Min Yoongi: Reacciones [Pedidos Cerrados]

#19 Yoongi

¿Cómo sería Yoongi ayudándoles a sus hijas con las tareas?

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Min Yoongi era muchas cosas, pero no un educador con licencia. Sinceramente, a veces le costaba no corregir a sus hijas a golpes, aunque nunca les levantó la mano, lo quiso hacer varias veces. Le costaba no consentirlas cuando sus princesas eran todo para él. 

Pero nada le costaba más que ayudarles a estudiar. Yoongi tenía buena memoria que adquirió con sus años de trabajo, pero el sistema educativo en su país era muy estricto con la enseñanza a tan corta edad que sus hijas debían tener el mismo nivel que él y de manera obligatoria.

– Veinte – respondió Jieun.

Yoongi señaló con el lápiz sobre el siguiente número en una oración acerca de cantidad, pero esta vez la niña no acertó, y él en silencio hizo sonar el lápiz sobre el número para indicar que se había equivocado, pero ella volvió a errar. Eran ya casi las 11 de la noche y Yoongi sentado con su hija en la mesa del comedor miró al reloj en la pared. Ya era muy tarde.

– Ese no es de cantidad. Léeme la oración otra vez.

Los números en coreano tenían dos sistemas y cada uno tenía sus usos. Además de que se leían distinto debían saber cuándo se usaban, y eso era demasiada información para procesar en pocos días.

– Jieun, ya te había enseñado eso, para personas y cosas se usa el mismo sistema. ¿Cómo se pronuncia este número? – Yoongi estaba frustrado en realidad, porque sabía que ella olvidaría todo para el día siguiente así como ya estaba olvidando y confundiendo lo que ya había aprendido.

– ...No me acuerdo, pa', no entiendo... y, ¿por qué no es un sólo sistema para ambos?

– No sé, mi amor... pero, bueno, mejor vete a dormir. Mañana seguimos.

Yoongi se quedó allí con el cuaderno de la niña, mirando sus apuntes. Se dio cuenta de que Jieun hacía lo mismo que él, dejando notas aparte y rayando con la pluma algún error que tuviera, pero al mismo tiempo era muy ordenada y aplicada en el cuaderno que sí era de la materia. Yoongi vio ambos cuadernos y se preguntó porqué si su hija era tan brillante y ordenada, le costaba tanto aprender el tema de los números.

El chico leyó los ejemplos que Jieun tenía anotados, y eran varios, había información completa. De pronto soltó una pequeña risa de sorpresa al ver que las oraciones además estaban ordenadas por sonidos para que fuera más fácil repetirlos, y le pareció interesante que lo hiciera así, ya que él también hacía eso en la escuela, y también con los nombres de las medicinas de su abuela; es más, había escrito una canción para memorizarla y darle a su abuela las medicinas correspondientes.

Y entonces se le ocurrió. Haría una canción acerca de los números junto con los ejemplos para cada forma de uso y cómo se leen las cantidades.

El chico se llevó los cuadernos a su estudio y buscó en la computadora alguno de los beats que tuviera para usarlo. No tuvo que buscar mucho pues necesitaba algo básico. Lo bueno es que los que él creaba eran todos creativos y en su mayoría pegadizos. Luego procedió a escuchar el beat mientras leía los apuntes para ver si sacaba el ritmo de la letra.

Cuando le tocó grabar se sintió raro. No acostumbraba a rapear cosas que no fueran ideas polémicas o groserías, y entre risas no podía creer lo que le estaba costando pronunciar las cantidades sin enredarse.

Se quedó hasta las 4 de la mañana despierto grabando, pero estaba satisfecho con el trabajo. Había metido toda la información posible en un rap un poco complejo, pero sabía que le serviría a su hija.

Durmió apenas unas horas ya que sus hijas fueron a despertarlo porque tenían hambre. Además, era domingo, por lo que tendría que dejar a las niñas con su mamá y quería aprovechar para estar con ellas las horas que le quedaban.

El desayuno ya estaba en la mesa y Yoongi se había sentado con ellas, pero sólo para tomar su café bien cargado.

– Pa', no encontré mis cuadernos en la mesa. ¿Dónde están? Tengo que estudiar después.

– Ah, cierto, los tengo en el estudio, ya te los traigo.

Las niñas tenían prohibido entrar al estudio de Yoongi cuando él no estaba, y obedecían porque una mañana que ellas no quisieron despertarlo, se pusieron a jugar, entraron y terminaron rompiendo una figura autografiada que le dieron cuando visitó a un músico de renombre. Se sintieron muy mal por haberlo decepcionado y ahora les daba miedo romper la regla.

Él regresó a la mesa con los cuadernos y la niña le preguntó porqué los tenía, a lo que su papá le explicó:

– Es una sorpresa. Cuando termines de comer, te lo muestro.

Jieun estaba algo impaciente porque usualmente las sorpresas de su papá eran acertadas. Así que terminó rápido de comer y le insistió a su papá cuál era la sorpresa.

Él la llevó a su estudio y la hizo sentarse en la silla giratoria de él. Yoongi buscó el archivo de la pista y la reprodujo. Al mismo tiempo tomó el control del aire acondicionado, simulando un micrófono, además de una hoja de papel y empezó a rapear la canción que había escrito hace unas horas. Su hija lo miraba emocionada por como cantaba como si la gramática pudiera ser divertida, y Yoongi interactuaba con ella como si fuera su fanática, su mini Army, y claro que lo era, sus pequeñas lo admiraban por esa dedicación que tenía con ellas y por su manera de arreglar las cosas.

– ¿Tú escribiste eso? – dijo maravillada cuando el terminó la canción con una pose swag pero tierna a la vez.

– La escribimos. Todo lo saqué de tus apuntes. Eres brillante, Jieun – Yoongi se arrodilló frente a la silla – Sabes, me recuerdas a mí cuando era niño, y tú vas a tener mi apoyo para todo, porque tienes talentos ocultos que no voy a ignorar.

Jieun lo abrazó con fuerza, dejando un tierno beso en su mejilla y él le repitió por cuarta vez en la semana que la amaba. Quería que siempre lo tuvieran presente porque Yoongi sabía que lo merecían y no quería que se conformaran con menos.

¿Listos para el concierto? (≧▽≦)

:)