Loto azul (Drarry)

Capítulo 13 - Loto azul

Capítulo 13 — Loto azul

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El cielo brillaba con una enorme luna, iluminando la profunda noche. El paisaje era demasiado bello para aquellas personas que pasaban momentos felices al lado de sus seres amados, pero en la mansión Malfoy era distinto.

Ya no quedaba tiempo para Scorpius, Albus lo sabía. Había ido empeorando en esos meses y las manchas no habían hecho más que crecer y crecer; ahora, solo podían observarse unas pequeñas manchas pálidas de lo que antes había sido la piel de Scorpius, la cual estaba cubierta casi completamente de negro.

Solo le quedaban unas horas de vida, con suerte, algunos días más, pero Albus sabía que la muerte de Scorpius iba a llegar pronto.

Los ojos de su amigo voltearon a verlo con una extraña tranquilidad que había adquirido hace pocos días. Albus se acercó para escuchar qué necesitaba.

—Siempre —inició Scorpius con una voz demasiado débil, tanto, que Albus tuvo que acercarse más para escuchar mejor—... desde las vacaciones antes de cuarto... estuve enamorado de ti.

Albus apretó los labios. No quería escuchar la confesión en ese momento. No quería que fuera una confesión de despedida.

—No es necesario... que me respondas —Scorpius tomó aire, porque el solo hablar lo cansaba, y luego continuó—... tu siempre has sido muy importante para mí. No es necesario... cambiar nuestra relación para... que yo te ame. Como amigo... como hermano... o como amante... siempre vas a ser muy importante para mí y quiero que seas feliz.

Albus levantó la cabeza y le sonrió a Scorpius conteniendo las lágrimas.

—Yo —dijo Albus, pensando en la mejor manera de mantener a Scorpius a su lado—... Hay algo muy importante que tienes que saber, pero te lo diré en cuanto te recuperes. Por eso no puedes rendirte; tienes que aguantar hasta que encuentren la solución y podamos hablar de esto en un sitio más apropiado. ¿Comprendes?

Scorpius mantuvo la mirada en él durante unos segundos, pero luego sus ojos comenzaron a cerrarse y su cabeza cayó en la almohada.

Albus revisó inmediatamente su respiración y confirmó que seguía allí. Aún estaba vivo. Aun había tiempo para encontrar la contra maldición.

—Por favor, dense prisa —rogó en voz alta.

Por ahora, lo único que él podía hacer era quedarse al lado de Scorpius y esperar a que se mantuviera vivo para que pudiera sanarse.

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En la enorme sala repleta de libros, todos estaban separados traduciendo una parte de los pergaminos que Nott había traído. Sin embargo, la respuesta apareció entre los pergaminos que Pansy traducía.

—¡Miren esto! —gritó en el instante en que descubrió la información.

—Léelo en voz alta, querida —animó Narcissa.

Pansy asintió y tomó el pergamino entre sus manos, luego comenzó a leer.

—«Después de colocar la maldición en la flor, debes llevarla hasta el hogar que tu enemigo habita y ocultarla muy bien de sus ojos. El maldecido no debe estar al tanto de la existencia de esta flor, ya que, si la flor es encontrada y destruida con fuego purificador, la maldición desaparecerá junto con tu oportunidad de venganza. Solo puedes usar esta maldición una vez en la vida, ya que si usas esta maldición dos veces...»

—Espera —intervino Theodore—, olvida los riesgos de usarla dos veces. Regresa a la parte de la flor. ¿Qué clase de flor es?

—Aquí no dice nada sobre eso. Esa información debe estar en otro pergamino —respondió Pansy.