Capítulo 5 - Helados y descubrimientos

1.4K 154 76
                                    

En este capítulo hay un salto de tiempo, pasaron varios años desde que Scorpius y Albus entraron a Hogwarts y desde que Albus comenzó a visitar a los Malfoy en sus vacaciones. Harry y Draco no se han visto desde su encuentro en el ministerio.

Los personajes no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling y Warner Bros.

.

.

Capítulo 5 — Helados y descubrimientos

.

Harry miraba alrededor del callejón Diagon. Había enormes grupos de niños caminando de un lado hacia el otro entre risas, otro grupo de niños observaban asombrados la nueva escoba del mercado. Había ido allí para acompañar a sus hijos, quienes compraban los útiles para el inicio de clases en Hogwarts.

Parecía que el tiempo pasaba demasiado rápido. Lily estaba por iniciar su segundo año en Hogwarts, Albus iba a entrar a cuarto y James a sexto. Cada vez comprendía mejor lo que decían todos los padres en su infancia: los niños crecen tan rápido. Y él también se hacía cada vez más viejo; aunque, eso de envejecer era solo una manera de decirlo, porque los magos vivían más años y envejecían más lento que los muggles.

En ese momento Lily salió de Madame Malkin con una nueva túnica escolar a su medida. Sus otros hijos se habían ido solos porque, según ellos, ya eran mayores para comprar sus propios útiles. Harry pensó que los adolescentes eran de esa manera, así que les permitió que se fueran, con algunos galeones cada uno y la promesa de que se verían a cierta hora en el Caldero chorreante.

Le sonrió a Lily, la única que aun quería estar con él, y juntos se dirigieron hacia la heladería que antes de la guerra pertenecía a Florean Fortescue, pero que ahora tenía un nuevo dueño. El negocio había sido remodelado, pero mantenía la sensación de familiaridad que antes tenía. Lily amaba probar los sabores que se ofrecían cada temporada y Harry —no lo negaba— también disfrutaba de los helados, una de las tantas cosas que no había probado durante su niñez.

Cuando entraron al lugar, notaron que estaba repleto de gente. Era normal, debido a que muchos magos visitaban el callejón Diagon durante esas fechas, y por supuesto, llevaban a sus hijos. Además, desde que el negocio había sido reabierto, había tenido muy buena publicidad; no había un día en que no estuviera repleto.

—Papi, mira —llamó Lily con emoción—. Ya está a la venta el sabor de verano. No lo he probado desde el año pasado.

Harry sonrió. Su pequeña aún era tan inocente; deseaba que nunca dejara de ser su bebé, pero la pubertad ya estaba cerca y él tendría que resignarse a tratar con una adolescente. Por ahora, iba a disfrutar del tiempo que le quedaba con su niña consentida.

Se acercó al mostrador y pidió dos helados grandes del especial de verano. El joven empleado lo miró con admiración al notar quien era, pero contuvo hábilmente su fanatismo y se dedicó a atender su orden. Harry agradeció la profesionalidad de los empleados en ese negocio. Cuando los helados le fueron entregados, Harry le entregó el suyo a su hija y después pagó.

—Busquemos una mesa para sentarnos —le dijo a su pequeña, quien, sin aguantar su antojo, había comenzado a probar su helado.

Cuando Harry encontró una mesa desocupada, tomó la mano de su hija para dirigirse hasta ella, pero Lily se tropezó y el helado terminó en el suelo.

—¿Estás bien? —preguntó a su pequeña, quien miraba con desolación su precioso postre regado en el suelo—. No te preocupes cariño, te compraré otro —intentó consolar.

Loto azul (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora