9. El enfermero

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—¡Buen remate Hinata! —gritó Gen para animar al chico mandarina a pesar de que un chico extraordinariamente alto de cara enojada lo hubiera bloqueado.

—Pero no hizo nada. —susurró Tsukishima enojado, ¿Por qué tenían que alabar a Hinata aunque no hiciera una buena jugada?

Ese día tampoco les había ido del todo bien pero de alguna forma los chicos de Karasuno parecían haber madurado un poco. Eran como esponjas y estaban absorbiendo toda la información que recibían viendo los partidos de los demás equipos.

—¡Hey, hey, hey! —gritó Bokuto llegando al lado de la nueva mánager del Karasuno.

—Hey. —saludo Kuroo llegando con un pequeño chico que estaba sujetando su suéter con una mano a modo de guía y con la otra estaba sumergido en un videojuego.

—¡Kenma! —gritó Hinata llamando la atención del chico al lado de Kuroo quien levantó la mirada y sonrió muy ligeramente saludando al mandarina.

Gen quiso salir corriendo, eran los mismos chicos del día anterior. Pero su orgullo y el no querer parecer una miedosa le ganaron. Aparte de que estaba todo el equipo Karasuno detrás de ella, estaba segura con sus guardaespaldas quienes miraban mal a ambos capitanes de aquellos dos equipos.

—¿No te gustaría ser mejor nuestra mánager? —preguntó el pelo emo.

—No. —contestó...¿Tsukishima?

Estaba parado detrás de ella al igual que sus dos guardaespaldas y Daichi quien mantenía una pequeña guerra de miradas con Kuroo.

—Le pregunté a ella. No sabía que tenía secretario. —dijo mientras una vena saltaba de su frente.

—Ella dijo que no. —volvió a contestar por ella.

—En realidad no puedo —contestó finalmente —. Creo que no se puede ser mánager de una escuela a la que no pertenezco.

El rubio golpeó suavemente su cabeza.

—Se supone que debes de decir que no quieres. —susurró entre dientes.

—¡Juguemos un partido pequeña cuervo! —gritó Bokuto.

—Ella no juega. —volvió a contestar el chico de lentes.

—¡Deja de contestar por mi! —gritó hacia el chico algo enojada, quizá las respuestas del chico eran cosas que ella iba a decir pero ella misma las podía decir, ahora estaba enojada y realmente le llevaría la contraria —Juguemos.

°°°

Comenzaron a hacer un 3 vs 3. De un lado ambos capitanes con Kenma de armador y del otro lado era el dúo dinámico junto a Gen. Claro, iban perdiendo, Minagawa no sabía jugar voleibol. Habían algunos espectadores de los equipos que jugaban, pues justamente esos equipos estaban en su tiempo de descanso.

Kuroo no paraba de reír cada vez que la chica hacía algo mal mientras que para Bokuto era más que nada ternura por aquella chica que intentaba jugar con todas sus fuerzas pero aun así no le salía nada.

Kenma fue el único que había notado que la chica era buena en algunas cosas, sus saltos y velocidad eran increíbles pero al no saber las reglas no lograban anotar puntos.

Kageyama sacó y Bokuto logró salvarla pasándosela al armador quien puso el balón perfecto para el capitán gatuno y de un fuerte golpe remató tocando el bloqueo de Gen. Kageyama logró salvar el balón y con un punto de dos toques con ayuda de Hinata, finalmente lograron anotar un punto.

—¡Viste eso! —gritó Hinata dirigiéndose a Gen.

Ella estaba algo encorvada sujetando una de sus manos mientras tenía los ojos y la boca cerrados con fuerza.

—¿Mina? —el mandarina intentó acercarse a ella pero antes de que pudiera estar a su lado ella comenzó a correr.

Corrió por los pasillos de la escuela Nekoma con los ojos en lágrimas hasta que llegó a la enfermería que anteriormente había visualizado cuando llegó el día anterior a vomitar al lado que estaba al lado.

Entró de un portazo topándose con, claro, como que no, el rubio de lentes de su Karasuno. Tenía la cabeza mirando hacia arriba pero la bajó lo suficiente para ver a la chica cuando entró. Sujetaba un pañuelo con un poco de sangre sobre su nariz.

—¿Qué te pasó? —preguntaron al mismo tiempo.

—¿Dónde está la enfermera? —preguntó la chica frunciendo el ceño intentando aguantar las lágrimas.

—Acaba de salir, fue a la farmacia. ¿Qué te pasó?

Tsukishima se levantó de la camilla y tiró el pañuelo al basurero.

—Creo que me torcí un dedo. —dijo mientras bajaba la mirada dejando salir nuevamente unas lágrimas de dolor.

—Siéntate. —ordenó a la chica, ella simplemente obedeció.

Se sentó sobre la camilla mientras sujetaba su mano, intentaba hacer presión sobre su palma y su muñeca intentando calmar el dolor de su dedo. Llegó incluso al grado de comenzar a pellizcar su brazo para distraerse del dolor, una muy mala manía que tenía cuando se lastimaba en sus prácticas.

Tsukishima se sentó a su lado y tomó su mano para comenzar a mover un poco sus dedos uno por uno hasta llegar al dedo anular que al moverlo la chica se quejó. Bingo, ese era el dedo.

Comenzó a vendar el dedo con cinta pegando a otro dedo para evitar que se moviera un más. Al terminar de vender los dedos los movió un poco para asegurar que el amarre fuera correcto.

—Por eso te dije que no jugaras.

—¿Qué? ¿Eres psíquico? ¿Acaso sabías que me iba a lastimar? —contestó la defensiva, no estaba de humor y el otro chico no ayudaba.

—No hay que ser muy inteligente para saber que los capitanes de equipo son fuertes y bruscos al jugar.

Gen no dijo nada, ya no tenía argumentos contra eso. Tsukishima esta vez tenía razón y quizá ella ya sabía que los chicos serían muy fuertes pero todo era culpa de Tsukishima.

—Si no hubieras contestado por mí no hubiera jugado. Yo no quería jugar.

—Esto te pasa por llevarme la contraria. Deja de ser idiota, sabemos y he demostrado que soy mejor que tú.

Gen estaba harta, no lograba entender la personalidad de aquel chico y en definitiva, Gen odiaba perder.

Se levantó de la cama y miró al chico con una cara que perfectamente podría traducirse como "ruega por tu vida".

—Que sepas que si hubiera una mínima oportunidad de que me pudieras caer bien, se acaba de perder.

Se acercó, tomó la cara del chico con ambas manos y estampó un beso en sus labios sorprendiendo al chico quien, evidentemente, no lo veía venir. No pudo siquiera reaccionar, ni para seguirlo o para separarse, se quedó como una estatua.

—Te odio, Tsukishima Kei. —dijo sobre sus labios.

Se alejó y salió de la enfermería dejando a un pálido y estático chico.

Oh, querido Kei, Gen te acababa de declarar la guerra.

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Pasivo Agresivo (Tsukishima Kei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora