3. Minagawa Gen

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Los cuatro chicos de primero se giraron sobre sus tobillos al escucharla. Frente a ellos estaba aquella chica de un distintivo cabello plateado. Y esta vez, gracias a que el sol estaba en su punto máximo, pudieron observar sus facciones. Unos ojos almendrados grises acompañados de una pequeña nariz y labios finos complementaban su rostro.

No vestía con el uniforme como debía de ser. En realidad tenia un suéter azul marino bastante grande y ancho y aun que por debajo se alcanzaba a ver la falda, debajo de la falda se veían unos shorts negros poco más largos que la falda.

—¡Tú! —gritó Hinata apuntando.

—Yo. —respondió con una pequeña risa.

—¡Nombre! —exigió antes de olvidar preguntarlo.

—Minagawa Gen. Mina para ti. Minagawa-senpai para los demás. —dijo con superioridad poniendo su mano sobre su cintura.

—Ni en tus sueños te diré de esa manera. —dijo de forma brusca Tsukishima.

—¡Tsuki! ¡No seas maleducado! —el pequeño pecoso saltó a disculparse — Lo siento Minagawa-san. Mucho gusto, soy Yamaguchi Tadashi, él Tsukishima Kei. —se presentó también presentando a su amigo sabiendo que no lo haría por voluntad propia.

—Bueno, al menos sabemos que no es familia de Sugawara-senpai. —comentó Kageyama por debajo.

—Chico estrellas y Señor Gulliver. —comentó Gen apuntando primero al pecoso y luego al alto asignando sus nuevos apodos. Ella era fan de poner apodos, tenía mala memoria para los nombres, aunque si era sincera, también solía olvidar los apodos que solía poner.

—¿A quién llamas Gulliver, maldita bruja? —exclamó Tsukishima lanzando una mirada y una sonrisa sarcástica.

—¡Tsukishima Kei! ¿Qué son esas formas de hablarle a tus superiores? —Tanaka apareció detrás de él con una cara que incluso podía dar más miedo que el chico alto.

—¿Superior? —cuestionaron los cuatro chicos de primero.

—Ella es de segundo. —comentó parándose al lado de la chica apoyándose sobre su hombro mientras ella les lanzaba una mirada de superioridad, en específico al señor Gulliver. Tanaka y Minagawa habían sido compañeros en primer año y se conocían bastante bien a pesar de que ese año no les había tocado juntos.

—Genial. —ironizó el más alto, no tenía muchas intenciones de ser educado con ella tras haberle puesto ese apodo.
—Me iré, no la traten mal que me voy a enterar. —comentó Tanaka corriendo hacia la salida, era cierto que ya era bastante tarde como para seguir en clases.

—¿Estás en algún club? —preguntó el más pequeño notando que solo quedaban aquellos que pertenecen a algún club en la escuela.

—No, una maestra me dio clases extras porque me va un poco mal en una materia.

—Sí, sí, no nos cuentes tu vida. —murmuró Tsukishima ganándose un pequeño codazo por su amigo.

—¿Ya estás libre? ¡Vamos a jugar voleibol al parque! —exclamó Hinata saltando tomando a Kageyama del brazo para obligarlo a acompañarlo, al pasar al lado de la chica también la tomó del brazo arrastrándolo con el.

—Yo en realidad no...-

—¡Me tienes que enseñar a saltar! —el entusiasmo del menor la interrumpió.

—HInata idiota, te dijo que no. —Tsukki comentó con los brazos cruzados sin moverse de su lugar pero su amigo pecoso comenzó a empujarlo.

—Anda Tsukki, solo unos minutos. Igual hoy solo fue un partido de entrenamiento.

—No me toques.

—Lo siento Tsukki.

°°°

Nuevamente habían llegado al mismo parque que el día anterior. Gen se había despojado del uniforme ante la mirada de los chicos sin pudor alguno. Hinata y Yamaguchi rápidamente se taparon los ojos pero luego notaron que ella traía ropa deportiva debajo del uniforme.

—Mujer precavida vale por dos. —comentó ella cuando la vieron en aquellas ropas.

—¿Siempre traes eso debajo del uniforme? —preguntó Kageyama.

—La mayoría del tiempo, si.

—Pero no practicas ningún deporte. —susurró extrañado el más alto.

Gen comenzó a calentar un poco estirando piernas y brazos, luego se puso en una posición agachada y de un rápido movimiento dio un salto, quizá el salto más alto que Hinata había visto en su vida. Era un salto que quizá parecía ser una obra maestra, o al menos así lo vio el más pequeño del grupo. Al caer terminó dando una maroma debido al gran impulso que tuvo al bajar.

—¿Qué es esto? ¿El circo? —se burló el chico de lentes.

—¡WOA! ¡Eso fue genial! —gritó HInata.

—Minagawa-san, eso fue increíble. —alabó el chico pecoso también asombrado por aquel salto.

Kageyama solamente lo observó con brillos en los ojos, si tan solo Hinata pudiera dar un salto de aquella forma, él podría tener más opciones al momento de ponerle el balón en un partido.

—Estoy calentando apenas. —comentó sin comprender la emoción de los chicos, comenzó a trotar un poco en su propio lugar para después comenzar a correr en círculos por el área seguida de Hinata quien había empezado a calentar también.

—Pff, es como perros persiguiendo su cola. —Claro, no podía faltar una burla del chico de lentes.

Gen se detuvo en seco y caminó con el ceño fruncido hacia el chico, tomó el cuello de su camisa y lo agachó hasta su altura.

—Si vuelves a hacerme algún tipo de burla, te vas a arrepentir. —amenazó pero claro, el que lo haya obligado a que se agachara le quitaba todo el terror que pudo dar con su voz.

—Una pulga como tú no es capaz de hacerme nada. —retó

—¡Juguemos voleibol! —gritó Yamaguchi intentando desviar la tensión del ambiente.

—Te sentirás muy humillado cuando termine contigo. —la chica ignoró al pecoso y siguió sumergida en su pequeña discusión, incluso iba a seguir peleando pero sintió como alguien la comenzaba a arrastrar hasta atrás.

—Minagawa. —la voz de Kageyama se escuchó a su espalda ella volteó al mismo tiempo que él armó el pase que le lanzó Hinata.

¿Querían que ella rematara?

Saltó nuevamente alto, incluso más alto que el salto anterior. Estando arriba intentó buscar la pelota con la mirada pero se sorprendió al ver que estaba demasiado abajo, terminó por tambalearse al no poder golpear la pelota. Cayó al suelo de sentón al mismo tiempo que la pelota caía rebotando a su lado.

—¡AHG! —gritó de dolor acostadose en el suelo para intentar mantener su espalda recta.

—¡Lo siento Minagawa-san! ¡Debí avisar antes! —se disculpó Kageyama aproximándose a la chica.

—¿Estas bien? —el pequeño mandarina también se aproximó a auxiliar a la chica.

—Eso dio bastante pena.

—¡Tsukki! —lo regañó su amigo.

—¡Estoy bien! —exclamó la chica harta de escuchar ruido.

—Me alegra que no seas jugadora profesional porque créeme que te morirías de hambre.

—¡Tsukki! ¡Deja de ser así!

La chica no aguantó más, no sabía si su cara estaba roja del dolor o del enojo.

—¡Ya callate idiota! —gritó la chica seguido de un quejido mientras que el dúo dinámico la ayudaba a levantarse —¡Eres una basura!

—Te aseguro que en un uno contra uno te aplastaría sin que tuvieras la oportunidad de siquiera anotar un punto.

Una mano llegó al cachete del alto dejando un rastro rojizo. No, no había sido Gen.

Pasivo Agresivo (Tsukishima Kei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora