Un capítulo donde ambos son miserables

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-¡Mare! ¡Mare! ¡Mare!- grita la oji-esmeralda golpeando moderadamente la puerta de la casa de Los O'Brien, cual parece estar abandonada.

Ella tiene cantidad de intentos fallidos en hablar con el chico. Cada dia después de clases, Adis va a su casa y llama a la puerta, pero nadie le responde. A veces el piel oscura le acompaña, pues también le preocupa Mare. En cada intento ellos son ignorados, al igual que sus mensajes.

Seguramente el oji-grisáceo tiene unos 25 mensajes sin leer, pero no. El chico tiene alrededor de 100 mensajes sin leer cuales al menos 80 son de la oji-esmeralda.

'¿Por qué no te has ido?' piensa el chico refugiado en su dormitorio. '¿Cuándo te cansaras?'

-¡Mare! ¡Mare! ¡Sé que estás allí! ¡Vamos abre la puerta, quiero hablar contigo! ¿Hice algo malo?- la voz de la chica se entristece cada vez más. '¿Por qué haces esto? Dijiste que no había sido mi culpa lo del accidente. ¿Por qué no me hablas?'

El cambio drástico en el comportamiento de su hermano la devasta. Es ocasionalmente raro que él tome distancia. Mucho menos sin darse una razón.

-Te extraño- susurra para luego marcharse. Alejándose del lugar, ella siente como unas lágrimas advierten en salir.

-Al fin- exclama el chico en susurro. -Esta vez te quedaste por quince minutos.

El oji-grisáceo lleva encerrado en su dormitorio la mayor parte del mes. Utiliza la excusa de un descanso de su vida cotidiana para hacer nada. Sus papás desconocen la situación y el mal humor del cual padece, ellos únicamente le consiguieron un permiso para faltar a clases.

Durante el día, el señor O'Brien asiste a su trabajo, la señora O'Brien trabaja después de medio día, a la misma hora que Marcie va a su escuela. Justamente a esa hora la casa queda vacía para él solo.

Mare quiere decir que está en soledad, pero sus pensamientos le hacen compañía. Sin mencionar su rutina poco productiva.

La depresión lo despierta por la mañana. Un nudo en la garganta no lo deja comer en absoluto. Marcie intenta animarlo jugando con él, pero el oji-grisáceo se encierra en su cueva de melancolía antes de que ella pueda rogarlo. Después de que su mamá y hermana se marchan, escucha música para no pensar, si es que no duerme un poco. Alrededor de las tres de la tarde Adis o Benjamin van a verlo, o mejor dicho gritarle. A la hora de la cena, su comida le es llevada a su aposento. Finalmente, cuando cae la noche, el insomnio lo abraza en su cama. También, a veces, se sienta en las escaleras en posición fetal mientras escucha a los gritos de sus amigos.

Al dejar de lado sus pensamientos, el chico intenta levantarse de su cama e investigar que hace su familia. Silenciosamente baja las escaleras hasta encontrarse con una sorpresa, o más bien una visita sorpresa.

Perspectiva de Adis.
La última vez que vi a Mare fue antes de que saliera del hospital. Ha faltado al colegio. No ha dado una respuesta a mis mensajes, mucho menos me ha hablado. No sé nada de él.

Al salir de clases, voy a su casa a tocarle la puerta pero no hay respuesta de nadie. He querido pensar que no hay nadie en la casa, pero soy consciente que sí está allí.

No entiendo porque no quiere hablar conmigo, no he hecho nada malo. Le pedí perdón por el accidente y dijo que no era mi culpa. ¿Entonces por qué actúa así? Ni siquiera le habla a Benja. Pero tengo la leve sospecha de que  Benja tiene que ver con él comportamiento de Mare. La primera vez que comenzó a actuar así fue cuando le mencioné a Mare que él lo había ido a ver y luego cuando los chicos fueron a visitarlo.

¿Por qué Mare no confía en mi? Me duele. Es algo cruel. Quizás tenga sus razones pero al menos debería decírmelas. No puede tenerme en el aire sin saber que le está pasando o que occure. Tengo que actuar, le guste o no. Prometimos estar junto al otro no importa qué. Aún si el otro no está de acuerdo y no valore el esfuerzo.

Un Cambio DrásticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora