Min Yoongi: Reacciones [Pedidos Cerrados]

#17 Yoongi

Reacción: Yoongi descuidando a sus hijas

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Usualmente él era muy precavido, pero la paternidad lo puso a prueba muchas veces.

Cuando Jieun tenía dos años, él llevaba el carrito de las compras con ella dentro, sentada, mirando todo. Sunmi (su esposa en ese tiempo), había ido a buscar algo en otra sección y dejó a Yoongi solo con la niña. Habían parado en la sección de las frutas, y Yoongi fue comparando el precio y la calidad de las mandarinas antes de comprarlas.

Estaba tan concentrado en eso, que no se había percatado de lo que estaba haciendo Jieun. Cuando al fin puso el paquete de mandarinas en el carrito, se dio cuenta del desastre. La niña había estado comiendo varias uvas que estaban prácticamente frente a ella. La bebé con su pequeña boca se acercaba a una uva y la halaba del racimo para comerla.

Yoongi no tuvo de otra que tomar el racimo entero del que su hija había estado comiendo y ponerlo en el carrito.

Con Nari había tenido más problemas, pues desde que nació, había hecho cagada y media cuando ésta estaba al cuidado de él.

El primer incidente sucedió cuando la pequeña tenía diez meses, y Yoongi debía darle de comer a la niña. El problema era que estaban pasando un partido de básquetball en la televisión, y él estaba mirándolo cuando su esposa le encargó que alimentara a Nari.

Entonces, Yoongi la tenía en sus brazos y le daba el biberón mientras miraba el juego en la televisión. Ya habían pasado varios minutos cuando de pronto sintió algo húmedo en el brazo, y se sobresaltó cuando recordó que le estaba dando de comer a la niña, y la miró; tenía la carita llena de leche, al igual que el cabello.

Después, cuando Nari tenía tres años tuvo otro incidente. Yoongi estaba buscando algo en la refrigeradora para lo que estaba cocinando. Nari estaba corriendo por la casa, y cuando llegó a la cocina le dio curiosidad porque su padre estaba agachado frente al refrigerador y fue a pararse detrás de él para ver qué hacía.

Ya que Yoongi necesitaba un aderezo para un relleno que estaba haciendo, se le ocurrió usar salsa picante, pero cuando lo tomó no parecía que había mucho, y se notaba muy espesa. Entonces, él sacudió la botella un poco, sin darse cuenta de que, uno, la botella no estaba bien tapada, y dos, que Nari estaba detrás de él, recibiendo toda la salsa picante en la cara.
Él vio cómo un poco le había caído en la camisa, dándose cuenta de que la botella no estaba cerrada, y por azar volteó para ver qué desastre había hecho en el suelo, sin imaginar que le había echado prácticamente toda la salsa en la cara a su hija.

– Mi amor, no te muevas. No hagas nada – le ordenó nervioso y fue a buscar algo con qué limpiarla.

A veces no era distracción, sino falta de precaución, como una vez cuando Nari tenía cuatro años y se puso su pequeña manta encima, simulando ser un fantasma, caminando por toda la casa. Yoongi la miraba, riéndose enternecido con su pequeña hija intentando asustar a todo el mundo, cuando de un momento a otro, la niña se golpeó contra la pared mientras corría, y cayó sentada en el piso.

Él corrió a auxiliarla porque comenzó a llorar, y se puso nervioso por la explicación que tendría que darle a su esposa cuando viera el chichón en la cabecita de Nari.

Aunque esas quedarían como experiencias que él contaría si se le daba la gana, pues nadie lo había visto, a excepción de una, que siempre sería tema de burla con sus amigos.

Jieun tenía tres años cuando Yoongi la llevó a pasear, ya que saldría con Jimin en su carro y no tenía problema en salir con ella y su amigo.

Jimin se estacionó en el establecimiento del centro comercial y ambos hombres bajaron. Yoongi abrió la puerta de atrás y desabrochó el cinturón de la niña, y luego la sacó del auto y la dejó en el suelo.

– Papá... – Jieun le hizo saber con unos gestos que se le había caído en el carro el juguete que tenía en la mano, y entonces él se apresuró a agarrarlo.

– Toma, mi amor – le dijo al darle el juguete y cerró la puerta. Jimin que ya estaba a medio camino, le dijo algo y Yoongi fue hacia él, imaginando que su hija lo seguiría detrás.
Pronto vio cómo Jimin se quedaba estático, mirándolo fijamente y le preguntó qué sucedía.

– Mira atrás – le contestó Jimin.

El mayor lo hizo y se encontró con que Jieun no estaba allí con él. A la pequeña se le había quedado atrapado parte del abrigo en la puerta del carro y no podía moverse.

Yoongi corrió a verla y la liberó, cargándola para que no se le volviera a perder.

– Eres el padre del año – se burló Jimin, y le contó esa anécdota a todo el mundo.

Después, Yoongi ya no tuvo tantos descuidos, pero siempre se acordaría de esos que marcaron su paternidad.

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