Un pequeño cambio de actitud

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Perspectiva del Narrador.
El oji-grisáceo estaba sacando los materiales que necesitaría para sus asignaturas de la mañana. Su corazón dio un salto cuando observó de reojo a un cabello azabache despeinado. Como un reflejo, el chico ocultó su cabeza dentro de su casillero.

Sus mejillas estaban teñidas de rojo. Tenía nervios de ver a Benja. Todavía no superaba el día anterior. No se imaginaba ni podía pensar en que debía hacer para que el piel oscura lo perdonará.

Mientras tanto Benjamin se había dirigido donde Adis.

- Hola, Adis - la saludó con una sonrisa y la mencionada lo abrazó,  siendo correspondida.

- ¿Cómo te sientes? - ella le preguntó.

El chico dio un suspiro - Bien, mejor. Solo espero que no haya un
desencadenamiento que haga que todo empeore. De lo contrario, seguiré bien.

- Confío en ti - la chica le regaló una sonrisa tierna.

Lo que Mare desconocía era que un error empeoraría todo por completo. Aunque Benjamin actuará como de costumbre, él seguía estando sensible. Si algo amenazaba con afectar su estado anímico, bueno, tendrían que tomar distancia hasta que las aguas llegaran a calmarse.

- Hola, chicos - el oji-grisáceo habló tranquilo al encontrarse con sus amigos.

Para Adis era evidente que su hermano estaba nervioso pero decidió que sería mejor dejarlo pasar por alto. La tensión entre ambos ya era bastante densa, Será mejor no intervenir, pensó ella.

Cuando entraron a su respectivo salón, se encontraron con un maestro sustituto.

- ¿Qué sucedió con el profesor?- fue lo primero que preguntaron.

Charlie se acercó a ellos.

- Parece que tuvo un inconveniente, mañana estará de regreso - respondió el maestro.

Ante tal respuesta, una idea surgió entre las chicas: sentarse juntas. No podían desperdiciar esa oportunidad, aún faltaba unos días, incluyendo las vacaciones navideñas, para el cambio de asiento. Los sustitutos no se oponían cuando los estudiantes alteran la asignación de puesto, siempre y cuando la clase no fuese interrumpida.

Fue desconcertante para los chicos, pues, los demás también habían tenido la misma idea. Así que era inevitable sentarse juntos.

Lo que faltaba, exclamó Benjamin en su mente, si estuviéramos bajo una mejor circunstancia, sin duda estaría feliz de sentarme junto a él en la primera clase del día. Sin embargo, justo ahora me siento... umm... incómodo.

No pudo evitar pensar que quizás haber cambiado un poco su actitud fue provechoso. En dos días había conseguido ver y hacer cosas nuevas. Por ejemplo, el día anterior había visto una imagen nueva de Mare, lo había visto nervioso, preocupado y un poco asustado. Y ahora, se estaba sentando junto a él en la escuela, oportunidad que obtuvo por primera vez el día que fueron asignados como pareja para el proyecto y exposición con la señorita Smith. Aunque no se sintiera tan emocionado, eran logros. Y a pesar de que no sintiera ganas de sonreír, no pudo evitar pensar que la imagen de un Mare con emociones distintas era tierna. Todo sobre él es tierno, dio un suspiro.

Por el otro lado, el oji-grisáceo estaba agonizando. Sus emociones y sentimientos estaban chocando entre sí. Él era un caos.

Si bien es cierto que le ha tocado discutir y pelear con Adis, generalmente lo hacen por cosas irrelevantes y cuando se pasa la amargura del momento vuelven a alegrarse y es como que si nada hubiese pasado. Y en rara vez, cuando realmente están enojados hasta el punto de no querer verse, sus alrededores se convierte en la Antártida pues toman distancia entre ellos y fingen que el otro no existe o simplemente se ignoran. Sin embargo, ellos se aman sin importar que, así que cuando la soledad es insoportable buscan al otro sin importar nada. Aunque la mayor parte del tiempo es Mare quien busca a la castaña.

Un Cambio DrásticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora