5. Ejercicio a media noche

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El ejercicio era parte fundamental para la vida de Gen Minagawa, intentaba salir todas las noches que pudiera a practicar un poco por las calles y hacía ejercicio en casa aquellos días que no podía salir por cualquier razón.

Esa noche no iba a ser diferente, salió por la ventana de su cuarto en el segundo piso y de un ágil salto llegó a la pequeña pared que dividía las casas, la cruzó caminando y saltó al suelo una vez llegó al frente de esta. Ese pequeño pedazo lo tenía bien practicado.

Corrió por un par de minutos por las calles siendo iluminadas solamente por las pocas luces mercuriales de prefectura de. Una vez su cuerpo entró en calor comenzó a aumentar su velocidad.

Tenía una mala costumbre de trepar siempre en el mismo callejón, pero en su defensa, era perfecto. Aquel espacio entre dos locales tenia unas escaleras que estaban rotas a la mitad y había justamente un tubo al que Gen hacía poco había logrado llegar, trepando por la pared llegó al techo de uno de los locales y siguió corriendo hasta llegar al borde donde saltó al techo de la siguiente casa y posteriormente hacia el piso dando una maroma por la intensidad y la velocidad del salto.

Terminó su recorrido cuando llegó al campo en donde las luces del pueblo ya no alumbraban. Bajo la luz de la luna comenzó a trotar de regreso mientras ponía al máximo la música en su teléfono. Era el momento que más disfrutaba de su práctica, el regreso con la música. Durante su práctica no solía escuchar música pues sentía que eso la distraía y por ende podría tener algún accidente, ella era muy precavida.

Al llegar a la casa trepó por la misma barda que dividía las casas y saltó hacia la ventana de su cuarto la cual la había dejado abierta. Y finalmente, daba por terminado su sesión diaria de ejercicio.

—¿Ya llegaste? —preguntó su hermano, Hikaru Minagawa tocando la puerta de su cuarto.

—Llegué. —respondió abriendo la puerta de su cuarto topándose con su hermano.

Ella no mentía, Hikaru era muy parecido a Suga, quizá la diferencia más marcada era la forma de sus ojos, los Minagawa tenían los ojos almendrados algo rasgados en un tono gris a juego con su cabello mientras que Sugawara los tenía más bien redondos y en un tono castaño. Quizá otra diferencia notable, aparte del lunar que Hikaru tenía debajo del labio, era que el cabello del hermano Minagawa era largo, lo suficiente como para atarlo con un chongo pequeño.

—¿Saliste ilesa esta noche? ¿Traigo el botiquín?

—Estoy perfecta.

—¿Quieres cenar?

—¿Ya llegó mamá? —preguntó curiosa sacando un poco la cabeza de su habitación.

—Nop, hoy está en junta.

—Cenemos entonces.

Mientras el hermano mayor preparaba la cena, la menor se daba una ducha y se ponía sus pijamas. Lo mejor del ejercicio también era eso, ducharse y ponerse ropa limpia con un olor a nubes. Una vez se peinó el cabello con los dedos, lo cual no tardó mucho pues era bastante corto, bajó lista para cenar.

—Huele bien. —comentó viendo el plato que su hermano le tendía.

—Obvio. Estas viendo que yo fui quien los cocinó. —bromeó con superficialidad. Un clásico de los hermanos, tenía el ego algo alto.

Después de cenar conversaron un poco pero ambos quedaron en silencio cuando escucharon un carro estacionado frente a la entrada.

—Oh, no. Llegó la bruja —susurró Gen —- Si pregunta yo ya estoy dormida. —dijo antes de salir como un flash en dirección a su habitación.

Pasivo Agresivo (Tsukishima Kei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora