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Era una cálida mañana en el reino de Liones, la gente hacía su rutina diaria a diferencia de que el reino se preparaba para la fiesta que se llevaría a cabo el día siguiente.

El príncipe, Tristán Liones había cumplido sus 17 años hace unos meses, pero su cumpleaños siempre se celebraba dos meses después, esto ya que dicha celebración era juntada con las de sus amigos, los hijos de los 7 pecados capitales.

Desde pequeños celebraban su cumpleaños juntos y aunque con el tiempo los demás se habían ido de Liones, era una tradición que no deseaban perder.

El joven príncipe caminaba por los pasillos del gran palacio, ansioso por la llegada de sus amigos.

- Tristán.

La voz femenina lo hizo mirar atrás, ahí estaba Briar, la hija de el pecado de la lujuria Gowther.

- Hola Bri.

Briar era una chica de cabellos rosados como su padre y ojos azules como su madre. Por su parte, Tristán tenía el cabello de un rubio platinado, tenía una heterocromía que causaba que uno de sus ojos fuese azul y el otro verde.

- ¿Estás emocionado? -Preguntó ella caminando a su lado.

- Bastante, tiene mucho que no los vemos.

- Demasiado. Sabes, extraño los viejos tiempos, cuando vivíamos juntos y siempre jugábamos y hacíamos travesuras.

- Igual yo, aunque creo que si seguíamos así nuestros padres no nos iban a soportar -Ambos rieron sabiendo que ni los 7 pecados capitales podrían controlar a 7 niños que causaban desastres siempre que estaban juntos.

Ambos chicos continuaron conversando mientras paseaban por los jardines del palacio.

- Príncipe Tristán -Le llamó la voz de un hombre- El rey hada y la reina gigante han llegado.

- Gracias.

Tristán y Briar salieron corriendo hacia la entrada del castillo.

- ¡Tristán! ¡Bri! -Saludó emocionada Queen, la hija mayor de los pecados capitales Diane y King, junto a ella estaba su gemela, menor por unos cuantos minutos.

Melany y Queen, gemelas idénticas a excepción de sus ojos, la mayor tenía ojos iguales a los de su madre, mientras que la menor los tenía igual que su padre.

- Cuánto tiempo -Dijo Melany saludando a Tristán con un abrazo y un beso en la mejilla.

- Creí que Lancelot vendría con ustedes -Mencionó Briar al no ver al hijo de Ban.

- ¿Me llamabas? -El chico rubio y de ojos rojos estaba detrás de ella y la tomó por la espalda, causándole un pequeño sobresalto.

- ¡No me espantes así Lancelot!

- Siempre lo hago, ¿Por qué sigues cayendo? -Dijo entre risas para luego tomar la mano de la chica y dejar un pequeño beso en esta- Por cierto, que hermosa te ves, como siempre, claro.

- No te voy a perdonar sólo por decirme cosas bonitas.

- Que mala -Suspiró para luego saludar a Tristán- Tú también te ves tan hermoso como siempre.

- No empieces con tus cosas.

- Ay que gruñones son ustedes dos.

No tardó mucho para que llegaran los últimos chicos, Sol y Leo, los hijos mellizos de los pecados de la gula y el orgullo, ambos la combinación perfecta de sus padres, Leo, el mayor poseía los hermosos ojos azules de su padre y el cabello oscuro de su madre; su hermana, el cabello claro de su padre y los ojos ámbar de su madre.

The New Sinners - Nanatsu no taizai (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora