❣️Este libro está siendo reescrito ❣️
Después de que la guerra santa había terminado y la armonía reinaba en toda Brittania; los héroes: Los Siete Pecados Capitales decidieron hacer sus propias vidas.
Con la maldición rota, el capitán de los pecados...
Los días pasaron con tranquilidad, lo más que se podía. En el poco tiempo que llevaban con los chicos habían podido conocer la forma de ser de cada uno, aunque actuarán un tanto diferente, debido al gran trauma de lo vivido hace unos días.
Sol les recordaba mucho a Escanor durante la noche, tímida, prefería evitarse los problemas, aunque todo esto no le impedía tener mucho orgullo; tenía una buena relación con sus padres (lo mejor que se podía en aquellos momentos), principalmente con su padre; siendo él su ejemplo a seguir, lo que él hiciera, ella también lo haría. Ninguno tenía duda de que ella era la "nena de papá".
Leo era muy orgulloso, tanto como su padre; aunque a ojos de los demás, era como una copia de Merlín, y a diferencia de su hermana, él no se llevaba nada bien con su padre teniendo pequeñas peleas que eran detenidas por Merlín, que regañaba a ambos por no comportarse.
Gal, se atrevían a decir que era la más tranquila de los ocho chicos, teniendo una personalidad serena como su madre, aunque podía llegar a tener el carácter de su padre; también era la que se había mostrado más fuerte a pesar de haber perdido a sus padres, su equipo y su reino, claro que le afecta esto, pero ella sabía muy bien cómo reprimir sus emociones. También era la más experimentada de los ocho, algo obvio al ser ella la líder de los 10 mandamientos, sabía muy bien cómo pelear, utilizar armas y sus poderes tanto de demonio como de vampiro.
Briar era reservada, aunque a diferencia de su padre, ella era un mar de emociones, era comprensible sabiendo que había tenido que pasar por la muerte de sus dos padres. Tenía un claro problema de ansiedad, por lo que evitaban hacerle preguntas que la pudieran incomodar, aunque Gowther no comprendía muy bien esto y a veces hacía preguntas de más; por eso todos debían estar atentos para ponerle un alto a Gowther.
Las gemelas, algo tranquilas pero a la vez muy animadas, eran ellas las que trataban de hacer más amena la situación y las que desde el inicio habían podido entablar una buena relación con sus padres. Ambas, una copia de su madre y siempre buscando estar cerca de su padre, como unas niñas pequeñas buscando la protección que su padre les podría brindar.
Tristan también era muy tranquilo, claro que a veces Lancelot y Leo lo hacían enojar bastante causando una que otra pelea entre ellos. De los ocho era el que menos control tenía sobre sus poderes, y eso era algo que lo acomplejada bastante. Antes de morir, su padre le había dicho que él sería el nuevo capitán, y el querer alcanzar un nivel digno del capitán de los pecados capitales le hacía exigirse de más.
Por palabras de Gal, Lancelot era el que siempre estaba jugando y haciendo bromas a los demás, aunque su humor ahora no era el mejor, se le notaba desanimado, cansado, llevaba días sin poder dormir bien, ya que todas las noches tenía sueños un tanto extraños. A pesar de estar tan afectado hacía su mayor esfuerzo por mantenerse firme; su principal motivo era su personalidad tan protectora con sus amigas, en los últimos días sus primas y Briar, principalmente, lo buscaban mucho, les reconfortaba el sentirse protegidas por Lancelot. Las cinco chicas lo querían como a un hermano, alguien en quien podían confiar y sentirse seguras; y ese era su motivo para mantenerse fuerte, debía protegerlas.
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