Esta soy yo: Raphaela

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¡FIN DE LA HISTORIA DE RAPHAELA! ¿QUÉ LES PARECIÓ?

 Todo buen cierre termina en una boda

Rachel y Rudolf eran la pareja perfecta, casándose en un lugar de en sueño y rodeados de personas que los amaban y les deseaban la felicidad. Una felicidad que ellos habían determinado que sería sin hijos, parecía ser que se daban por bien servidos de tener a todos los hijos de sus amigos y no deseaban tener más que perros o gatos, aún no decidían por cual irse.

A lo largo de mi vida comprendí que hay tipos de personas para todo y los cuales quieren vivir sus propios estilos de vida.

Hay personas que no quieren casarse nunca, como parecía ser el caso de Francis y Lucas, los eternos y libres cabezas hueca que tenían más de mil aventuras en su haber. Los altruistas en unión libre que eran Jaidev y Josh, quienes veían el matrimonio como la farsa más grande del mundo, pero el amor como la cosa más perfecta inventada por el mismo, viajando por el mundo para hacerlo un lugar mejor.

Las personas como Olivia, que su única ilusión era casarse y tener hijos junto a un marido que las amara incondicionalmente. Lo cual a mi ver no había pasado del todo, pero ahí estaban, trabajando y luchando por el matrimonio que ellos deseaban, con un pequeño niño adoptado y uno más en camino. Tendrían que ser lo suficientemente fuertes y quererse aún más si pensaban superar los obstáculos que vendrían con el nacimiento de ese bebé.

Alek había jurado amar a una mujer y tener hijos con ella, pero ahora resultaba, que podía amar a dos mujeres y seguir cuidando de la hija que la primera le había dejado como parte de sí y un recuerdo que jamás sería olvidado.

Matthew y Tiffany eran el claro ejemplo de que la vida continua después de enamorarse de la persona equivocada y que, si se dejan las puertas abiertas a las posibilidades, algo que no esperabas puede entrar por ellas y dibujar sonrisas y dibujar el amor que necesitabas, el que buscabas y merecías.

Y bueno, ¿qué podía decir de mí? Yo había sido una chica insegura que pasó a ser aún más insegura, una que cometió errores y que fue el error de otras personas, tengo una familia conflictiva, un pasado turbulento, delirio de persecución, una violación, un hermano en el hospital mental y una hija preciosa de un esposo al que prometí odiar.

En realidad, lo dije bastante mal.

La verdad era que todos los problemas en mi vida, fueran grandes o pequeños, me habían llevado lentamente a la mujer que era ahora, a los amigos que aún mantenía, al negocio que adoraba, a la capacidad de contar hermosas historias, a una hija preciosa y al amor de mi vida.

Definitivamente, mi vida no era para nada mala.

Escrito por: Raphaela Ferrer-Van Wyngaarden-Volker.