》One shot: I'm not sorry (18+)

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Advertencia: Esta es una situación distinta a los escenarios sobre los que usualmente escribo. Igual espero que les guste.

◇◇◇

Es común que cuando se trata de sexo, el hombre tome la iniciativa, ya sea por desesperación, posesión, o falta de vergüenza. Min Yoongi no era la excepción. Era hombre, y tenía necesidades e impulsos que lo llevaban a pedir sin esperar recibir un no como respuesta.

Sin embargo, un día no se dejó ganar.

Usualmente los métodos de persuasión de Yoongi eran simples: un leve apretón en el trasero, besos en el cuello, conversaciones que subían de tono, y abrazos nada tiernos cuando se acostaban a dormir.
Era eso, o robarle un beso desesperado, o directamente decirle: "Mi vida, tengo ganas".

Audrey claramente no hacía ninguna de esas cosas, sobre todo porque con él era tan fácil como que ella se le exhibiera un poco si tenía ganas, y aun así, él se lo terminaría pidiendo. Si una noche ella esperaba tener relaciones, sabiendo que él no tenía ganas, sólo se ponía unas pijamas cortas que no dejaban casi nada a la imaginación, o se ponía una camiseta de él sin nada debajo más que las bragas, que aunque no se veían, él sabía que estaban allí, desprotegidas. A veces también se cambiaba de ropa cerca de él, con movimientos sugestivos, a propósito, aunque eso último lo hacía en la tarde, no en la noche.

Pero ese día fue distinto. Yoongi había llegado en la tarde a su casa después de encontrarse con unos amigos en una cafetería, y Audrey estaba allí, aburrida, horneando galletas.

– ¿Qué haces? – le preguntó él, entrando a la cocina y saludándola con un beso en su cabeza.

– Aquí no hacen estas galletas, entonces le pedí a mi mamá que me enviara la receta para hacerlas aquí. Espero que me queden bien. ¿Cómo te fue?

– Bien... – respondió, quitándose el abrigo, y dejando expuesto un outfit que le marcaba los brazos, el pecho y el trasero. Era un pantalón negro que se le ajustaba atrás, y una camiseta negra de su talla, no más grande como solía ponerse.

Ella de pronto cuando lo miró, se acordó de otros atuendos que él se había puesto, y que la habían tentado justo antes de que él decidiera tomarla y darle como ella tanto necesitaba. Esas eran ocasiones especiales donde él debía ir bien vestido con camisa de botones (el cual no era el caso ahora), y que siempre terminaban en sexo porque así decidía Yoongi terminar esas ocasiones importantes.

– ¿Has estado haciendo ejercicio? – le preguntó sin dejar de mirarlo, pero él ni se dio cuenta y sólo tomó un par de galletitas que se estaban enfriando.

– Sí, he estado levantando pesas.

Se le notaba, más que nada en los brazos.
Ella se había quedado mirándolo un buen rato mientras él seguía hablando; cómo se peinaba el cabello con sus dedos, no sólo veía sus fuertes y pálidos brazos flexionando, también veía esos dedos moviéndose con destreza sobre ese cabello largo. ¿Todo en Yoongi era sexy o ella estaba malpensando? Apostaba por las dos. Yoongi era demasiado para cualquiera, en varias ocasiones incluso escuchó a sus amigas hablar de lo guapo y sexy que era (lo cual la hacía dudar de las intenciones que pudieran tener sus amistades).

– ¿En el gimnasio de la agencia?

– ¿Dónde más, mi vida? Andas como distraída – comentó sonriendo con picardía y acarició su mejilla, con esa sola acción preguntándole qué sucedía. Se le notaba mucho que quería algo.

– Sólo preguntaba... como no te gusta que te vean hacer ejercicio – se defendió, tratando en lo posible de ocultar su deseo. Sucedía también que no habían tenido relaciones en algunos días porque habían discutido y como ambos andaban de dignos, no querían ceder. Ahora su comportamiento era pasivo agresivo; todo iba bien entre ellos, pero ninguno quería dar el primer paso para perdonarse completamente. Sin embargo, con la forma que Yoongi tenía de manosearla cuando hacía sus labores cotidianas, la tenía prendida desde hace días.

Min Yoongi: Reacciones [Pedidos Cerrados]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora