Min Yoongi: Reacciones [Pedidos Cerrados]

#4 Yoongi

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Él había recogido de la escuela a su hija menor. Usualmente recogía a Jieun primero pero ella tenía que quedarse media hora más por una reunión que iban a tener por un proyecto escolar. Según habían dicho, una obra de teatro.

– Papá, ¿vamos a recoger a Jieun ahora?

– Sí, mi amor.

Caminaron hasta aquella escuela y cuando entraron, había mucha gente. Muchos niños en todas partes y algunos padres. Yoongi por su parte agarró fuerte la mano de su hija para que no se perdiera, y mientras tanto, buscaba a su hija mayor con la mirada.

Cuando la encontró, vio una escena que no le gustó en lo absoluto. Unas niñas estaban molestando a su hija y ella solo se aferraba a su mochila con la mirada en el suelo.
Él caminó decidido y en cuanto Jieun lo vio acercarse, se dirigió hacia él para que este no se acercara a las niñas.

– Jieun, ¿estás bien? – dijo obviamente preocupado.

– Sí pa. Ya vámonos – respondió sin siquiera mirarlo.

De camino a casa, nadie dijo nada y él pensó que sería buena idea comprarles algún dulce para levantarles el ánimo.

– Niñas, ¿quieren helado?

– ¡Sí! – la pequeña Nari gritó emocionada. Sin embargo Jieun no respondió.

Fueron a dicha heladería y la niña seguía sin decir nada.

– Jieun, mi vida. ¿Qué sabor quieres?

– No quiero helado, gracias.

Le preocupaba mucho pero no iba a tratar de hablar con ella ahí, en la calle.

– Papá, ¿podemos ir al cine mañana? – preguntó Nari mientras comía su helado.

– ¿Cómo así?

Al parecer la caricatura favorita de la niña había sacado una película y ella quería verla.

– Esa serie es ridícula. Tú solo ves cosas estúpidas – dijo Jieun molesta. Su hermana siempre hablaba de sus dibujos animados y ella estaba harta.

– Oye, no le hables así a tu hermana – Yoongi se sorprendió. Jieun nunca hablaba así – Ella no tiene la culpa de que estés enojada.

Ese fue un comentario que Yoongi tal vez no debió haber hecho.
Su hija caminó más rápido y ahora la tensión era mayor.
Al llegar a la casa, la niña se encerró en su cuarto, cerrando la puerta de un portazo, lo cual molestó a Yoon y fue a tratar de reclamarle.

– Jieun. Sal de ahí – dijo él a la vez que tocaba la puerta. La niña no respondió y él no supo cómo reaccionar. No podía abrir la puerta pues tenía puesto el seguro y no quería gritarle, así que solo se fue a su cuarto y al igual que ella, se encerró.

Intentó calmarse agarrando su laptop y trabajando en algo de música. Su enojo había bajado considerablemente después de una hora mientras fumaba un cigarrillo y escuchaba la canción en la que estaba trabajando.

De pronto escuchó que tocaban a su puerta, así que apagó el cigarrillo y su computadora. Si era Jieun, seguro quería hablar y él no quería tener distracciones.

Pero no era Jieun, sino Nari.

– ¿Qué pasa?

– Jieun salió.

– ¿Qué? – no lo creyó hasta que fue al cuarto de la niña y abrió la puerta. Jieun no estaba.

¡Mierda!