Min Yoongi: Reacciones [Pedidos Cerrados]

#1 Yoongi

Cómo reaccionaría Yoongi cuando su hija menor se queja de la comida.

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Él había recogido a las niñas de la escuela el miércoles de tarde. Con su ex-esposa compartía custodia teniéndolas desde los miércoles en la tarde hasta el domingo por la mañana que era cuando las llevaba a su otra casa.
Le había salido bastante caro el divorcio ya que su ex-esposa era un problema, pero al final pudo tener a sus hijas un poco más de la mitad de la semana lo cual era lo único que pedía.

– Papá – dijo su hija Jieun emocionada al ver a su padre esperándola a la salida de la escuela.

– Hola mi amor. ¿Qué tal la escuela? – dijo abrazándola al mismo tiempo que besaba su cabeza.

– Muy bien. Te extrañé mucho.

– Yo también, cariño. Vamos a recoger a tu hermana.

Su hija menor estudiaba en otra escuela. Sus padres habían discutido un sinnúmero de veces por a cuál escuela debían ir las niñas. No se ponían de acuerdo con dos escuelas que habían considerado ya que a Yoongi le gustaba una y quería que vayan a esa pero a Sunmi (su ex-esposa) le gustaba la otra. Y por pendejadas así es que discutían siempre cuando estaban casados. Al final se dieron cuenta de que tenían dos niñas y las pusieron en las escuelas que querían.

Había que caminar unas cuadras ya que no era mucha la distancia, y Yoon quería que las niñas se acostumbraran a caminar para hacerlo un hábito.

Entraron a la escuela de Nari y esperaron fuera del aula hasta que todos los niños salieran en fila y entre ellos su hija que apenas lo vio, corrió hacia él.

– ¡Papá! – gritó la pequeña Nari – Llegaste temprano esta vez.

– Yo también te quiero.

– ¿A dónde vamos? – volvió a hablar la menor.

– A la casa. ¿A dónde más? - dijo sin importancia mientras agarraba la maleta de la pequeña y tomaba a ambas niñas de las manos para ir caminando a la casa.

– Ay pa. Llévanos a otra parte.

– Tienen que comer. Ya tengo pensado lo que voy a cocinar.

– ¿Qué es?

– Estofado de tofu.

– ¡No! – reclamó Nari muy molesta – Yo quiero una hamburguesa.

– No te puedo dar eso porque no es comida. Pero puede que el sábado comamos hamburguesas o pizza.

– Pero pa, mi mami dijo que te podía pedir eso hoy.

– A mí no me dijo nada. Ella no tiene porqué decidir qué comerás conmigo.

– Yo no quiero estofado – dijo aún más molesta, y él también se estaba enojando.

– Nari, no me vas a hacer una escena aquí en la calle y vas a comer lo que yo te dé cuando lleguemos a la casa.

Cuando llegaron él se dispuso a hacer la comida al mismo tiempo que cambiaba de ropa a su hija menor. La verdad es que Nari era más problemática y una de las razones era su hiperactividad. Jieun era mucho más tranquila y obediente. Y Yoongi nunca lo diría en voz alta, pero Jieun era su favorita.

– ¿Cómo te manchaste el uniforme? – le preguntó a la menor al ver una mancha de mermelada en la blusa blanca que no había notado antes por el abrigo que llevaba puesto.

– Se me cayó un poco de mermelada cuando me comía el sándwich.

– ¿Su mamá les manda sándwiches de mermelada en la lonchera? – no le gustaba que sus hijas comieran tanto dulce.

– No. Cambié mi sándwich de atún por el de mermelada.

– Cariño, ya te he dicho que no debes hacer eso.

– ¿Es porque mi mami se esfuerza por hacer los sándwiches?

– No. Porque es mucha azúcar.

Después de terminar de hacer la comida, Jieun se sentó a comer mientras que Nari miraba el plato sin siquiera probarlo.

– ¿Y ahora qué pasa? – dijo Yoon al ver su cara de enojo.

– No quiero estofado.

– Bueno, no te estoy preguntando si quieres.

– Mi mami dice que no se le debe obligar a comer a los niños si no quieren.

– Y tiene razón, pero lo tuyo es berrinche.

– ¡No es berrinche!

Él no quería decir algo de lo que se pudiera arrepentir y peor pegarle, así que solo se levantó y fue a su cuarto. Quería calmarse y pensar qué decir para que su hija entendiera, pero sin llegar a ser agresivo de alguna forma.

Todo era más fácil con Sunmi. No era una buena esposa pero siempre mantenía la casa tranquila.

Una media hora después escuchó a una de las niñas tocando a su puerta y él abrió esta con cuidado.

– Perdón por haber gritado pa. No quería que te enojaras conmigo. Si quieres que me vaya de la casa, voy a recoger mis cosas... – Nari era tan dramática que a veces hacía reír a su padre.

– No exageres, mi amor. No quiero que te vayas – se puso de rodillas para estar a la altura de la pequeña y la abrazó.

– Me gustó la comida.

– Qué bien. Escucha, linda yo sé que es difícil para ti a tu edad asimilar lo que está pasando entre tu mami y yo, pero créeme que me estoy esforzando para que a ustedes dos no les falte nada. Solo quiero que comprendas que yo no puedo hacerlo todo rápido de la noche a la mañana porque eso lo hacía tu mamá. Yo estoy recién aprendiendo.

– Bueno. Perdón.

– Está bien, mi amor. Ahora ve a hacer tu tarea.

:)