El libro va bien. De salud perfectamente con la excepción del morado anillo que rodea mi ojo derecho que poco a poco va cediendo, pronto desaparecerá ese inesperado recuerdo. Giovanna es feliz y se desenvuelve con arrogancia. Es hermosa. Somos los novios "light", yo bien parecido fisicamente y ella delgada, perfumada, atractiva y muy ardiente. No tenemos planes para el futuro y solo vivimos el "aquí y ahora".
—¿Como va el libro? —. Pregunta Giovanna que acaba de cruzar el marco de la puerta mientras me muestra mi artículo publicado en la prensa.
—Bien. ¿Te gustó mi pequeño ensayo?
—Mi amor, es bello —. Entonces nos entretenemos revisando el material capturado por mi vivaz espíritu periodístico. Radiohead como fondo musical y nosotros dos cigarrillo en mano tanteando el parto de "Pata de lana", nombre con el que decidí bautizar al libro.
—Cuando termine todo esto ¿Te irás? —. Lanzó su pregunta, aquella en la que no había pensado por el simple hecho de que ni siquiera se me ocurrió. Su voz era temblorosa apenas mientras se encoje de hombros y enciende otro cigarrillo. Era evidente que había pensado mucho en nuestra situación (pues ni don Herman ni sus tias saben lo nuestro, tan solo Johnny).
Me mira directo a los ojos, como buscando en mis pupilas mis sentimientos. Me mira y yo no puedo sostener la mía.
—¿Que tienen las mujeres que lo saben todo del hombre al cual corresponden sentimentalmente? —. Pregunto.
Ella aparta la vista y se le quiebra la voz.
—Giovanna —. Le digo.
—¿Te irás verdad? —. En su voz comenzaba a traslucirse enojo, me mira inquieta, tensa; luego sonríe y sale apresurada de la habitación. Algunos segundos después retorna con una botella de Jack Daniel's.
La inauguramos de un solo trago, no había hielo, pero la quemazón que recorrió mi laringe hasta aterrizar en mi estómago reconforto mi espíritu. Otro trago. Ella me besa, su boca sabe a alcohol, su cabello huele a caramelo.
—Giovanna, no quiero lastimarte -me interrumpe con más besos, me abraza —, de verdad siento algo por ti —. Ella presiona su dedo índice sobre mis labios, carraspea y nuevamente se echa otro largo trago. Sonríe. Radiohead se ha callado. Pero su calor cercano, la intensidad de sus ojos, los firmes pechos temblorosos a causa de su respiración agitada, sus labios devoradores y... finalmente toda ella.
Pero me ha dejado, salió corriendo sin poder contener las lágrimas, quice seguirla pero al mirar el pasillo claramente divise la silueta de Tita. Desconcertado desistí.
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Pata de lana (el arte del placer impuro)
Genel KurguEl eterno seductor revela sus secretos a Vladimir, un periodista que sueña con escribir una biografía novelada del maestro. Pero conocerá a Giovanna la nieta y se enamorará de ella, llegando a descubrir oscuros secretos que está tradicional familia...