Capítulo 6

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- Y? - no podía hablar - no vas decir nada? Bueno, como sea. Se me está por acabar el crédito, y si, te llame desde mi celular - se río - Hoy a la noche hay fiesta en la casa de fin de semana de mi bombón - su bombón era un chico de mi curso, que con suerte sabía el nombre de Carla - y como creo el evento en Facebook, estamos todos invitados - me reí -.
- Después hablamos acerca del otro tema - me excuse, la verdad, no quería ponerme a pensar en la mínima posibilidad de que yo lo había prejuzgado; pero todavía existía algo que no me cerraba - Fiesta? Sabes que no soy de ir -.
- La última que fuiste a bailar con la mafia fue hace seis meses, nos los debes - sabía que ella estaba sonriendo-.
- Vale, sólo porque quiero distraerme - aunque creo que con "El Coronel no tiene quien le escriba" de Gabriel García Márquez me hubiera distraído más - y porque se que no sería lo mismo sin mi, aquella tonta y aburrida fiesta -.
- Claro que si Tefy, eres el alma de la fiesta - dijo con una ironía muy sobre actuada, y comenzó a reírse a carcajadas; y después de unos segundos, éramos dos las que nos reíamos - a las diez te pasamos a buscar con Romi, Su ya va a estar allá me dijo-.
- Ya tenían todo armado - bufé - bueno, las espero -.
Colgamos al mismo tiempo, creo. Ya que tuve que ir a bañarme, y arreglar la ropa que iba a usar. Gracias a dios, en ese tema, me decidía bastante rápido. Unos jeans, una remera estiló suéter negra, unas cómodas zapatillas que estaban cerca de la muerte, y listo.
La mafia cumplió con su palabra, a las diez estaban tocando mi timbre repetidas veces. Cuando llegamos a la fiesta del bombom de Carla, esta atestado de gente.
Había hasta personas de unos dos o tres años más grandes que nosotras, y pocos adolescentes de cuarto o tercer año; la mayoría éramos de quinto.

Carla me comentó que esta fiesta era en honor al cumpleaños de su bombón, por eso tanto descontrol. Tenía pinta de ser una buena y divertida noche con mis amigas, pero uno no siempre tiene la razón.
Y se termina equivocando.

Susana nos saludo agitando sus brazos, ella se encontraba al lado de la barra de tragos. El cumpleaños, digo, la fiesta; se estaba desarrollando en el jardín sumamente extenso. Los jóvenes saltaban al compás de un tema electrónico, el volumen estaba tan fuerte que no podía escuchar ni mis propios pensamientos.
Carla se acercó a su bombón para desearle un feliz cumpleaños, por supuesto, ella había tomado coraje gracias a un pequeño vaso cuyo contenido se llamaba "vodka". Ella le tocó el hombro, y él se dio vuelta, y le dedico una sonrisa a mi compañera. En ese preciso instante, ocurrió lo peor.
Carla vómito sobre las zapatillas de su bombón. Susana y Romina gritaron de asombro, enmudecieron por unos segundos, y comenzaron a reírse como locas; yo hice exactamente lo mismo. Llego un punto extremó de la risa, en el cual Susana estaba tirada en el suelo llorando, no fuimos muy buenas amigas que digamos. En cuanto vimos que Carla se nos estaba acercando, nos comportamos.
- Digan que no vieron lo que paso - dijo Carla arrastrando las palabras mientras se acomodaba su camisa fuccia -.
- No vimos lo que paso - respondió Romina -.
- Váyanse al demonio - nos grito Carla - nosotras en vez de ofendernos o enojarnos, nos pusimos a reír de nuevo, y esta vez, Carla se unió - las odio pero las amo a la vez, es la peor sensación del mundo, lo sabían? - nos dedico una sonrisa - sólo espero que nadie me haya sacado una foto, sino mi vida social esta sepultada -.
- No te preocupes que no vi ningún flash - la tranquilizo Susi - chicas - susurró bien bajo, e hizo señas que nos reuniéramos en un pequeño círculo, nosotras obedecimos - Leonel está a tres metros nuestros, y la estaba observando a Tefy -.
Enseguida desarmamos el círculo, se que la gente mirando esa situación desde afuera, debe de haber pensado que éramos un grupo de niñas que tenían once años, pero así éramos cuando nos juntábamos. Niñas de nuevo.
La noche venía siendo perfecta, y el idiota tuvo que aparecer. Era lógico que iba a estar, todos los invitados íbamos al mismo colegio, pocos eran de afuera, pero tenía una esperanza de que no asistiera. Pero con lo dicho por mi amiga, esa esperanza se esfumó en el aire.

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