》One shot: Mi soledad y yo

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Aclaración: Inspirada en la canción del mismo nombre.

◇◇◇

Narrada por Yoongi:

La lluvia nunca me había deprimido tanto como ahora, es más, me gustaba, igual que a Audrey...

Siento que por la expresión de tristeza que he mostrado estos días, la gente piensa que ella y yo nos separamos o que nos peleamos. Fue humillante explicarle a mis amigos que lo que pasaba era que ella se había ido de viaje. Ellos no podían creer que estuviera tan decaído por un sinsentido como ese, así que me cuestionaron preocupados si ella estaba enferma o había tenido un accidente o alguno de sus familiares había muerto; fue mucho más difícil decirles que lo que simplemente sucedía era que la extrañaba.

Ahora intenté alejarme de todos ellos, pues no entendían y quería extrañarla en paz. Unos días después me escribieron, invitándome a salir y disculpándose por haberse reído de mi situación sentimental, pero solo les agradecí y me excusé porque como dije, quería estar solo pensando en ella.

Gracias a que trabajo en mi casa, se me facilitó el aislamiento y solo tuve que ver gente cuando paseaba a Holy o veía televisión. Mi mascota, Holy, ha sido de gran ayuda para llenar el vacío; sin embargo, siento que me he vuelto algo dependiente de su compañía, pues cuando duerme, vuelvo a sentirme solo.

Creí que podría con esto. Ella dijo un mes y traté... "solo son treinta días", pensé, pero ha pasado una quincena y me desespera saber que aún falta la mitad y juro que el tiempo está yendo más lento. Intento no llamarla mucho, ya que la zona horaria es diferente y mientras yo estoy frente a mi ventana pensando cuándo regresará, ella está descansando de haber disfrutado de su día. No diré que no me molesta su falta de interés, ya que no sé porqué ella está feliz mientras yo sufro, y lo sé porque cuando hacemos videollamada, ella parece tan contenta. Pero trato de pensar que es por verme, aunque no sea verdad.

Creo que he mantenido la compostura. Es decir, no quiero que crea que estoy desesperado. Sin embargo, sí he tenido la tentación de preguntarle cómo le hace cuando yo estoy de gira, ya que tampoco parece molestarle mucho la situación, mientras que yo desde mi cuarto de hotel me muero por tenerla conmigo.

Hoy decidí armarme de valor y confesar que la extraño más de lo que ella cree. Solo quiero que lo sepa, no me voy a humillar.
Entonces, le pedí que hiciéramos videollamada y cuando me dijo que estaría desocupada todo el día, mi corazón pareció querer salirse de mi pecho por la felicidad; aún si yo me amanecía hablando con ella, valdría la pena.

Fue a la medianoche que nos pudimos conectar. Ella se disculpó por la hora, pero yo no tenía sueño. Le pregunté qué había hecho de interesante, cómo estaba su familia, si le gustaba el clima, el paisaje, si se había enfermado, y por último si me extrañaba. Su discurso se prolongó tres horas, respondiendo a todas mis preguntas y en la última me hizo notar que me extrañaba y que le gustaría que yo estuviera allá con ella. ¿Por qué no fui? En ese momento tenía la agenda ocupada con unas filmaciones, pero hubiera buscado una manera de adelantar o atrasar el trabajo, porque esto no me gustaba.

Audrey también tenía sus preguntas. Quería saber si había estado comiendo bien y si no había trabajado en exceso. Quería saber de Holy, del clima en Corea y sobre lo que he hecho en su ausencia para entretenerme. Creo que allí fue cuando comencé a abrirme y hablé de más, desmoronándome por dentro.

Le dije que había estado lloviendo mucho y que los días se veían apagados, más o menos como ella lo había dejado cuando se fue de mi lado.

– Lo único que ha cambiado es que no estás – comenté, tal vez siendo un poco brusco, aunque en realidad sonaba decepcionado. Ella lo notó y me preguntó si me sentía bien, a lo que respondí que la extrañaba mucho. No parecía muy sorprendida, es más, el sorprendido fui yo cuando ella respondió:

– Yoongi, ya hablamos de esto.

No me había dado cuenta, pero al parecer mis delirios en los que le rogaba que volviera, no eran del todo inventados. Ya le había mencionado muchas veces de lo harto que estaba conviviendo con mi soledad. Las primeras ocasiones fue comprensiva, pero ahora decía que detectaba algo de chantaje.

– No, mi amor, si yo no quiero que te regreses solo por mí – en realidad sí lo quería – Disfruta de tu viaje. Me alegra verte feliz.

– ¿Entonces por qué estás tan triste, amor? Me preocupas.

– Es que...

¿Qué podía decir? ¿Que ya no recordaba lo que era ser soltero y salir del departamento a un museo, un concierto o recorriendo algún parque, playa o montaña? La verdad es que eso era correcto. No recordaba lo que era estar sin su compañía, pero decirle eso arruinaría su viaje, así que solo me excusé diciendo que estaba aburrido y aturdido de trabajo.

Volví a escuchar su dulce voz diciéndome que ella también quería estar conmigo y que en ocasiones se aburría pensando qué hacer, pensando que conmigo seguramente sería más divertido hacer absolutamente nada. Yo sonreí por la confesión, a pesar de que la mía era mentira, pero me alegraba no haber dañado su viaje.

Yo encantado me hubiera quedado conversando más tiempo hasta que fuese hora de dormir donde ella estaba, pero Audrey se alarmó al ver que en su laptop daban las 4 de la tarde y que significaba que aquí eran las 4 de la mañana. No le rogué que me diera más tiempo y solo acepté mi destino. Me despedí de ella con una sonrisa y al terminar la llamada solté un suspiro de tristeza y cansancio, pero no de sueño.

"No puedo con esto", me dije, dejando caer mi cabeza en la cama. En un rincón de la habitación se encontraba esta maldita sensación, mirándome con la misma pesadez. La soledad no me dejaría en paz, pero podía ver que tampoco quería estar allí. Mi soledad no me soportaba.

"Deja de atormentarme", pensé psicóticamente. Creo que lentamente me acercaba al borde de la locura, ¿cómo iba a creer que mi soledad se había materializado y me perseguía por todo el departamento? No la veía, pero la sentía. A veces lograba alejarla, cuando imaginaba que Audrey regresaba, cuando imaginaba el día en el que yo iría al aeropuerto a recogerla y ella me vería desde la distancia y correría y se lanzaría sobre mí, abrazándome y diciéndome cuánto me había extrañado y yo la besaría con necesidad en medio de la multitud para que ella supiera que yo la había extrañado más. Después iríamos al carro y en el recorrido a casa ella me iría contando sobre su viaje y al llegar al departamento le haría algo de comer mientras ella toma un baño. Luego comeríamos juntos mientras hablamos, después iríamos a la habitación y veríamos alguna película, pero pronto la falta de intimidad sexual nos atacaría a ambos y terminaríamos saciándonos por horas hasta que por fin la tendría descansando en mis brazos mientras acaricio su cuerpo con mis dedos, haciendo tiempo hasta que yo también cierro los ojos y me abrazo más a ella para dormir.

Sin embargo, la soledad volvía a mí con más fuerza y más viva una vez de concluir mi sueño, pues terminaba extrañándola más.

Debía aprender a convivir con ella. Antes nos llevábamos bien. Es más, era mi mejor amiga y era más común de lo habitual, pero ahora no la reconozco y si he de ser sincero, no la quiero.

Pero es lo que debo hacer ahora, solo aprender a convivir con ella.

No soy fan de Alejandro Sanz (sino mi mamá), pero debo admitir que el tipo es un poeta

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No soy fan de Alejandro Sanz (sino mi mamá), pero debo admitir que el tipo es un poeta.

:)

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