para ver a Leonel, yo puse cara de niña inocente -.
Mi padre se quedo callado por unos largos segundos, dentro de su cabeza debía estar debatiendo si creerme o no, cuando volteó a observarme y me sonrió, lo supe. Me creyó.

- Esta bien - dijo - Avísame cuando se despierte, así lo llevo a su casa si es tarde -.
- Vale - asentí, en ese momento Leonel se despertó y se sentó sobre el sofá aún con los ojos cerrados -.
- Cuánto tiempo llevo dormido? - me pregunto mi compañero -.
- Media hora - respondí, Leonel se levanto y le dio la espalda a mi padre sin saberlo - Leonel, mi papá - dije presentadolos mientras evitaba reírme por los nervios - Pá el es Leonel -.
- Qué? - pregunto Leo mientras abría los ojos, su expresión perdida y dormida en la mirada me transmitió ternura -.
- Atrás tuyo - comente con una sonrisa en la cara al ver como el rostro de Leonel me miraba horrorizado por la vergüenza -.
- Señor - dijo Leonel dándose vuelta, y extendiéndole la mano a mi padre - Es un placer conocerlo, lamento haberme quedado dormido en su sofá - mi padre acepto su saludo y se dieron un apretón de mano - Creo que debo irme -.
- No te quieres quedar a comer? - le pregunto mi papá a Leonel -.

Instantáneamente me puse nerviosa, sentí que palidecía. Leonel me observo con una expresión divertida, y una mueca oculta.
- Sería un gusto - respondió aceptando la invitación de mi papá -.
- Él es aquél joven? - inquirió mi padre, mientras sacaba un tarta de verduras del horno precalentado - .
- Qué? - pregunto Leo aún más divertido y alegre que antes, tomó asiento en la silla de Facundo y espero ansioso mi respuesta -.
- No se de que hablas Pá - dije con calma, aunque podía sentir el ardor de mis pómulos -.
- Él era con quien te peleabas, no? Lo de la dirección - el alivio me invadió sorpresivamente de golpe -.
- Sí, pero ya solucionamos nuestras diferencias - respondí firme, y puse la mesa para tres -.
- Y las diferencias eran? - pregunto de nuevo mi papá, "Cuál es su maldita insistencia?" Pensé - .
- Papá - le gruñí por lo bajó apretando los dientes de forma cortante, indicando que acabara con el interrogatorio -.
- Bueno, Leonel, tus papás de qué trabajan? - "Maldición, trágame tierra" - .
- Mis padres fallecieron - respondió de forma neutra, sin ningún dejo de expresión en la voz -.
- Lo lamento - dijo mi padre en un susurro cargado de vergüenza -.
- No se preocupe, usted no sabía nada - le dijo Leo a mi papá - Ya es momento de que me retire - comentó mi amigo mientras se levantaba de la mesa, y le ofrecía un apretón de manos a mi papá en señal de saludo, el cual obviamente mi padre correspondió -.
- Te acompaño - le dije a Leonel mientras marchábamos hacia la puerta de ingreso de mi hogar - Luego tenemos que hablar seriamente sobre lo que paso -.
- Lo sé, aunque tenemos un problema - me dijo -.
- Cuál problema? -.
- No se nada -.
- Cierto, ese es un pequeño detalle que hay que solucionar - dije mientras entrecerraba los ojos y sonreía débilmente ante mi tonto y malo chiste -.
- Si quieres llamarlo pequeño - me sonrió, con esa sonrisa particular que el me ofrecía en ciertas ocasiones y que yo todavía no le encontraba un significado - Mañana charlamos, esta bien? -.
- Esta bien Leo - me dio un suave beso en la mejilla mientras se alejaba - Nunca dejes de hacerlo! - me gritó -.
- Qué cosa? -.
- Llamarme Leo, me fascina - sonreí - .

Ingrese a la casa, y emprendí una caminata corta, arrastrando un pie detrás del otro, hasta llegar a mi habitación; cuando mi padre me detuvo el paso obstaculizando mi camino con su figura sólida enfrente mío.

- Pídele disculpas de mi parte al joven Tefy - me dijo -.
- Lo haré Pá, ahora tu tranquilo - le esquive, y seguí mi recorrido -.
- Qué paso con sus padres? - "esa pregunta viene a hacer, de verdad? El universo me odia?" pensé, desesperada mi mente trataba de buscar alguna respuesta que no fuera tan fuerte como "familia muere prendida fuego por una psicópata adolescente acosadora"; eso haría que mi papá tuviera desconfianza de Leonel, y no quería que eso ocurriese. Leo era mi amigo. No le quería perder -.
- Un accidente, estaban en un encuentro familiar - "hasta ahora lo que digo es algo más o menos parecido a la verdad" - y el lugar se prendió fuego -.
- Pobre chico, que horrible situación - dijo mi papá mientras observaba sus viejos zapatos color marrón chillón -.
- Es fuerte y valiente - afirme con orgullo, y por fin llegue a mi habitación, por fin iba a poseer unos minutos de paz, tranquilidad y armonía conmigo misma -.

Apenas entre en mi habitación, tire todo el peso de mi cuerpo, y de mi cerebro sumamente activo al suave confort de mi querida cama, deje que mi cuerpo se desparramará lentamente sobre las sábanas amarillentas desteñidas, los dedos de mis pies comenzaron a jugar con el algodón de las telas, se enredaban y bailaban con ellas, mis ojos se cerraban ante el cansancio, mis brazos reposaban dulcemente a mi lado aliviados ante el contacto placentero del descanso.
A pesar de que mi ser físico se estaba relajando cada minuto que pasaba un poco más, mi psiquis con cada minuto que pasaba tomaba más velocidad en crear teorías sobre lo sucedido, de todas ellas unas contenían un poco de lógica y razonamiento en su interior, pero otras en verdad, absurdas y disparatadas. Lo malo de una chica que lee, es que en momentos de incertidumbre tiene demasiada imaginación, y en aquél instante de mi vida, la imaginación no me ayudaba. Sólo planteaba e incorporaba más dudas y miedos en mis pensamientos.

Llegue a contemplar la idiota idea de que había sido raptado por seres superiores, miren lo que provoca la desesperación de no conocer, de no saber. Esa absurda hipótesis fue descartada tan rápido en cuanto fue creada, ya que no tenía ni pies ni cabeza; era un chiste de ciencia ficción, y yo vivo en la realidad. Supuse diversas hipótesis relacionadas con el alcohol, la droga, la mentira, una descompostura en verdad, un brote de locura, personalidad múltiple, perdida de la memoria, entre varias; mi mente reconocía que había la existencia de otra posibilidad, pero no la quería nombrar, ni siquiera susurrar.

Aunque ya estaba dando vuelta en los rincones, en las sombras de mi cabeza como un espíritu invisible destructor.
Esa teoría escondida en el oscuro rincón tenía un nombre, y ningún explicación, ya que no tenía la más mínima idea de como relacionar ese nombre con lo que había acontecido.
Julieta Agüero, todo recaía de nuevo en ella.

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