Querido papá

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—Repítelo, ¿es cierto lo que acabas de decir?

—Si —. Afirmación llana y sin complicaciones, pero tampoco con ligereza. —¡Es cierto! —. Añade y se le quiebra la voz, su cara era inexpresiva y ahora enciende un cigarro, calla, veo lágrimas en sus ojos. Me mira —Me gustas mucho Vladimir —, me dice y baja la mirada. Me confía sus secretos :

«Siempre creí que mi padre murió cuando era bebé... esa era mi realidad... hasta que un día mientras buscaba unos documentos necesarios para mi graduación tropecé con un recorte de periódico que decía algo de un hombre llamado Bilbao Morales que se suicidó con un tiro de revólver... por motivos pasionales al sorprender infraganti a su esposa con su suegro en la cama, la nota aclaraba que la pareja tenía una hija... se la mostré a Johnny mi tío... una de esas tardes los dos se encerraron en la biblioteca (las pausas indican pitadas de cigarrillo y esporádicos suspiros)... alrededor de media hora no se escuchó nada... pero después se sucedieron los gritos, era la primera vez que Jhonny le gritaba a su padre... Rosemary, Tita, los empleados y yo nos lanzamos hacia la puerta para ver o escuchar algo... ¡Usted es un desgraciado, un verdadero infeliz!, Jhonny salió del despacho echo una furia, al verme me dijo (pausa, enciende otro cigarrillo, aspira y exhala largamente el humo)... me dijo que le perdone porque no podía decirme nada... por eso creo saber la verdad, no insistí pero... todo está en su conciencia, se que papá Herman es mujeriego a veces a nosotras nos acaricia descaradamente...





Pata de lana (el arte del placer impuro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora