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Primera noche juntos

Desperté en medio de los brazos de Timothée, quién seguía completamente dormido a esas horas de la madrugada; lo tenía a sólo unos centímetros de distancia, con mi nariz casi enterrada sobre su pecho, el constante sonido de su celular fue lo que me había despertado, mientras él parecía ni siquiera hacerlo en el mundo.

Sonreí un poco y acaricié la mejilla que tenía enfrente, había sido una noche maravillosa, simplemente única y eso complicaba un poco mi existencia, no había pensado en lo que pasaría al día siguiente después de haber estado juntos, no lo hablamos en ningún momento y eso me ponía nerviosa.

Me estiré un poco y tomé el celular que mantenía la pantalla encendida, eran las cinco de la mañana y el que lo llamaba era Jack.

"Ey" lo moví un poco, "Timothée, te hablan."

"Cuélgales" me abrazó con más fuerza.

"Puede ser algo urgente."

Timothée parecía molesto al momento de tomar su teléfono de mi mano y contestar la insistente llamada.

"¿Qué quieres?" hubo un largo silencio, Timothée se separó de mí lentamente y se sentó en la cama "¿Estás en broma?"

"¿Qué sucede?" le dije a lo bajo, cubriéndome lo mejor que podía con las sábanas de la cama.

"Está bien, vale ya" dijo enfadado, mirando hacia mí, "voy para allá, deja de hablar."

Timothée colgó el teléfono y suspiró.

"¿Qué quería?"

"Parece ser que Millie y Tiffany se han puesto como cubas, tengo que ir por ellas, parece que no pueden ni moverse."

Timothée se puso en pie totalmente desnudo, la verdad es que no me daba vergüenza mirarlo, aunque sí me avergonzaba que él me viera a mí, así que me senté correctamente sobre la cama y jalé las sábanas hasta cubrirme bien.

Él se volvió en ese momento y sonrió con una ternura desmedida en sus ojos, instantáneamente sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo al recordar la forma en la que me había besado, acariciado y llevado a la cumbre del placer.

"¿Qué sucede?" dije nerviosa, agachando un poco la cabeza al sentirme completamente avergonzada. "¿Tengo algo en la cara?"

Timothée se acercó lentamente a la cama y tomó mi barbilla, haciendo que la levantara y enfocara mis ojos en los de él.

"Buenos días" ladeó la cabeza y sonrió, para después tomar mis labios con dulzura y cariño. "¿Me acompañarías por ellos? Creo que necesitaré ayuda."

"Me pondré algo encima" asentí, saliendo de la cama con la sabana alrededor de mi cuerpo.

"Espera" regresé la mirada hacia él y levanté mis cejas.

"¿Qué ocurre?"

Traté de no mirarlo, pero él se acercó hasta que tuve que alzar la mirada, me abrazó y me tomó en un beso desesperado que casi hace que suelte mi sabana protectora para abrazarme a él.

"Al menos pudiste haber dicho buenos días" sonrió malévolo, "después de todo lo que me hiciste trabajar anoche..."

Me sonrojé visiblemente.

"Yo..." bajé la cabeza, "lo siento, es... bueno yo, en realidad... no sé qué decir."

El pareció confundido al darse cuenta que en realidad me afectaba y me había puesto nerviosa.

Esta soy yo: RaphaelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora