¿Cosquillas?

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Luego de guardar los materiales, nos sentamos juntos en el sillón . Benja está cerca mío.

-¿De qué quieres hablar?- Benja no deja de mirarme.

-Cualquier cosa...- se viene a mi cabeza una idea- ¡Verdad o Reto!

-¿Verdad o Reto?¿No crees que ya estamos grandes para eso?- cuestiona Benja.

-¡Si!- digo alegre.

-Bien- se detiene a pensar- ¿Verdad o Reto, Mare?

-¡Reto!- grito sin dudar.

-Te reto a saltar más alto que yo- se pone de pie y sonrie pícaramente - y si fallas te haré cosquillas.

-Injusto pero acepto- me pongo de pie. Le demostrare que puedo ganarle.

-Bien. Uno...Dos...¡Tres!- ambos saltamos.

Benjamin me gana por un centimetro. ¡Maldita sea! ¿Por qué no puedo crecer?

-Trato es un trato- me siento en el sillón algo deprimido.

-Vamos, sólo son cosquillas- me molesta.

-Bien- accedo.

Benja se sienta cerca de mi y sus manos se dirigen a mis costados. Es normal, son sólo cosquillas, Adis también suele hacer eso. Aguanto mis ganas de reír.

-¡Vamos, ríete!- Benja se ríe.

-No lo haré- le sacó la lengua.

Benja me empuja y caigo de espaldas.-Ahora lo harás- él se abalanza encima de mi.

No hago más que verlo. Mi mirada se fija en él y la suya igual. Ya había visto su mirada, pero no tan cerca. Por primera vez noto que tiene pequeñas pecas y que sus ojos son de un negro muy profundo, puedo decir casi hinoptizante.

Siento su tacto tan delicado en mi. Espero a que me haga cosquillas pero parece que todo se ha detenido.

Benja baja lentamente y su mirada se posa en mis labios y no puedo hacer nada más que verlo. Su expresión es sería y a su misma vez nerviosa. Cierro los ojos y me dejo llevar.

Sus labios acarician los míos. Abro los ojos de inmediato y nuestras miradas se cruzan. Mis mejillas comienzan a hervir.

-Mmm- murmuró entre el beso. Si hubiese gemido, probablemente el sonido se hubiese ahogado.

Benja se separa del beso-¡Ahh!...¡Ahh!- ambos estamos agitados de esa acción.

Aún observo a Benja y este me observa con ternura y arrepentimiento.

-Lolo siento, MaMare- se quita de encima mío- No, no debí hacer eso. MeMe tengo que ir.

Se pone de pie muy deprisa y tomas sus cosas. No se despide de mi y se marcha. La casa vuelve a estar sola. Ya que mamá dijo que podía ir donde Adis, le texteare. Además que debo de decirle lo que ocurrió. Estoy inefable de lo sucedido. No puedo pensar bien y mi cabeza da vueltas, sin mencionar mis mejillas.

-Yo. Adis, ¿puedo ir a dormir a tu casa? Mamá me dio permiso. ¿Estás libre?

-Adis. Claro, acá te espero.

-Yo. Voy para allá.

-Adis. Acá me cuentas sobre tu casi cita. 7v7

Preparo mi mochila con ropa y otras cosas, como mi cepillo de dientes y peine. Le colocó el seguro a la casa y me marcho en mi bicicleta a la casa Brodie.

-¡Hijo! Bienvenido. Tiene tiempo desde que no venías- mamá B me abre la puerta.

-Me da gusto verte- la abrazo fuerte.

-¡Hijo!- papá B me estira la mano para un fuerte apretón de manos.

-Hola, papá B- le devuelvo el gesto.

-Hey, Edwards- Andrew me tira un cojín del sillón.

-Hey, Andrew- le devuelvo el cojín.

-Ven, siéntate. Esta noche veremos una película- papá B me lleva al sillón.

Pasamos la noche viendo películas y haciendo chistes. Los Brodie son muy carismaticos y les gustan las bromas fuertes. A eso de las nueve, mamá B se acuesta a dormir. Luego, Adis se marcha a su habitación.

-¡Nos hemos quedado sólo hombres!- papá B dice con emoción.

-¿Noche de chicos?- pregunta Andrew.

-¡Noche de chicos!- digo yo.

Jugamos un juego de billar, el cual
papá B gana y tomamos refresco a montón.

-Cuentenme, hijos- papá B nos toma de los hombros- ¿ya tienen novia?

- Me encanta una chica de la universidad- Andrew se sonroja- No puedo esperar para invitarla a salir.

-Yo...No tengo interés por los momentos. Quiero terminar mis estudios primero- me explico.

-Eres muy maduro, Mare- papá B coloca su mano en mi hombro- Admiro eso de ti.

Después de eso, nos vamos a dormir. Andrew me hace un espacio en su habitación.

-Oye, ¿te gusta Adis?- me pregunta Andrew en la oscuridad de la noche.

-Claro que no. Es nuestra hermana, nunca le haría eso. Además, sabes que como ella, soy bisexual- me explico.

-Claro, vaya par de amigos. Terminan siendo iguales- me molesta.

-La diferencia es que yo no creo en el amor- le añado.

-Esta bien, Maduro Edwards- Andrew se despide al mundo de los sueños.

Pasan 30 minutos y no puedo dormir. Me preocupa Marcie. Me preocupa mi pasado. Me preocupan mamá y papá. Me preocupa Adis. Me preocupa todo. Mi cabeza da giros. Ver las estrellas por la ventana de la habitación de Andrew me provoca náusea. Cierro los ojos, los apretó con mucha fuerza y me obligó a dormir...

<Me encuentro en una habitación blanca, reconozco este lugar.

Escucho unas voces desde afuera. Intento levantarme pero estoy amarrado a cadenas. ¡Ay no! Ya se donde estoy.

-Me alegro hayas despertado, Mark- dice el doctor Scondelario. No digo nada al verlo. Es justo como ese día.
- Te preguntarás que ha sucedido. No te preocupes por eso en este momento, sólo descansa y come algo.
-¿Cuánto tiempo?- digo confundido.
-Tres días, con suerte los sujetadores no te afectaron- el doctor se marcha.

Intento liberarme de las cadenas. Estas sólo crujen un poco. Continuo esforzándome para liberarme.

- ¿Mare?- Adis entra a la habitación. Tiene su rostro pálido y un rasguño en su mejilla, parece ser reciente.
- ¿Qué te sucedió?- le preguntó asustado.
- ¿Qué te sucedió a ti?- sus ojos comienzan a derramar lágrimas.>

Un Cambio DrásticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora