Loto azul (Drarry)

Capítulo 3 - Una carta de Scorpius

Capítulo3 — Una carta de Scorpius

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La mansión Malfoy rebosaba de alegría desde que el menor de la familia había regresado. Los elfos habían preparado los platillos favoritos de Scorpius y los habían acomodado a lo largo de la enorme mesa.

Sin embargo, él no podía disfrutar de todo eso, porque sabía que había crecido en una familia que le ocultaba la verdad. No conocía el pasado de sus familiares y eso era algo que le pesaba demasiado, ya que creía que, por lo menos su papá, confiaba en él.

Revolvió un poco la comida, pero no tenía ganas de comer.

—¿Qué sucede cariño? ¿Ya no te gusta esta comida? Es tu favorita —preguntó su abuela.

—No tengo mucha hambre abuela —respondió Scorpius.

Su papá lo analizó con la mirada —¿Te sientes mal? —cuestionó con preocupación.

—No, estoy bien. Probablemente es porque acabo de regresar de la escuela —respondió—... o probablemente sea porque descubrí que mi familia estuvo del lado de Voldemort.

Su familia volteó hacia él inmediatamente. Su abuelo incluso se ahogó con la comida, algo que no era nada común en alguien tan elegante.

—¿Cómo es que tu...?

Scorpius interrumpió a su padre —Los otros slytherin nos lo dijeron, incluso se burlaban de Edwin y de mí. Por supuesto, no les creímos, así que fui a la biblioteca.

—Y allí encontraste todo ¿no es así? —dijo Draco con voz triste.

Scorpius asintió —¿Por qué? —le preguntó a su papá—. ¿Por qué estaban del lado de Voldemort?

Draco bajó la vista y se quedó en silencio.

Narcissa miró hacia Lucius y luego hacia su nieto.

—Cariño, todas las cosas que hicimos en el pasado... no tienen justificación. No voy a decir que nos obligaron a hacer eso, porque no es verdad. El único inocente aquí, es tu padre —declaró.

Scorpius volteó hacia su papá y observó su rostro lleno de pesadumbre.

—Tampoco soy inocente —dijo Draco—. Durante un tiempo, me enorgullecía ser un mortífago y que Voldemort me haya asignado una misión tan importante. Era un adolescente inmaduro y mimado, que no comprendía el alcance de las cosas. No me di cuenta que era una misión suicida hasta que comprendí que tendría que matar a alguien... y que no me atrevía a hacerlo.

—Pero eso es lo correcto papá; tener miedo de quitarle la vida a los demás es correcto —aclaró Scorpius.

—Lo sé. Lo comprendí después de la guerra. Nunca más me atreví a levantar mi varita contra nadie.

—En realidad —intervino Lucius—, todo fue mi culpa. Creía que al lado de ese hombre iba a obtener poder, y que eso me haría mejor que los demás, pero tu abuela me demostró que no es así —contó.

Scorpius observaba a su abuelo con atención, mientras su padre permanecía con la cabeza agachada y su abuela observaba la mesa en silencio.

Lucius continuó —Aun recuerdo las palabras que me dijo. "¿Seguirás siendo mejor que los demás cuando tu único hijo esté muerto, gracias a los deseos del amo al que tanto alabas? A él no le interesa el bienestar de tu familia sangre pura, solo le interesa asesinar al niño que una vez lo destruyó. Él no se va a preocupar por Draco, por ti o por mí. " Y como siempre, tenía razón. Le pedí a él que detuviera la guerra con la intención de buscar a Draco, pero se negó. En ese momento pensé que en cualquier momento Draco sería asesinado y yo no encontraría su cuerpo. No volvería a verlo nunca más, e incluso pensé, ¿cuál era la última vez que lo había visto adecuadamente? Había pasado demasiado. No voy a decir que abandoné a los mortífagos completamente decidido. Solo seguí a mi familia a donde sea que ellos fueran y eso me salvó de arrepentirme el resto de mi vida.